Con foco en abordar la inteligencia artificial en torno a seis áreas estratégicas para el desarrollo económico y social operará el proyecto recién anunciado, cuyos alcances analizan desde el Programa de Doctorado en IA en Biobío.
Evaluación de la IA, IA Generativa y Modelos Fundamentales, IA para la Ciencia, IA Frugal y Embebida, IA e Innovación y Políticas Públicas de IA. Son las seis áreas estratégicas que, a través de quince acciones con impacto en términos económicos y sociales, abordará el recién oficializado e incipiente Centro Binacional Franco-Chileno de Inteligencia Artificial (IA).
La creación se formalizó con la firma de un acuerdo en una ceremonia encabezada por el Presidente de Chile Gabriel Boric y su par de Francia Emmanuel Macron, durante su visita al país. También participaron la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), Aisén Etcheverry; el presidente y director general del Instituto Nacional de Investigación en Ciencias y Tecnologías Digitales de Francia (Inria), Bruno Sportisse; y Nayat Sánchez-Pi, directora de Inria Chile, entidad a cargo de ejecutar el centro y que existe hace 12 años.
La alianza marca un hito en la cooperación científica entre ambos países y proyecta a Chile como puente entre América Latina y Europa en el desarrollo de la IA, tema crucial a nivel global, y sus alcances son abordados por especialistas del Programa Capital Humano Avanzado en Inteligencia Artificial para el Biobío que creó el Doctorado en IA que ejecutan las universidades que integran el Cruch Biobío-Ñuble, que fue representado durante la presentación del centro en Santiago.
“Fomentar el desarrollo de redes de colaboración, la capacitación y el intercambio de capital humano avanzado; proveer acceso a tecnologías de alto impacto, desarrollo de soluciones y aplicaciones en IA ajustadas a la realidad chilena, son sólo algunos de los beneficios que este tipo de iniciativas puede generar”, sostiene Mauricio Villagrán, director del Programa Capital Humano Avanzado en IA para el Biobío y académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
“Para la comunidad científica es un avance que amplía las oportunidades de colaboración en proyectos de vanguardia, acceso a financiamiento y uso compartido de infraestructura avanzada como supercomputadoras. Para el país, impulsa el ecosistema de innovación y refuerza áreas estratégicas como la educación, salud y políticas públicas basadas en IA”, complementa Carola Figueroa, miembro del Comité Académico del Doctorado en IA y académica del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad del Bío-Bío (UBB).
Con la operación del centro se vislumbra el impacto en generar y potenciar capacidades locales para abordar y aplicar la IA al servicio del desarrollo en distintas áreas, atraer talentos e inversiones, potenciar a Chile como actor clave de IA en la región al nutrirse de la experticia de Francia, y acortar brechas.
Chile lidera el Índice Latinoamericano de IA (ILIA) 2024, publicado en septiembre, que valoró especialmente la preparación digital, talento humano e innovación. Aunque el no alcanza al de Francia.
“Nuestras capacidades, recursos y conocimientos están bastante retrasados con respecto a Francia”, afirma Villagrán. La limitación va de la mano con la baja inversión en ciencia y tecnología que apenas llega al 0,4% del PIB y el promedio de la OCDE es más del 2,6%.
Y Francia es potencia mundial en términos de IA, tanto en lo técnico como acciones que buscan hacer a la IA segura y confiable para la humanidad, marco en el que en 2025 se llevará a cabo en París el Artifical Intelligence Action Summit, que valora como “un encuentro mundial para debatir acciones dirigidas a asegurar que la IA produzca un efecto beneficioso a nivel social, económico y ambiental”.
Figueroa destaca al plan AI for Humanity que es parte de su estrategia nacional. “Incluye iniciativas para la investigación, el desarrollo tecnológico y la formación de talento, destacándose por su enfoque ético. Además de los 665 millones de euros destinados hasta 2022, Francia ha invertido en centros como Inria y el Laboratoire National de Métrologie et d”Essais que promueven avances en IA aplicada a la salud, transporte, energía y seguridad”, detalla. Va de la mano con un robusto marco regulatorio y una potente infraestructura.
Es así que tienen la certeza de que el sistema francés, a través del Inria y el centro, tienen mucho que aportar al chileno para el desarrollo de la IA y del país.
De cara a la creación e implementación en el futuro cercano del Centro Binacional Franco-Chileno de IA es que se proyecta también un aporte concreto desde y para el Programa de Doctorado en IA del Biobío, que imparte un plantel académico de las universidades de Concepción (UdeC), del Bío-Bío (UBB) y Federico Santa María (USM) y Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
Se trata de un programa formativo pionero en Latinoamérica que este año empezó a formar su primra cohorte de 11 doctorandos. Es el primero en formar en IA aplicada, creado a partir del proyecto Capital Humano Avanzado en IA para el Biobío que financió el Gobierno Regional a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) que ejecutó en consorcio el Cruch Biobío-Ñuble, poniendo el foco de la especialización y aplicación de la IA en áreas estratégicas para el desarrollo de la Región como salud, educación y manufactura.
“Estamos interesados en que la Región del Biobío brille, entre otras cosas, por su capital humano avanzado en IA”, sostiene Mauricio Villagrán.
Y la formación de talento es una base para avanzar en investigación, desarrollo, innovación y aplicación de la IA. Para potenciarlo enfatiza que “las redes de colaboración internacional a las que podamos tener acceso son claves para insertarnos en este competitivo campo del conocimiento”, relevó. La inserción en estas redes se traduce en acceder a recursos económicos, técnicos y humanos altamente especializados y capacitados a un nivel que no está disponible localmente pero que definió como “necesarios para el desarrollo de la tecnología a nivel local, especialmente mientras formamos nuestras propias capacidades”.
En ese horizonte, Carola Figuera resalta la alineación de objetivos entre el programa local con el centro binacional y así la apertura de múltiples oportunidades de colaboración entre ambas iniciativas.
“Por ejemplo, estudiantes e investigadores del Doctorado podrán integrarse en proyectos liderados por el centro, facilitando la movilidad académica y el intercambio de conocimientos. Asimismo, se prevé una sinergia en líneas de investigación clave, como la IA generativa, los sistemas explicables y sus aplicaciones en áreas como la salud y el medio ambiente, lo que potenciará los avances científicos en ambas instituciones. Además, el centro podría ofrecer acceso a infraestructura tecnológica avanzada”, plantea.
Vinculaciones y oportunidades que son clave para mantener la formación, conocimientos y capacidades actualizados y a la vanguardia, y donde existe la convicción que de presentarse podría posicionar al Doctorado y sus egresados como líderes en IA a nivel nacional e internacional, como se busca.
Y es que todo es en realidad un desafío para el programa como lo es la IA con su vertiginosa evolución, que Villagrán enfatiza que obliga a mantenerse siempre accediendo a formación y actualización sobre los últimos avances que no tienen límites en su velocidad ni alcances.
“Todos los días surgen nuevos modelos y formas de aplicar la IA. Cuando uno cree que está parado en el borde de la tecnología, la verdad es que ya se movió varios metros más adelante. Si nuestro cuerpo académico y las redes de colaboración que forjemos son lo suficientemente robustas y actualizadas, este desafío será mucho más abordable”, expresa.
Aunque advierte que el centralismo que domina en muchas decisiones y acciones en Chile añade otro desafío extra para las regiones que no son la Metropolitana, habiendo inequidades en el acceso a recursos y oportunidades en desmedro de la formación e investigación y capacidades locales, barreras que están decididos a derribar como programa y comunidad científica.
Por eso no hubo dudas de participar de la formalización de la creación del centro binacional. Sobre ello Villagrán expone que “nuestro objetivo al ir fue visibilizar nuestra iniciativa y poner a disposición de estas instituciones nuestras capacidades y voluntades para avanzar en esta materia, teniéndose una muy favorable acogida”.
Y el Doctorado tiene reconocimiento a su importancia e impacto y respaldo permanente desde el Ministerio de CTCI, como de otras entidades que sólo impulsan a la vanguardia.
En ello Carola Figueroa destaca “la futura validación de este programa por parte de la Unesco”, y afirma que este hito “no sólo reafirma su calidad y pertinencia, sino que también posiciona a Chile como un referente en el desarrollo de la IA en América Latina”. La misma meta a la que apunta el centro binacional franco-chileno y para la que se buscará aprovechar cada oportunidad de colaboración, aporte y enriquecimiento.