Desarrollo humano comunal: Biobío como ejemplo de disparidad territorial y social
27 de Octubre 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
El PNUD presentó su último estudio que aborda indicadores de bienestar en las comunas, la Región tiene 33 en que destaca con nivel alto y medio-alto un polo conurbano en Concepción y Los Ángeles, mientras demás territorios padecen brechas en educación, salud e ingresos que merman oportunidades y así proyectos, calidad y expectativa de vida.
Persistentes desigualdades territoriales, marcadas diferencias entre zonas urbanas y rurales e inercia en la distribución de avances y movilidad en los contextos locales reveló el estudio “Desarrollo Humano de las Comunas de Chile”.
Es la última publicación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), disponible en línea, resultado del análisis de distintos datos oficiales para entender las diversas trayectorias que se dan en las comunas chilenas y evidenciar disparidades que son muy notorias en Biobío, “región que tiene bastante heterogeneidad del desarrollo humano entre sus comunas”, sostuvo Rodrigo Herrera, jefe del Área de Reducción de Pobreza y Desarrollo Inclusivo del PNUD en Chile.
Información valiosa para aportar en decisiones y políticas públicas, y especialmente pertinente en el escenario de elección de nuevos líderes a nivel municipal y regional para enriquecer la discusión pública que guíe el mejor devenir y bienestar local los próximos años.
Subjetivo a objetivo
Herrera explicó que el estudio actualiza a nivel comunal el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que se realizó en Chile de forma periódica hasta 2017.
“Para el PNUD, en términos conceptuales el desarrollo humano es un proceso de ampliación de libertades y capacidades de las personas para que desarrollen los proyectos de vida que valoren y elijan”, expuso. Se manifiesta en el nivel de bienestar que es integral en su construcción, esencialmente subjetivo y de compleja medición.
El IDH da una aproximación objetiva al medir dimensiones de salud a través de tasas de años de vida potencial perdidos o muerte prematura, educación con indicadores de escolaridad, e ingreso per cápita.
El índice va de 0 a 1 como más alto nivel o desarrollo humano avanzado: “un país o comuna con IDH de 1 o cercano tiene los mejores o buenos indicadores en años de escolaridad alcanzados, ingreso per cápita y expectativa de vida”, precisó.
Fue así que, relevó el investigador, se constató que en Chile sólo seis comunas tienen IDH muy alto, todas del cono oriente de la Región Metropolitana, y en 116 comunas es bajo.
Las brechas se manifiestan crudamente. Habitantes de comunas con IDH muy alto obtienen ingresos hasta cuatro veces mayores que en sitios de IDH bajo y duplican al de comunas con uno alto. Hay más de cinco años de diferencia en la escolaridad entre comunas de alto y bajo desarrollo. En comunas de menor IDH hay más muertes prematuras.
Situación regional
Lo tan diverso como desigual entre sus 33 comunas destacan a Biobío, porque “se encuentra toda la variedad de niveles de desarrollo, excepto el muy alto, y es bien marcada la diferencia entre comunas urbanas y rurales”, afirmó.
“En el mapa regional se visualiza que se configura una conurbación entre Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz que tienen IDH alto, con Talcahuano, Penco y Hualpén que tienen uno medio-alto”, relevó. Un polo urbano donde habita 58% de la población regional y las condiciones de acceso a educación, salud y fuentes laborales propiciarían el desarrollo humano.
Muy distinto para Yumbel, Quilleco, Santa Bárbara, Quilaco, Alto Biobío, Lebu, Los Álamos, Cañete, Contulmo y Tirúa, con IDH bajo. “Son comunas rurales y aisladas o retiradas del polo de desarrollo, donde los datos muestran niveles de vulnerabilidad más altos y brechas en acceso a educación o salud que generan una situación compleja en términos de desarrollo”, sostuvo.
De ejemplo del contraste Herrera advirtió casi cinco años menos de expectativa de vida en Alto Biobío que en Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz.
Las otras comunas tienen IDH medio-bajo, excepto Los Ángeles con medio-alto y protagonista de un fenómeno que le diferencia a nivel nacional. “Las brechas no han cambiado los últimos 20 años, comunas que estaban en nivel alto o rezagadas siguen iguales. Pero, Los Ángeles ha cambiado su situación relativa y florecido en términos de desarrollo”, relevó.
Dijo que influye el crecimiento demográfico que le ubican como la única no capital regional con más de 200 mil habitantes, según el Censo 2017, y lo relacionó a variables como “buena infraestructura de educación superior, diversificación de economías y nuevas oportunidades laborales” que han atraído a más personas a residir allí e impulsar el desarrollo.
“Los Ángeles se podría transformar en un segundo polo de desarrollo regional y permear a comunas colindantes que puedan mejorar”, planteó, lo que invita a observar de cerca el fenómeno local.
“El modelo centralista ha terminado en una inercia en términos de desarrollo”
El PNUD calcula el IDH para numerosos países hace años y así ha estudiado las dinámicas de las desigualdades, generando conocimientos que refuerzan la importancia de realizar trabajos que miran con una lupa y siguen las situaciones locales, como el reciente estudio “Desarrollo Humano en las Comunas de Chile”, para incidir en un abordaje desde las evidencias y el contexto, porque ahí está la clave para generar decisiones e iniciativas más pertinentes, efectivas e impactantes.
Es que el investigador e integrante del PNUD para Chile Rodrigo Herrera enfatizó que “sabemos que las desigualdades no sólo se dan entre distintos grupos sociales, sino también entre distintos territorios”.
Y en nuestro país uno de los sinónimos de territorios es la comuna, la unidad básica de administración. Allí es donde las personas pueden acceder -o no- a la mayoría de los bienes y servicios que les permiten satisfacer sus necesidades, donde se enfrentan a estructuras de oportunidades o limitaciones con implicancias en la calidad de vida tanto presente como futura, donde sucede o se detiene el desarrollo, porque no es lo mismo tener una mirada nacional que una regional ni tampoco comunal, tampoco es lo mismo tener una global que particular a distintos fenómenos, como demostró el IDH.
Al respecto, el especialista advirtió que “si Chile se mira en un contexto global en términos de desarrollo humano aparece con uno muy alto, pero el índice cae y se pierde mucho desarrollo humano si se ajusta por desigualdades en educación, salud e ingresos”.
Reto país
Y ello se transforma en la evidencia cruda e innegable de un equivocado paradigma en la toma de decisiones y políticas que han trazado el desarrollo en Chile, que por largo tiempo han infravalorado y muchas veces invisibilizado las naturales diferencias entre las cientos de comunas, territorios y comunidades a lo largo y ancho de un país muy diverso y complejo desde sus condiciones bio-geográficas que inciden en lo cultural y social.
No puede ser igual la realidad y necesidad de una comuna costera que una cercana a la cordillera ni tampoco de una rural o una urbana, aunque muchas decisiones han sido transversales.
“El modelo de desarrollo que ha tenido Chile es centralista, decisiones que se toman a nivel central y luego se implementan en regiones o comunas, y hoy tenemos claro que ha terminado en una inamovilidad o inercia en términos de desarrollo”, aseveró Herrera, “en los últimos 20 años no ha pasado nada y se ha relegado a un rezago de desarrollo humano a comunas de baja densidad poblacional y a las rurales y/o aisladas, donde hay menor presencia de inversiones, infraestructura y probablemente poca conectividad”.
Sobre ello valoró que “es un desafío que el país está abordando con el proceso de descentralización, desde donde el nivel central se transfieren responsabilidades, capacidades y recursos a gobiernos regionales para que tomen decisiones a partir de problemas o situaciones locales para ir cerrando brechas”.
Insumo para avanzar
Y esta descentralización debe continuar para que las discusiones, decisiones y acciones sean las más pertinentes a problemas e intereses locales y fructíferas, y considerando los aportes que puedan dar la variedad de sectores y conocimientos que lleven a comprender los fenómenos, reducir desigualdades, aumentar el bienestar social e impulsar el desarrollo a nivel nacional desde la realidad y necesidad local.
En ese escenario el investigador relevó que el principal objetivo con el IDH comunal es disponer evidencia actualizada y contextualizada sobre la situación local al servicio de autoridades y tomadores de decisión del país, regiones y comunas.
“Nuestra recomendación es que el IDH sea un insumo que pueda ser analizado en complemento con otras medidas de bienestar como la tasa de pobreza por ingreso, pobreza multidimensional y desempleo, para entender de manera más completa el panorama socioeconómico del país o región”, resaltó.
En este sentido, entre las evidencias que provee el análisis, para comprender el fenómeno y orientar decisiones, está que en factores que explican las desigualdades están la cercanía urbana y dinamismo económico: comunas más cercanas a centros urbanos, con mayor autonomía financiera y variedad empresarial exhiben mejores niveles de desarrollo humano, como mostró el polo conurbano en Concepción o Los Ángeles. La razón es que habría más capacidad para generar y gastar recursos en infraestructura y servicios que promuevan el bienestar.
“El panorama es complejo y su solución requiere intervención bien pensada, harta articulación y participación comunitaria. Por eso el proceso de descentralización vinculado a estrategias de desarrollo regional y a lo que puedan hacer los municipios podría llevarnos a que en 5 o 10 años haya otra distribución del desarrollo humano y, esperamos, al cierre de brechas”, concluyó el especialista del PNUD Chile.
El estudio del PNUD para Chile y Biobío se encuentra disponible en este link.