La primera sudamericana en ganar el principal premio del mundo en comunicación científica visitó Concepción para abordar la vital importancia e impulsar su desarrollo de la mano de las nuevas generaciones.
“Lo que no se comunica no existe”. La premisa es de las enseñanzas básicas en periodismo y disciplinas vinculadas a las comunicaciones, y la convicción que expresa firme Andrea Obaid, presidenta de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (Achipec) y una de las principales figuras chilenas del periodismo científico, actividad a la que se dedica hace más de 18 años, a través de diversidad de destacadas iniciativas.
Periodista científica que siempre ha estado impulsada por la certeza de que “si no se saca el conocimiento de los laboratorios no va a impactar a la sociedad; y una sociedad sin conocimiento no puede crecer ni desarrollarse, se queda en la falta de educación”.
Es que está convencida que si no se comunica no existe y si no existe no impacta, pero también que “la ciencia y tecnología pueden cambiar a la sociedad, y cuando comunicas esa información que viene de los laboratorios la gente se apropia de ese conocimiento y puede tomar decisiones informadas”.
Tan fundamental es esta labor y potente la contribución de la periodista para permitir que exista e impacte el conocimiento en el país que en 2023 se convirtió en la primera sudamericana en distinguirse en los prestigiosos Premios Eric y Wendy Schmidt a la Excelencia en Comunicación Científica, los “Oscar” del rubro que otorgan las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos junto a la Fundación Schmidt Futures; mientras este 2024 es una de las 50 mujeres más poderosas de Chile por la revista Forbes edición agosto-septiembre.
Por eso, desde su notable experiencia, Andrea Obaid se ha empoderado con relevar el valor de la divulgación y comunicación científica para inspirar y promover que se sumen cada vez más profesionales, periodistas y de toda área del saber; motivo que la trajo a la Universidad de Concepción (UdeC) para liderar una jornada para fomentar competencias y motivación a nuevas generaciones (más abajo).
Porque, más que posible, se necesita que haya cada vez más personas formadas y dedicadas a comunicar la ciencia y conocimiento en pos del desarrollo y bienestar de la sociedad, que no sea un interés de nicho exclusivo ni una acción esporádica por falta de tiempo o recursos.
“Ya no se trata de hacerlo o no, para mí es un deber ético comunicar la ciencia hoy, cuando estamos en una convergencia de crisis sanitaria, climática y biodiversidad, con todos los desafíos que nos pone la inteligencia artificial y la era de la manipulación de la desinformación y fake news. El momento es ahora”, releva Obaid.
Muchas situaciones complejas ocurren en simultáneo y pueden afectar a la población de distintas formas. Por eso urge que esté informada, saber qué está pasando y cómo ser crítico ante las diversas fuentes a las que se puede acceder y la viralización de contenidos por redes sociales que muchas veces son falsos o erróneos y generan riesgos en decisiones y acciones, como la negación al cambio climático o el movimiento antivacunas.
Alguien debe enseñar la verdad y discernir, y son los comunicadores científicos que hablan desde la evidencia que es información verídica y confiable, y debe llegar de forma realista en sus alcances y oportuna para impactar beneficiosamente.
Foto de Raphael Sierra
Por su valor social y vital “necesitamos que la comunicación de la ciencia cada vez tenga más importancia en Chile”, manifiesta Andrea Obaid, quien ha liderado y participado en numerosos proyectos televisivos, radiales, multiplataforma e interdisciplinarios desde la mitad de la primera década de los 2000, cuando cambió del periodismo de espectáculos al científico para dar sentido a su profesión y vocación, pudiendo ver en primera persona el crecimiento nacional en el área y reconocer los desafíos pendientes.
Cuando decidió involucrarse fue a formarse al Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la Universitat Fabra (España), porque en Chile no había oferta. Ahora hay programas de especializaciones y han ido aumentando los comunicadores científicos; pero falta por avanzar y hay mucho por hacer para fortalecer el área y su impacto social.
En este contexto en la Achipec, donde son cerca de 160 socios, tras 9 años este 2024 va a realizar el Encuentro Nacional de Profesionales de la Comunicación y Divulgación en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), los 12 y 13 de diciembre en Valparaíso y con apoyo de entidades como Unesco, Unión Europea y el Consejo de CTCI. También están trabajando en una estrategia nacional de comunicación pública de la CTCI, para que haya un lineamiento país que permita posicionarla, robustecerla e impactar a la sociedad.
El fortalecimiento va de la mano con que existen muchas formas de comunicar lo que se hace en laboratorios y se socializa a la comunidad especializada en papers e instancias académicas, desde tradicionales medios de comunicación masivos a charlas o novedosos podcasts. “Se pueden hacer manifestaciones artísticas, composiciones musicales, murales, libros, videojuegos, cuentas de redes sociales”, sostuvo.
Para el mayor éxito, en experiencia de Obaid, la clave está en atraer al público con emoción y entretención, y hay un poder en el trabajo colaborativo entre periodistas e investigadores, cada uno con sus experticias y herramientas, la base de comunicación y la científica.
“El trabajo mancomunado entre periodistas e investigadores puede llegar a una estrategia mucho más poderosa para impactar a la sociedad con mayor conocimiento”, afirma, “si ambos mundos nos respetamos, generamos una alianza y confianza, podemos crear grandes proyectos y muchos subproductos que vayan a distintos públicos en distintos formatos”.
Tiene más de una evidencia experiencial exitosa.
Uno es la serie “Cocina LAB: comer tiene su ciencia” emitido por NTV y TVN que le valió su premio internacional, y generó un programa radial y un libro. Junto al biólogo celular chileno Alejandro Roth se aliaron para comunicar la ciencia mediante preguntas que surgen en un espacio tan cotidiano como la cocina; por qué se llora al manipular la cebolla, por qué se infla el pan en el horno, por qué el limón cambia el color de las proteínas, por ejemplo.
“Tecnociencia” nació de un programa radial para luego transformarse en uno televisivo que se emitió por 10 temporadas en Canal 13 Cable para abordar el turismo científico. Con el material surgieron dos libros, una exposición itinerante, una página web y una aplicación.
Y en el “Cosmos del Profe Maza” invitaron al conocido astrónomo y divulgador chileno José Maza en volverse una caricatura para acercarlo al público infantil. El programa es emitido por NTV y TVN, suma tres temporadas y más de 30 capítulos de 5 minutos que abordan las ciencias del Universo de forma simple y entretenida, y ha ganado varios premios.
Así que el mensaje de Andrea Obaid es “ser creativos, usar el ingenio e innovar para comunicar”; lo enfatizó en su estadía en la UdeC y lo enfatiza en cada instancia de este tipo y/o que le da la oportunidad de inspirar e impactar con su quehacer, experiencia y convicción.
Y es que, como sea, comunicar la CTCI que se desarrolla en la academia y laboratorio para que no quede encerrada entre paredes y literatura especializada disponible sólo para algunos.
Importa que profesionales y medios de comunicación se interesen y den espacio al área, pero para la periodista científica el gran cambio, interés y deber tiene que estar en científicos y científicas, en que reconozcan las necesidades de la sociedad actual de acceder a información fidedigna en torno a distintas materias y que se hagan responsables de sus disciplinas y posibilidades de acción.
“Los científicos tienen el conocimiento de base, la investigación e información en sus manos y también la credibilidad que muchas veces comunicadores como periodistas no tenemos. Por eso la invitación es que sean voces activas, que sean primera fuente e influencers, que aprovechen todos los espacios y vitrinas para comunicar y derribar mitos y fake news”, enfatizó.
Valora especialmente la gran plataforma que son redes sociales como Instagram y Tik Tok para divulgar de forma entretenida y llegar a diversos públicos.
“Hay casos exitosos como Tere Paneque y Gabriel León”, joven astrónoma y autora chilena que se ha hecho conocida a nivel nacional e internacional a través de dichas plataformas, y biólogo chileno reconocido como divulgador con charlas o libros y asesor científico, “pero necesitamos más creadores e influencers y en distintos rubros, no sólo astronomía y biología, porque hay muchos ámbitos de la ciencia que se puede comunicar. Hay que partir de cero, pero todos partimos de 0 alguna vez, y aunque no haya muchos seguidores siempre se impactará a alguien”, cierra.
Mejorar las habilidades de comunicación efectiva de las investigaciones y evidencias científicas fue el gran objetivo de la jornada que lideró Andrea Obaid en su reciente visita a la UdeC. La actividad se concretó a través de la organización de la Dirección de Postgrado y se orientó a estudiantes de programas de magíster y doctorado en la casa de estudios.
El evento consideró una charla sobre el estado de la comunicación científica en Chile, junto a un taller para desarrollar conocimientos y competencias.
Estrategias para comunicar ciencia a audiencias no especializadas, uso de redes sociales y medios digitales, y generación de proyectos multiplataforma, fueron parte de las aristas que la reconocida periodista científica abordó para enseñar, orientar, inspirar e impulsar a nuevas generaciones que den vida a la comunicación científica a nivel local, y cuya alta convocatoria fue una demostración de la cada vez mayor y necesaria valoración e interés por esta actividad.