A dos semanas de la entrada en vigencia de la Ley de Rotulados de Alimentos, se han hecho 195 fiscalizaciones a colegios y 143 a supermercados. La secretaria de Estado también se refirió a la situación del Sename y explicó que se trabaja en tres elementos: atenciones mentales, visitas e integración.
A dos semanas de la entrada en vigencia de la Ley de Rotulados de Alimentos, se han hecho 195 fiscalizaciones a colegios y 143 a supermercados. La secretaria de Estado también se refirió a la situación del Sename y explicó que se trabaja en tres elementos: atenciones mentales, visitas e integración.
La ministra de Salud, Carmen Castillo, realizó un balance de las primeras dos semanas de vigencia de la Ley de Etiquetado de Alimentos, dando cuenta de las fiscalizaciones y sumarios que se han generado a lo largo de todo el país, y del ambiente en los primeros días de implementación de una normativa destinada a generar cambios culturales en la alimentación de los chilenos, consigna La Tercera.
¿Cómo han sido las primeras semanas de la Ley de Etiquetado de Alimentos?
Entre el 27 de junio y el 6 de julio se han hecho 195 fiscalizaciones a colegios y 143 a supermercados. En general, uno no fiscalizaba colegios y esto ha sido una situación nueva, en la cual estamos asumiendo un rol protagónico de acuerdo a la ley, que ordena la prohibición de los “altos en” en los colegios y que los supermercados cumplan con todas las reglas del juego. De los colegios, 72 tuvieron observaciones, al igual que 77 supermercados. En todos los casos se trata de apertura de sumarios, donde se les van a indicar medidas correctivas a infracciones de distintas situaciones, a fin de mejorarlas. El tipo de sanción va a depender. Si se tomaron muestras de algo que uno considera que tiene algún riesgo, habrá sanción, pero en general esta es una ley que depende mucho de la responsabilidad y de todos nosotros.
En los colegios, ¿quién asume la responsabilidad frente a una infracción?
Decidimos que, más que la sanción, lo que hay que hacer es la promoción. Nos interesa promocionar la ley e impactar en la salud de las personas. En esta parte no queremos priorizar el castigo y los sumarios como una solución a un problema que en el fondo es cultural. A nosotros nos interesa que la gente tome conciencia de lo que significa esto.
Entre lo que ha podido verificar en terreno, ¿cómo ha sido la reacción de alumnos, profesores y apoderados frente a esta normativa?
Me impresiona cómo los niños y jóvenes han tomado la ley. Tuve la suerte de hablar con un grupo de dirigentes de un colegio de Chillán y me llamó la atención la madurez con la que asumen este rol protagónico y proactivo. También los profesores y apoderados que están muy comprometidos. La presidenta de los alumnos señaló que la ley era tremendamente importante para ellos. Me impresiona favorablemente que quienes más podrían tener una crítica, son los que más celebran la decisión. Las mamás ven esto como una apertura a una buena alimentación. Algo pasó en Chile, que de la cazuela, los porotos con riendas y los alimentos hechos en casa, de los que nos ufanábamos, ahora llegamos a tener esta condición de alimentarnos mal.
¿Y el Kinder Sorpresa?
Está prohibido y no se ha encontrado en las fiscalizaciones. La empresa se reunió con el subsecretario de Salud Pública y se les explicó la ley y sus alcances. En Estados Unidos tampoco hay autorización para su venta. Todo esto es nuevo para nosotros y para el mundo que estemos con Ferrero o con discusiones con McDonald’s. Con la ley de etiquetado hay potencias grandes que tienen que adaptarse a nuestras reglas del juego.
¿Es fuerte pelearse con esas potencias?
Sí, porque es decirles: “Nos estás haciendo daño”.
Chile es uno de los pocos países que ha implementado una normativa de esta envergadura. ¿Cómo ha sido la reacción a nivel internacional?
Efectivamente, esta ley es pionera en el mundo. Nos están observando de todas partes, para ver cómo progresa. Hay una ley con un semáforo hace seis meses en Ecuador y otra en Reino Unido que da la facilidad de que el semáforo sea voluntario, pero en el resto del mundo no hay. Ha sido una sorpresa la reacción. Nos están mirando, estamos como en un observatorio. Incluso ya nos han entrevistado de Alemania y de Inglaterra para conocer nuestra experiencia.
¿Fue difícil implementar la ley?
Hubo recursos que salieron a favor de nosotros. Como tuvimos un año más, en el cual se pudo continuar trabajando con las empresas, lo supermercados y otras entidades interesadas, se aclararon las inquietudes. Este trabajo lleva años. Se habló con empresas y se llegó a acuerdos en la progresión de la baja del sodio. Tienen tres años para ir bajando hasta llegar a los niveles acordados. Siempre puede haber alguna situación diferente para discutir y para perfeccionarlo, pero es lo más fino. Lo grueso ya está hecho.
¿Hubo mucha resistencia?
Más que resistencia, no podían creer que estuviéramos viviendo esta progresión de un trabajo tan importante. Pero tenemos buenos equipos, que pudieron acordar criterios comunes a nivel nacional.
Respecto a Sename y Salud, ¿de qué forma el ministerio está apoyando la salud de los niños?
Hay tres elementos que estamos aportando: el primero, atender los casos críticos de niños más complicados desde el punto de vista de salud mental. Hay chicos con ideación suicida, distintos diagnósticos de situaciones siquiátricas y algunos que incluso requieren hospitalización. Son 184 niños, de un universo de 8 mil, que requieren control ambulatorio y medicamentos, de distintas partes de Chile, con quienes se está trabajando en la medida de disponibilidad del sistema de salud. Algunos requerían tratamiento inmediato y han estado hospitalizados. Otros están prontos a resolver su problema de salud. Además, personal de nuestros centros asistenciales acudirán a centros de Sename para incorporar controles habituales de salud. Tenían atención, pero eran insuficientes. La tercera fórmula es la integración de distintas entidades en la protección de los niños. Se necesita una mirada integral.
¿De qué forma se implementará?
El Sename requiere de mayor fortalecimiento. Ha sido bueno que la ministra de Justicia nos haya reunido para unir las potencialidades de distintas instituciones. Todos debemos aportar y estar más atentos. Hay dificultades económicas, pero al menos ya está instalado como tema, en el cual todos debemos aportar una cuota de responsabilidad para la solución.