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Ciencia y Sociedad

Resistencia antimicrobiana: avance letal que toda la sociedad debe frenar

En menos de dos décadas van a morir más personas por infecciones de microbios resistentes a fármacos que otra causa y las bacterias son la mayor alarma por el uso extensivo de antibióticos que es vital hacer racional y cada actor debe aportar.

Por: Natalia Quiero 01 de Diciembre 2024
Fotografía: Contexto

Hoy es una de las 10 mayores amenazas a la salud pública global y para 2050 será principal causa de muerte de seguir la trayectoria actual, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que morirá una persona cada 3 segundos y 10 millones al año por culpa de la resistencia antimicrobiana (RAM).

Más que las enfermedades cardiovasculares, cáncer, accidentes viales y traumatismos; las infecciones de microbios resistentes a fármacos disponibles matarán más que cualquier otra causa si no se actúa ahora de forma concreta, significativa, integral y colectiva para frenar el avance.

Por ello la OMS impulsa la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos en noviembre, aunque no basta una fecha, es diaria la amenaza a la salud y se vive en el medio local, donde desde lo científico y clínico se busca abordar, con vitales esfuerzos y aportes desde la Universidad de Concepción (UdeC).

Amenaza global en lo local

“El diagnóstico está hecho. La resistencia es un problema nacional y local”, aseguró el doctor Gerardo González, director del Laboratorio de Investigación en Agentes Antimicrobianos (LIAA) y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UdeC. “La data actualizada en Chile sobre bacterias importantes en la resistencia coincide con patógenos prioritarios según la OMS: tenemos bacterias con multirresistencia, con resistencia extendida y algunas resistentes prácticamente a todos los antibióticos. Y tenemos bacterias resistentes a nivel intrahospitalario y comunitario”, detalló.

El microbiólogo aclaró que la RAM engloba todo microorganismo patógeno que se vuelve inmune a agentes que les combaten como virus, hongos y bacterias, pero en las últimas la mayor amenaza y es la resistencia antibiótica lo que más se ve en la práctica clínica, sobre todo a nivel intrahospitalario donde se usan en tratamientos preventivos, además de para infecciones.

Un terrible retroceso. Descubrir los antibióticos fue uno de los más graves avances en la medicina moderna, permitió salvar vidas de infecciones bacterianas letales que luego se volvieron sencillas y aumentar la expectativa vital, pero ya no: “se ha avanzado mucho en medicina, pero las personas se están muriendo igual que en la era pre antibiótica”, advirtió.

“Lamentablemente, estamos teniendo cada vez más pacientes hospitalizados con resistencias y el problema también está llegando a ambulatorio. Hay quienes consultan por dolor abdominal y resulta que es una infección por salmonella resistente al tratamiento clásico”, expuso la doctora María Eugenia Castro, pediatra infectóloga en el Hospital Regional de Concepción, referente pediátrica del Programa de Optimización del Uso de Antimicrobianos (PROA) y referente médico de farmacovigilancia, además de docente UdeC. Situación en cuadros como infecciones urinarias, cutáneas y respiratorias.

Y no distingue de edades. “Nuestro hospital es conjunto, donde pacientes adultos y pediátricos comparten espacios. Y son bien complejos en pediatría, sobre todo en UCI, y tenemos pacientes con infecciones a bacterias resistentes”.

Presión de selección

La pérdida de efectividad de antibióticos y antimicrobianos es consecuencia de origen en su uso excesivo e inadecuado, explicó el doctor Mario Quezada, microbiólogo y docente en la Unidad de Infectología de la Facultad de Medicina e investigador del LIAA de la UdeC. Los medicamentos se usan -y abusan- en medicina humana y animal, también en producción como ganadería y salmonicultura.

La resistencia es un fenómeno de supervivencia, ocurre también en el medio natural: ante una amenaza como el fármaco pueden gatillar mecanismos biológicos que llevan a mutar genes y ser más resistentes, también diseminar resistencias.

Y cada vez que hay exposición a antimicrobianos se genera presión de selección de genes de resistencia, se pierde efectividad de tratamientos y aumenta la morbimortalidad. “Además, el impacto generado por residuos industriales y provenientes de la producción de alimento a gran escala está seleccionando bacterias multirresistentes en el ambiente, con graves consecuencias en la flora, fauna y ser humano”, afirmó.

No hay otra opción: la única decisión, acción y solución para cambiar las tendencias e ir a un mejor futuro, es el uso racional de antibióticos y antimicrobianos que es urgente y en todo ámbito, aseguraron los tres especialistas de la UdeC,

Todos para combatir la RAM

“Eduquemos. Promovamos. Actuemos ahora” ha sido el lema con el que se desarrolló la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos 2024, relevando la urgencia de abordar el problema como también la necesidad de entregar y actualizar conocimientos y herramientas a la sociedad para que aporte en la solución y no al problema. Por eso que, en este contexto, el LIAA realizó una jornada de divulgación en la UdeC para acercar distintos aspectos del fenómeno a la comunidad.

La pediatra infectóloga María Eugenia Castro enfatizó que la educación y concientización implica a todos los actores, desde profesional de la salud a la población.

El objetivo y reto es lograr el uso mesurado de los antibióticos, sólo si es estrictamente necesario, lo que parte por la prescripción médica adecuada que no siempre ocurre y siempre evitar la automedicación, además de seguir debidamente las indicaciones médicas en formas y plazos cuando se receta un fármaco. Por ejemplo, un resfriado común o gripe (influenza) nunca se trata con antibiótico, porque es una infección viral.

También hay que adquirirles en farmacias establecidas, no en ferias y otros sitios informales e inseguros, y siempre ver las fechas de expiración.

En la misma línea, el microbiólogo Gerardo González enfatizó en lo vital que es desechar adecuadamente los fármacos sin uso o vencidos, jamás en una forma que llegue al medioambiente. “Si tiras un fármaco por el baño o el lavamanos va a llegar a los cuerpos de agua y a generar presión de selección en el ambiente”, advirtió.

Aunque puso el acento en que el problema se debe abordar de manera holística e intersectorial , como el uso de los antibióticos (y antimicrobianos), los orígenes del fenómeno y sus implicancias. Así que se debe contribuir desde las políticas públicas y actores de la salud humana, también animal e industrias. Y la ciencia e investigación tiene mucho que hacer y aportar en conocimientos y soluciones, como se busca desde la UdeC.

En este sentido, ante desafíos y necesidades actuales de cara al futuro, sostuvo que “la resistencia se debe abordar desde el enfoque de ‘one health’, o una salud”, que propone ver a la salud humana, animal y de la naturaleza como una, distintos factores que conviven en un ambiente, donde se interrelacionan e impactan de manera directa e inevitable.

Avances y desafíos

El microbiólogo Mario Quezada relevó avances en Chile. Por ejemplo, el Plan Nacional contra la RAM del Ministerio de Salud, acorde al Plan de Acción Global de la OMS. También mencionó “la incorporación de la Norma general técnica para la racionalización del uso de antimicrobianos en atención clínica, aprobada el 29 de diciembre del 2020, la cual establece crear programas responsables de la optimización del uso de antimicrobianos, PROA, en hospitales de mediana y alta complejidad”.

“Diversos actores de los sectores de salud humana, producción de alimentos, veterinarios y académicos de diversas universidades nacionales, respondan a esta problemática, con la intención de evitar llegar a la preocupante situación que se alcanzará en unos pocos años”, complementó.

Es la senda que se debe seguir.

Aunque hay otros complejos retos a superar y uno de los mayores problemas a nivel global que mencionó es la falta de inversión e impulso a nuevos antibióticos capaces de combatir a las cepas multirresistentes que cada vez son más y así más amenazan la salud global que, vitalmente, necesita de estos avances para protegerse.

Aportes desde el LIAA

Ante la amenaza a la salud pública, en el LIAA han desarrollado una importante línea de investigaciones y evidencias de impacto para comprender la RAM a nivel local, particularmente la resistencia antibiótica.

El académico explicó que se han centrado en indagar mecanismos de resistencia y diseminación y la relación genética entre cepas en el medio intrahospitalario. Ha sido clave vincularse a una red de hospitales en Chile donde se han aislado bacterias que se analizan, y destacó el trabajo con el Hospital Regional de Concepción y Hospital Las Higueras de Talcahuano, entre otros centros de salud.

Además, materializando la necesidad del enfoque de “una salud” han avanzado en investigar la resistencia en la comunidad y el medioambiente, primordialmente con estudios en cuerpos de agua y aguas residuales, matriz donde se pueden vigilar variables de relevancia tanto ambiental como sanitaria y generar alertas de riesgos como contaminantes y Sars-CoV-2 (causa Covid-19), y así bacterias y antibióticos.

“Hemos visto que las bacterias resistentes están en todos lados, incluso en la Antártica”, aseguró. Así se comprueba que en los lugares menos intervenidos hay presión de selección.

En este escenario han abordado aristas como la búsqueda de nuevas alternativas antibacterianas, aislando compuestos de bacterias antárticas o flora autóctona.

Y en uno de los desafíos científicos actuales destacó un proyecto Fondef liderado por Andrés Opazo para buscar genes de resistencia en aguas servidas, identificar marcadores y desarrollar un kit rápido de detección. “El objetivo es que nos permita identificar si un ambiente tiene mayor riesgo de resistencia para seguirlo en el tiempo. La resistencia es dinámica, puede bajar o subir”, afirmó González. Disponer rápido de la información puede ser clave para alertar la amenaza y tomar medidas oportunas, focalizando esfuerzos y optimizando recursos en pos de la salud.

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