El municipio, a través de la Dirección de Desarrollo Comunitario, se comprometió a llevarle un colchón nuevo para reemplazar el que ya tiene por uno mejor, mientras que el Padam del Hogar de Cristo velará por sus controles de salud.

 

Daniel Tapia Valdés
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Luego de que Diario Concepción hiciera públicas las precarias condiciones en las que vive la señora María Herrera, se activaron las alarmas en la Municipalidad de Concepción que, a través de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco), acudió al lugar para evaluar la situación y prestar la ayuda correspondiente.

La directora de la Dideco, Paula Concha, recorrió la casa y confirmó las dificultades que tiene la señora María para enfrentar su día a día, pero también enfatizó en que "llama profundamente la atención la lucidez, su buen estado de salud, la alegría y las ganas de vivir que tiene, así como también lo agradecida que está de toda la ayuda que ha recibido durante estos días".

Así es, porque desde que la denuncia se hizo pública, han sido muchas las personas que la han visitado para hacerle llegar comida, leche, frazadas y otros, como artículos de aseo o comida para perros.

La directora de la Dideco reconoció que "esta es una realidad en nuestro país y en nuestra ciudad; por eso es importante que la gente remita estos casos a las instituciones correspondientes para que se activen los diferentes dispositivos de ayuda".

La señora María desde abril forma parte del Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor (Padam), impulsado por el Hogar de Cristo, luego de que fuera derivada desde el Cesfam O’Higgins.

La directora ejecutiva del Hogar de Cristo sede Bío Bío, Cecilia Ponce, explica que este programa "busca acompañar a adultos mayores solos, abandonados o descuidados por sus familias para conectarlos con centros de salud, con su barrio y sus vecinos. Junto con eso le entregamos un apoyo en alimentación, vestuario y atención integral con profesionales que los van a visitar de acuerdo a las necesidades que cada caso presenta".

Pasos a seguir

Concha reconoció que actuar en este tipo de casos no es fácil, ya que "los hogares de larga estadía no dan abasto para cobijar a la enorme cantidad de adultos mayores que viven el desamparo y tampoco hay familiares o cercanos que se puedan hacer cargo de ellos", según detalló.

A lo anterior, Ponce agregó que "la realidad de ella no es muy distinta a la de otros adultos mayores que deben abandonar sus casas por temas de fragilidad de salud o porque en sus casas no hay quién los pueda cuidar. En estos casos la solución son las residencias para el adulto mayor, sin embargo, la capacidad de estas es muy baja en relación con la demanda que existe".

Sin embargo, la directora confirmó que ya comenzaron las gestiones para abrir un cupo en el hogar Hermanitas de los Pobres, lugar al que la misma señora María manifestó le gustaría llegar, aun cuando la mayor dificultad sean Sara y Selva, sus dos perritas y únicas compañeras de vida.

Dificultades

Además de lo difícil que es encontrar cupo en algún hogar de ancianos, existen otras variables que inciden en que el traslado de los adultos mayores sea tardío en relación a lo que uno esperaría.

"Cuando hay una persona que está lúcida y ha logrado sobrevivir pese a la adversidad, es muy difícil trasladarla a través de la fuerza o algún otro tipo de acción, porque puede generar más daño en ella, principalmente cuando se trata de adultos mayores", señaló Concha.

Es por ello que las instituciones esperarán a que ella misma, de forma voluntaria, acceda a trasladarse a una nueva residencia, considerando también su evolución de salud.

Por mientras, la preparan manteniendo todos los controles de salud al día, lo que es uno de los principales requisitos para ingresar a los hogares de ancianos, explicó Catherine Carrillo, jefa de unidad del Padam.

¿Y sus mascotas? Las instituciones tratantes se comprometieron a realizar controles, principalmente a una de ellas, Selva, que presenta una considerable hinchazón abdominal, y así evitar el contagio de algunas enfermedades a la señora María.

Ayuda desde las redes

La historia de la señora María se viralizó rápidamente a través de redes sociales, en donde muchas personas se interesaron en prestarle ayuda a través de donaciones o reparaciones en su casa.

Desde la fanspage de Facebook, la comunidad de Amigos Penqusitas, se comprometió a visitarla este fin de semana para ver con qué más pueden ayudar, considerando las precarias condiciones en las que vive.

Desde la Dideco confirmaron al menos otros tres casos de similares características pesquisados dentro de lo que va del año.