Ciencia local fomenta la seguridad y avance del reciclaje del plástico

22 de Agosto 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Raphael Sierra P.

Proyecto que lidera el CIPA y participan la UdeC, Ucsc y UBB busca generar evidencias sobre presencia y remoción de sustancias nocivas presentes y que limitan procesos de reúso

En Chile se consumen cerca de 990 mil toneladas de plástico cada año, en alto porcentaje de tipo desechable, y se reciclan menos de 84 mil toneladas que equivalen al 8,5% del total. Así que, mayormente, es basura que termina en vertederos o ambiente, sobre todo el océano, para quedarse e impactar hasta varios siglos.

Las cifras permiten cuantificar la magnitud local de una de las mayores problemáticas globales, la contaminación plástica, a causa de la larga y masiva dependencia de la sociedad contemporánea con el material usado para fabricar enorme diversidad de artículos de larga vida útil y también de un uso que transformaron la vida diaria de las personas y al planeta: es tan durable que puede tardar de 100 a mil años en degradarse en que está y contamina; con el tiempo se pueden liberar componentes tóxicos que se usan en la fabricación y pueden afectar la salud de las personas; la fauna puede verse dañada por incidentes diversos como enredos o ingesta.

Ante eso Chile se destaca por leyes que regulan aspectos de reciclaje y responsabilidad extendida del productor (REP), promulgada en 2016; entrega y venta de bolsas plásticas, promulgada en 2018 antecedida por un decreto municipal de Concepción; y plásticos de un uso y botellas plásticas que entró en vigor en 2021.


Aunque para el éxito de las normas, y sobre todo la protección del medioambiente y bienestar de las personas, quedan varios retos que abordar y en ello la ciencia tiene mucho que hacer, decir y aportar. Ahí el origen y potencial de impacto de “Recycle Safe”, iniciativa regional que significa “Reciclar Seguro” que se lidera desde el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA) y participan investigadores de las universidades de Concepción (UdeC), Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) y del Bío-Bío (UBB), además de contar apoyo de expertos de España.

El proyecto


“Recycle Safe”, de la mano de un equipo interdisciplinario en que se combinan distintas experiencias y experticias, busca contribuir con una base de evidencias sobre la presencia de residuos nocivos en envases y embalajes plásticos y formas de remoción, y así incrementar la seguridad ante la manipulación y reciclaje que se requiere aumentar en alcance e impacto.

“Cuantificar, identificar y clasificar componentes peligrosos en el plástico es fundamental, ya que dificultan los procesos de reciclaje tanto químico como mecánico”, sostuvo la doctora Saddys Rodríguez, directora del proyecto cuya ejecución de cuatro años se enmarca en el subsidio “Fortalecimiento al Desarrollo Científico Tecnológico de Centros Regionales” de la Anid.


Para ello es que las investigaciones, que se espera que culminen en 2027, se dividirán en dos etapas para abordar desafíos específicos. En la primera se busca usar diferentes técnicas de análisis y proponer pretratamientos para identificar compuestos peligrosos presentes en los plásticos. Luego, se estudiará la separación de los componentes mediante tecnologías de purificación que se usan en procesos de reciclaje mecánico y químico.

Desafío e impacto


Para el mejor desarrollo se convocó a un Comité Científico Técnico integrado por investigadores regionales e internacionales para abordar en conjunto los distintos desafíos del proyecto, resaltó el doctor Claudio Toro, director ejecutivo del CIPA e investigador principal en “Recycle Safe”.

“El desafío científico-tecnológico será mejorar los avances existentes en técnicas de identificación, pretratamiento y separación de contaminantes peligrosos desde plásticos residuales, proponiendo mejoras y nuevas alternativas a procesos de reciclaje mecánico y químico”, sostuvo. Y añadió que “el conocimiento a generar será de vital importancia para asesorar la toma de decisiones y políticas públicas”.


Y es que como resultado se aspira a entregar evidencias e insumos para que la manipulación y reúso de envases y embalajes plásticos no se traduzca en ningún, y fomentar el reciclaje efectivo. De esta forma se busca aportar a avanzar en la gestión de residuos plásticos y reciclaje, valoración y aprovechamiento de materiales y materias primas, economía circular, y desarrollo socioeconómico y bienestar de la población.

De cara a ese horizonte es que el investigador manifestó que “el principal desafío será que a partir de la investigación realizada se puedan desarrollar tecnologías útiles y aplicables a la industria nacional, así como asistir técnicamente a las empresas en los requerimientos y regulaciones futuras”.


En ese sentido será crucial socializar los resultados más allá de la comunidad científica, por lo que se abordará la divulgación a la sociedad con acciones para llegar a públicos de interés locales y para comunidades escolares con la participación del CIPA dentro del Proyecto Asociativo Regional (PAR) Explora Biobío.


“Recycle Safe”: reto científico que derribará límites para reciclar el plástico y la economía circular

“La economía circular aparece como una de las principales alternativas para mitigar la contaminación por plásticos. No obstante, los aditivos químicos para plásticos presentes, algunos considerados compuestos peligrosos, son motivo de preocupación porque pueden obstaculizar el impulso hacia una economía circular”, afirmó el investigador Claudio Toro como aristas críticas, dentro del contexto de la contaminación plástica, que hacen relevante abordar los objetivos que se plantean en el pionero “Recycle Safe”.


Las evidencias

“En la literatura se ha encontrado información de que los aditivos para plásticos contienen sustancias químicas perfluoradas, ftalatos, bisfenoles y nonilfenoles, muchas son alteradores endocrinos”, advirtió. “En el proyecto se ha puesto especial atención a los ftalatos, metales, hidrocarburos policíclicos aromáticos y compuestos orgánicos volátiles”, relevó.


Y ante la gran problemática enfatizó que se hace evidente que los esfuerzos deben orientarse a evitar que los aditivos potencialmente peligrosos se transfieran durante los procesos de reciclaje, y evitar que se acumulen y migren al entorno para provocar riesgos y daños a la salud de personas y medioambiente.

Sobre ello destacó que en Chile hay investigaciones que han identificado sustancias peligrosas, pero un vacío en torno a soluciones concretas para su remoción. En países como los europeos hay más avance en el estudio de procesos, pero la implementación de las soluciones a escala industrial es aún compleja, dijo.


Así que “Recycle Safe” podría implicar un salto sustancial en y desde la Región del Biobío, de la mano de colaboradores que aportarán su experiencia en torno a distintos objetivos y desafíos.

Ciencias químicas UdeC


Dentro del plantel como investigador principal está el doctor David Contreras, director del Laboratorio de Recursos Renovables y académico del Departamento de Química Analítica e Inorgánica de la Facultad de Ciencias Químicas UdeC.

Con su grupo trabajará en metodologías para remover compuestos potencialmente tóxicos mediante procesos de oxidación avanzada. Además, “contribuirá en el análisis químico de productos generados durante el tratamiento de materiales para su reúso y en la deconstrucción de materiales poliméricos”, precisó.


Para ello desarrollarán distintos métodos. “También implementaremos procesos de oxidación avanzada que son sostenibles y utilizan energía solar en condiciones ambientales”, afirmó.

Como grupo de investigación les sustenta su experiencia centrada en métodos de oxidación avanzada usando energía solar para valorar productos de desecho y remoción de contaminantes emergentes como antibióticos y disruptores endocrinos.


“Hemos desarrollado materiales y procesos oxidativos para la valorización de materiales y la descontaminación de aguas recicladas y naturales. También hemos validado métodos analíticos para cuantificar contaminantes emergentes, lo cual es fundamental para los objetivos del proyecto actual”, destacó Contreras como principales resultados e hitos.

La pirólisis


Como parte del logro de objetivos de “Recycle Safe” será relevante el estudio de la pirólisis, proceso químico que se realiza a altas temperatura y sin oxígeno para la descomposición de casi todos los materiales, excepto vidrio y metales.

Es una experticia y arista a la que aportarán desde el Centro de Energía Ucsc con su directora altera, doctora Laura Azócar, como investigadora principal del proyecto.


Y contó que el objetivo en que trabajan será investigar la pirólisis en plásticos y si se pueden producir olefinas livianas libres de sustancias tóxicas desde las que generar nuevos productos de valor, como otro plástico o combustible.

“La finalidad del proyecto es dar un nuevo uso a los residuos. Y el proceso de pirólisis permite generar un precursor para dar un nuevo producto de buena calidad, que son las olefinas livianas”, manifestó la académica de la Facultad de Ciencias Ucsc, “esto podría suponer una alternativa que permitiría dar una segunda vida y más segura a un producto tan presente en nuestra sociedad”.


Con su grupo vienen investigando la pirólisis en diversos proyectos que han permitido implementar la infraestructura necesaria. Al respecto relevó el empleo para la transformación y valoración de aceites residuales de fritura para producir combustibles de aviación. “También tenemos desarrollos asociados a la producción de Bio GLP. Es una especie de gas licuado de petróleo, pero de origen renovable”, afirmó.

Potencial de impacto


Con todos los aportes científicos “Recycle-Safe” permitirá proponer alternativas tecnológicas para gestionar la eliminación de contaminantes presentes en el plástico, permitir su incorporación segura en la cadena de valor y maximizar el aprovechamiento como materias primas.

Así se impulsará la transición a la economía circular y reducirá el impacto al medioambiente y personas.


Se proyecta que las empresas puedan acceder a estas tecnologías mediante licencias y servicios, o desarrollar otras soluciones innovadoras y viables.