Academia local aportó al desarrollo del pionero y vital “Acuerdo para el Agua”

18 de Octubre 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Cedida

José Luis Arumí de la UdeC y Paulina Medina de la Ucsc han sido parte del grupo académico que convocó a distintos actores para generar una visión común para avanzar en la crisis y gestión del recurso hídrico.

“Generar beneficios duraderos para los recursos hídricos de nuestro territorio y, por consiguiente, para todos sus habitantes, fomentando el bienestar y la prosperidad en todas las regiones del país” se espera del recién lanzado “Acuerdo para el Agua”.

Así ha declarado el grupo de académicos de distintas universidades a cargo de coordinar la iniciativa, fruto de 5 meses de trabajo colaborativo de distintos actores para construir una visión común en un tema vital y crítico en Chile: la gestión del recurso hídrico.

José Luis Arumí de la Universidad de Concepción (UdeC) y Paulina Medina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) integran el equipo que convocó a cerca de 20 instituciones vinculadas a distintos sectores del agua para delinear los contornos de la crisis hídrica y consensuar materias fundamentales que priorizar, elaborando un documento que, con seis puntos básicos, establece mínimos comunes y una hoja de ruta de largo plazo para aportar a tomadores de decisión en la ejecución de acciones concretas para avanzar.


El contexto

El Acuerdo surgió como necesidad en un contexto alarmante.


Chile es uno de los 10 países más vulnerables al cambio climático, y uno de sus efectos ha sido reducción de precipitaciones y una megasequía que trajo escasez hídrica que afecta a comunidades en múltiples territorios de Biobío y Chile, siendo una de las naciones con más estrés hídrico, según el Instituto de Recursos Mundiales. Además, “naturalmente” hay zonas con déficit y falencias en políticas de gestión.

“Después de un intenso período de discusión en torno a la gobernanza del agua, que incluyó las dos propuestas constituyentes y la modificación del Código de Agua del 2022, muchos actores sentimos que hay inmovilismo en torno a la problemática hídrica”, afirma Arumí, director del Departamento de Recursos Hídricos e investigador del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería UdeC. “Por un lado se produjo una especie de saturación mediática y por otro llovió, y llevó a que mucha gente olvidara los problemas asociados a la gestión del agua en Chile”.


Pero, es enfático: “los problemas en torno al agua seguirán, si miramos a largo plazo, agravándose por la incertidumbre del cambio climático”. Ha ido transformando las condiciones normales y aumentando frecuencia e intensidad de eventos extremos como sequías, y se proyecta que el fenómeno siga avanzando.

“Superar el inmovilismo demanda un sentido de urgencia y enfoque de largo plazo. No será tarea de un solo gobierno o sector. Mientras no se logre un acuerdo nacional para el agua, ponemos en riesgo la calidad de vida de las personas, del medio ambiente y el desarrollo del país”, releva Medina, a coordinadora de Formación Continua y Servicios de la Facultad de Ciencias Ucsc, y la declaración.


Desde allí manifiesta que “tenemos la convicción de que el camino de la colaboración y el diálogo es la única forma de avanzar y enfrentar la crisis hídrica y mejorar la gestión del agua del país”.

Seis puntos


El “Acuerdo para el Agua” resultó del análisis de información levantada en distintos talleres, determinando seis grandes puntos de encuentro entre distintos actores hídricos para construir una visión común e integral.

El primer esencial punto es la necesidad de contar con una política nacional para la gestión del agua que se sustente en una mirada compartida y de largo plazo que trascienda ciclos políticos.


Le sigue la urgencia de mejorar la institucionalidad para el agua en pos de una gobernanza coordinada y descentralizada para responder de forma pertinente y oportuna según las diversas necesidades dentro del diverso territorio nacional.

Los otros retos clave son: validación y consideración de la cuenca hídrica como unidad de gestión; participación de todos los actores sociales en la toma de decisiones; demanda de información, monitoreo y conocimiento; y protección del ciclo hidrológico.


Acordar para avanzar

“Que Chile cuente con un acuerdo refleja la capacidad de colaborar, ceder y reconocer que desde la legítima diferencia también somos capaces de encontrar espacios de encuentro”, valora Paulina Medina sobre una iniciativa. Y se espera que impacte en que “actores del mundo político vean que es posible avanzar en la generación de acuerdos que apunten más allá de la próxima campaña electoral”, complementa José Luis Arumí.


De asociaciones gremiales y productivas a gobiernos locales y programas de Agua Potable Rural, de ONG a la academia y profesionales de distintos puntos del país participaron del trabajo que permitió consensuar los puntos que sustentan al “Acuerdo para el Agua”.

Para que materialice su potencial de impacto, la necesidad y desafío es que se conozca a nivel social y llegue a autoridades e instituciones a cargo de tomar decisiones y definir políticas y normas que encaucen las transformaciones que se proponen en base a la experiencia y evidencia científica que dispone la diversidad de actores de diversos territorios y ámbitos, y que se requieren en pos del bienestar medioambiental y social.


“Sumarse a esta propuesta y a tomar esta declaración como el inicio de un proceso de cambio, desde una visión compartida sustentada en la confianza, la cooperación y buscando el bien común de Chile”, es el llamado del equipo intersectorial del “Acuerdo para el Agua”, con integrantes como la Asociación de Municipalidades de Chile, Asociación de Municipios Rurales, Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios, Confederación de Canalistas de Chile, Sociedad Nacional de Agricultura, The Nature Conservancy en Chile, y fundaciones Newenko y Cosmos.

Y desde la web www.acuerdoparaelagua.cl es posible conocer en detalle la declaratoria y el proceso de trabajo como también que nuevos actores e instituciones adhieran.