
7 años en consultar y hasta 13 en llegar al diagnóstico puede demorar una mujer que padece esta afección que puede incapacitar durante la menstruación, lo que bajo ningún parámetro debe normalizarse.
Se estima que afecta del 10% al 15% de las mujeres en edad reproductiva, se puede tardar hasta 7 años en consultar y sumar hasta 13 años para diagnosticar e iniciar tratamiento, mientras se paga alto costo económico y más a nivel socioemocional y el bienestar integral.
Es la compleja y muy invisibilizada realidad de la endometriosis en Chile y el mundo, advierte la doctora Damarys Ramos, gineco-obstetra de la Unidad de Endometriosis del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción (HGGB), centro de referencia de esta patología que produce dolencias en la menstruación que llegan a ser invalidantes y causa problemas de fertilidad, impactando severamente sobre la calidad de vida, y está permeada por mitos sobre la naturaleza femenina que limitan el abordaje para aliviar a tantas pacientes y la vuelven un desafío tan sanitario como social.
“La endometriosis es muy prevalente y por estudios internacionales se dice que es muy costosa por el impacto económico que tiene en pacientes, pero también es poco conocida porque a lo largo de los años hemos normalizado el dolor menstrual”, sostiene la especialista que también académica del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC) y jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Sanatorio Alemán de Concepción, pero “el dolor bajo ningún concepto es normal”, manifiesta.
Ahí el cambio de paradigma urgente y necesidad crítica de visibilizar la enfermedad, erradicar nocivas creencias y concientizar a la sociedad, desde mujeres a comunidad médica, objetivos del Día Mundial de la Endometriosis (14 de marzo).
La doctora Ramos explica que la endometriosis genera presencia de tejido endometrial fuera del útero donde debe estar, pudiendo “pegarse” en cualquier otro lugar del organismo, zonas adyacentes o lejanas, y provocar una reacción inflamatoria crónica que gatilla sus efectos.
El más notorio, y minimizado, es el intenso dolor especialmente en el periodo menstrual que puede llegar a impedir realizar las actividades normales, como laborales o académicas. Ello va de la mano con otras dolencias, además que produce infertilidad en hasta 30% de casos, precisa. Así causa gran afectación a nivel físico y mental, con repercusiones en lo emocional y social que pueden ser distinta magnitud.
Pero, concebir al dolor menstrual como parte de la naturaleza femenina apaga alarmas, retrasa la consulta y el diagnóstico.
Y diagnosticar tampoco es sencillo ni rápido. “Lamentablemente, en los estudios de rutina no se evidencia, lo que sí pasa en estudios específicos y tomando en cuenta los síntomas de cada paciente”, releva la facultativa. Ahonda que “con ecografías simples que hacemos todos los ginecólogos no estamos preparados para ver la enfermedad, tiene que ser ecografía Doppler con preparación, o una resonancia magnética con protocolo de endometriosis puede dar una imagen”.
Mejorar el diagnóstico de la endometriosis tiene un punto crítico en las consultas médicas rutinarias para la doctora Damarys Ramos, porque existe la capacidad técnica y especialistas, pero el impulso es la consciencia de que la menstruación no puede incapacitar y la endometriosis existe.
Al menstruar, dados cambios fisiológicos y hormonales, es natural que aparezcan molestias físicas o anímicas que en un parámetro de normalidad deben ser tolerables. Si su nivel impide el desenvolvimiento no puede ser normal, hay que sospechar, estudiar y determinar.
“Como profesionales debemos escuchar a pacientes, no normalizar el dolor y comenzar a pensar en la endometriosis. Si no se sabe manejar la enfermedad hay que orientar y derivar. Pensar en endometriosis nos va a ayudar a disminuir las brechas en la consulta y diagnóstico”, enfatiza. Y, así, iniciar antes el tratamiento que permita aliviar las dolencias y mejorar la calidad de vida.
En el padecimiento de endometriosis hay distintos síntomas críticos, que pueden compartirse con otras patologías y deben estudiarse.
La académica UdeC destaca dolor pélvico crónico o cíclico que se da sobre todo antes y durante la menstruación, dismenorrea o menstruaciones muy dolorosas, y dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales. También puede haber trastornos digestivos y fatiga crónica. Otro gran signo son dificultades para concebir embarazos.
La recomendación es consultar ante estos síntomas, especialmente si se presentan dos o más de estos, con tal de buscar activamente la endometriosis o la causa, porque es lo esencial para tener el tratamiento necesario que permita contribuir al bienestar integral.
Si bien la endometriosis no tiene cura definitiva, existen distintas terapias que permiten controlar los síntomas y que varían según cada caso, yendo desde fármacos hasta procedimientos quirúrgicos y reproducción asistida.
En el horizonte de mejorar el abordaje de la endometriosis y bienestar de quienes la padecen en Chile hay avances concretos y potenciales que destacar.
En 2023 se publicó la primera Guía de Orientación Técnica de Endometriosis del Ministerio de Salud en 2023, resultado de un trabajo liderado desde la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.
Además, en la actualidad se evalúa su incorporación en el GES y se encuentra en tramitación en el Senado un proyecto de ley que busca garantizar aspectos de la atención médica para pacientes con endometriosis y proteger sus derechos laborales, entre otros aspectos.