La Universidad del Bio-Bío desplegó la versión número 26 del evento entre el 1 y 4 de octubre, convocado a 76 equipos de todo Chile.
Por Natalia Vargas y Natalia Quiero
“Gracias a esto descubrí que la ciencia es divertida. Me gustó poder venir y estar con mi compañero”, expresó Lucas Pacheco, estudiante del Colegio San José de San Pedro de la Paz, quien junto con su compañera Matilde Bernal elaboró el proyecto “Dibujando en el agua”, pensado para aprender geometría de manera gráfica e interactiva a través de una dinámica que usa tapas con imágenes en el agua.
En el mismo sentido, la estudiante del Colegio Marina de Chile de Concepción Emilia Ruiz manifestó que “fue genial investigar sobre este mito y el colegio nos apoyó, así que estamos contentos de estar aquí y presentar nuestro proyecto”; su propuesta se llama “La regla de los 5 segundos”, desarrollada en conjunto con su par José Rebonatto para investigar y determinar que es falsa una popular creencia que plantea que si antes de dicho periodo se recoge un alimento que cae al suelo se evita su contaminación y es 100% inocuo comerlo.
Y el joven Jorge Cisternas destacó que “fue bueno poder pensar una idea, planificarla y lograr presentar una propuesta que creemos que puede ayudar al medio ambiente”. Se trata de “Cultivos verticales autosustentables”, innovación que aborda una forma de cultivo que crea su propio fertilizante y al ser vertical usa menos espacio que una plantación tradicional, que trabajó en equipo con su compañera en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Concepción Anastasia Riquelme.
Son tres experiencias locales, entre decenas de la región y todo el país, que se presentaron en una nueva versión de la Feria Nacional de la Ciencia y la Tecnología que se realiza en la Universidad del Bío-Bío (UBB) y que del 1 al 4 de octubre desplegó su versión número 26.
Fueron 76 los proyectos escolares, en duplas de estudiantes con apoyo de un docente, de enseñanza básica y media de establecimientos de distintas comunas de norte a sur que participaron del evento organizado por la Facultad de Ciencias de la UBB en colaboración con el Colegio Concepción San Pedro.
La instancia permitió a todos los equipos mostrar interesantes avances y resultados alcanzados en diversidad de iniciativas que se realizan en instituciones de todo Chile para abordar distintos problemas y desafíos. Y, como parte del proceso, fueron evaluados para reconocer a equipos en distintas categorías.
Es así que en la XXVI Feria Nacional de la Ciencia y la Tecnología se expusieron iniciativas de investigación e innovación enfocadas en distintos fenómenos como proteger el suelo por medio de invernaderos autosuficientes, usar plantas para mejorar la calidad de la tierra, asegurar la prevalencia de la flora y fauna local, sólo por mencionar ejemplos.
La académica UBB Ximena Torres ha estado a cargo por 15 años de la organización de la Feria, cuyo objetivo es facilitar el encuentro de estudiantes y docentes en torno a temáticas científicas para conocer y valorar los resultados de los proyectos. Así, año a año, se consolida cada vez más como una vitrina que permite visibilizar a jóvenes talentos junto con el gran potencial de impacto de conocimientos e ideas que se basan en la ciencia, tecnología e innovación.
Por ello la intención es motivar a comunidades escolares a que participen y tener el mayor alcance posible “Hacemos una invitación lo más masiva que podemos a todas nuestras bases de datos, establecimientos educacionales de básica y media del país. Ya sean municipales o particulares, todas. También tratamos de abordar zonas rurales y zonas urbanas”, destacó la organizadora.
Tras ello, los participantes se seleccionan por un comité integrado por varios docentes de la UBB. “Tomamos todos los trabajos y les hacemos un proceso exhaustivo. Necesitamos que los proyectos tengan un nivel de desarrollo de investigación científica que nos satisfaga para ser presentados aquí”, relevó.
La feria tiene tres categorías de las que se deciden proyectos ganadores, acorde a aspectos de su desarrollo y exposición: educación parvularia (asisten un día), básica y media. Torres expuso que se distinguen con medalla, diploma y un obsequio.
Aunque el primordial valor e impacto de participar de este espacio no está en ganar un lugar, si bien siempre es aliciente, sino en lo enriquecedora de una experiencia de esta índole: “El impulso para participar en la feria no es un fin económico, sino que se realiza con la intención de potenciar la pasión y confianza en los estudiantes y sus profesores. Los chicos obtienen confianza en ellos mismos. Y esa confianza los hace motivarse”.
Foto: Natalia Vargas
Es así que la existencia de la Feria Nacional de la Ciencia y la Tecnología se reconoce como importante, impactando a varias generaciones de comunidades escolares de distintos sitios desde sus inicios hace más décadas y que hacen que, cada año, la historia se proyecte más.
Ximena Torres relató que en los inicios, el evento se enfocaba en la tecnología y el académico a cargo entonces pertenecía a la Facultad de Física UBB.
“Luego fue creciendo y evolucionando, de la iniciativa de los inventos hacia cualquier otro tipo de investigación en ciencias, pero siempre orientado a los escolares”, explicó la docente.
Posteriormente, siguió abriéndose a distintas facultades de la casa de estudios superiores y a la comunidad, lo que permitió dar un carácter asociado a todas las áreas científicas. Además, “creció regional, luego nacional e incluso tratamos de internacionalizarla y durante dos jornadas lo logramos”, afirmó. Lamentablemente, con la pandemia de Covid-19 se limitó su masividad, que sí pudo retomarse.
En virtud de continuar la trayectoria el objetivo para la organización es seguir progresando en la investigación e innovación, potenciando la ciencia en niños y adolescentes, abriendo las puertas de la UBB a la ciudadanía y creando una comunidad involucrada en los cambios e innovaciones propuestas por estudiantes de Chile.