Ciencia y Sociedad

Amenaza a la salud: resistencia antimicrobiana reunió a especialistas

Desde la UdeC se organizó el Segundo Curso de Infectología, con centro en la que se proyecta como principal causa de muerte global al 2050.

Por: Natalia Quiero 12 de Octubre 2024
Fotografía: Cedida

En 2050 morirá una persona cada 3 segundos si no se actúa decididamente para frenar el avance a la resistencia antimicrobiana. Así, se volverá la principal causa de muerte en el mundo al provocar 10 millones de víctimas fatales, el doble que hoy, y superar el letal liderazgo que hoy tienen el cáncer, enfermedades cardiovasculares y accidentes de tránsito.

Es la advertencia tajante del microbiólogo Mario Quezada, en base a proyecciones de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el fenómeno que acecha el bienestar de la sociedad global que también es local, y en que se contextualiza como necesidad de impacto vital el “Curso de Infectología de Concepción”.

Una iniciativa impulsada desde 2023 por la Unidad de Infectología del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC) donde es académico el doctor Quezada y que bajo su dirección realizó su segunda versión estos 10 y 11 de octubre con más de 20 especialistas exponentes que abordaron las últimas evidencias sobre temas críticos en torno a la resistencia a los antimicrobianos, desde ciencias básicas a práctica clínica.

Porque el investigador destacó que el origen y objetivo del curso es impactar en salud, desde la formación académica e investigación y al quehacer clínico al actualizar conocimientos y entregar herramientas para aplicar en la práctica de profesionales que abordan enfermedades infecciosas y usan antimicrobianos, y lidian cada vez más con organismos que resisten a fármacos, como bacterias multirresistentes al arsenal de antibióticos disponibles.

Para impactar en salud

Los antimicrobianos son los agentes que combaten microbios o microorganismos patógenos implicados en múltiples enfermedades complejas y prevalentes. Es así que están los antibióticos contra bacterias, antivirales en virus, antifúngicos para hongos y antiparasitarios si son parásitos.

En ese marco en el curso se abordaron tópicos en torno a la resistencia antibiótica, tratamientos y afecciones como VIH, tuberculosis, infecciones por patógenos emergentes como hongos y parásitos, además de casos clínicos.

Al respecto, Quezada contó que para profundizar la educación e impacto en se respondió a la solicitud expresada por asistentes de la versión previa, con mayor foco en la resistencia antibiótica, de ampliar a lo antimicrobiana e integrar problemas más emergentes.

“La resistencia antibiótica es lo que más vemos en la práctica clínica, pero el problema es transversal y la amenaza mundial es la resistencia a los antimicrobianos. No sólo las bacterias están siendo resistentes a los antibióticos, también los virus, hongos y parásitos están siendo resistentes a los antivirales, antifúngicos y antiparasitarios”, manifestó.

Programa

Conferencias y mesas redondas fueron algunas instancias en que se desplegó el curso a cargo de especialistas científicos y clínicos locales, nacionales e internacionales.

Por ejemplo, el director del Laboratorio de Investigación en Agentes Antibacterianos UdeC, doctor Gerardo González, abordó la resistencia a los antibióticos en ambientes externos. El consultor internacional de la OPS, doctor Germán Esparza, habló de nuevas pruebas de susceptibilidad en asociaciones con antibióticos. Y el jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), doctor Jaime Labarca, se centró en nuevos inhibidores para bacterias y el impacto de la resistencia antibiótica sobre la salud pública.

Distintas aristas de infecciones por hongos, parásitos y emergentes abordaron la pediatra María Eugenia Castro y los científicos Pablo Oyarzún e Ítalo Fernandez, académicos UdeC.

La doctora María Elena Ceballos, académica PUC, abordó la resistencia de VIH en Chile; y el doctor Gonzalo Espinoza, inmunólogo del Centro de Atención de Pacientes con VIH del Hospital Regional de Concepción habló de nuevas terapias.
Y la infectóloga del Hospital Clínico UC, María Elvira Ballces, trató los avances en el diagnóstico y tratamiento de tuberculosis.

 

Resistencias, fenómeno biológico que se vuelve un problema socio-sanitario

¿Por qué la resistencia antimicrobiana es una amenaza tan letal?

Resistencia es que los microbios, muchos de los cuales son patógenos, son capaces de generar mecanismos que les vuelven inmortales a productos diseñados para combatirlos, como fármacos para tratar o curar enfermedades infecciosas prevalentes y muchas graves por su carga de morbimortalidad. También tienen la capacidad de transmitir estos mecanismos de resistencia. Entonces, provoca serios problemas en la diversidad y efectividad de tratamientos.

Y, la constante evolución de las resistencias puede llevar, y está llevando, a volver intratables enfermedades con notables impactos sobre la salud pública y el bienestar personal y social.

Es un fenómeno biológico que se transforma en un problema socio-sanitario, saben los especialistas que trabajan en el área como los organizadores y participantes del “Curso de Infectología de Concepción”, y las dinámicas e implicancias de la resistencia antibiótica es el mejor ejemplo para abordarlo.

Ésta es, según sostuvo el director del programa, doctor Mario Quezada, la que definitivamente encendió la alerta y la más extendida e impactante sobre la salud pública y expectativa de vida/bienestar de las personas aquejadas por infecciones de bacterias resistentes, en el contexto de una problemática transversal a los agentes antimicrobianos.

La enorme carga de mortalidad que está teniendo y que tendrá es la mayor alerta, pero el académico UdeC recalcó que sus potenciales graves impactos van más allá: “el 80% de los antibióticos no se utilizan en salud humana, sino que en producción agropecuaria, por lo que la resistencia frenaría objetivos de desarrollo y a 2050 se proyectan pérdidas por sobre 100 trillones de dólares en el PIB mundial”.

Origen natural, impacto social

Sobre el fenómeno biológico de impacto socio-sanitario de la resistencia antibiótica ahondó el médico internista e infectólogo Jaime Labarca, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la PUC.

“Los antibióticos han sido uno de los adelantos más importantes de la medicina y cambiaron la expectativa de vida de las personas”, resaltó. Siglos atrás fallecían por infecciones que con los antibióticos se volvieron cuadros pasajeros.

“Pero, las bacterias aprendieron a defenderse, cada vez tienen más mecanismos y se han transmitido a otras bacterias más resistentes”, advirtió. El origen de la resistencia está en la naturaleza de sobrevivir que tienen todos los seres vivos, aclaró, así que las bacterias (y microbios) utilizan sus capacidades para protegerse de agentes a los que se exponen y en la exposición van generando resistencia que pueden diseminar hasta crearse algunas cepas multirresistentes, resistentes a múltiples antibióticos.

Y aseveró que la lucha contra estos organismos, para tratar enfermedades infecciosas y salvar vidas, no es fácil. “Desarrollar antibióticos puede tardar 10 a 15 años. Y las bacterias usan distintos mecanismos, a veces muy sofisticados, para desarrollar resistencias en 2 a 3 años. Entonces, las bacterias pueden sobreponerse relativamente rápido a nuevos antibióticos que se puedan desarrollar. Y una vez que bacterias desarrollan mecanismos de resistencia se pueden transmitir entre personas”, advirtió. Así aumenta el impacto letal del fenómeno.

Y la exposición al antibiótico o antimicrobiano propicia la resistencia, que empeora ante el mayor uso. Por eso es muy presente en lo intrahospitalario, porque Labarca precisó que “el 50% de pacientes hospitalizados recibe antibióticos”, usados para tratar y prevenir infecciones.

“Aunque la resistencia antibiótica se ha ido posicionando en el ámbito ambulatorio”. Y nombró en lo más prevalente a infecciones cutáneas y urinarias.

Aquí juega un rol la gran exposición a antibióticos por sobreuso, muchas veces por tratamientos mal orientados y automedicación.

¿Qué hacer?

Para abordar la problemática, frenar su avance y la mortalidad, cada actor social tiene algo que aportar, donde la clave que dieron los especialistas es usar con prudencia los antibióticos y antimicrobianos.

“Los antibióticos son necesarios, pero hay que ser muy estricto en su uso”, relevó Labarca. Sobre ello contó que en el ámbito hospitalario existen programas para controlar que no se usen de más, junto con rigurosas medidas de higiene como lavado de manos para evitar transmisiones de patógenos. En lo ambulatorio también deben prescribirse sólo si estrictamente necesario.

Algo que, complementó Quezada, va ligado a la responsabilidad y autocuidado, con medidas de higiene y preventivas de infecciones, además de evitar la automedicación y sólo seguir tratamientos indicados por médicos.

Y en ello relevó la necesidad e impacto social de una instancia como el curso que ha liderado y la divulgación científica hacia la sociedad en distintos formatos, porque es crucial conocer el problema para reconocer cómo combatirlo.

“La vinculación con el medio, la difusión del tema y la comunicación de riesgo es relevante a nivel clínico, también lo es llevar esta información a tomadores de decisiones que pueden legislar y fomentar políticas públicas que ayuden a mitigar estos problemas, y por supuesto alfabetizar y concientizar a la población para el uso racional de antibióticos”, cerró.

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