Medicamentos fraudulentos y mal almacenados, pueden no solo carecer de efecto terapéutico, sino también causar toxicidad y graves efectos adversos. Las especialistas instan a la población a adquirir fármacos solo en establecimientos formales y bajo la supervisión de un profesional.
En mayo de este año el Instituto de Salud Pública (ISP), en un trabajo en conjunto a la Policía de Investigaciones (PDI), reportó la incautación de más de 6 mil cajas de medicamentos fraudulentos en menos de un año, con más de 400 operativos de fiscalización en todo el país.
El consumo de medicamentos falsificados o mal manufacturados representa un grave riesgo para la salud pública. La falta de control de calidad y certificación en estos productos puede resultar en la ingesta de compuestos inadecuados o peligrosos, sin el efecto terapéutico esperado y con potenciales consecuencias adversas.
Ante este hecho que se repite en el país, las expertas de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción, destacan la importancia de acudir a canales formales y profesionales para la adquisición de medicamentos, garantizando así su eficacia y seguridad.
Al comprar este tipo de medicamentos, además de la falta de certeza respecto al compuesto que ingerimos, existe el riesgo “de que no va a tener el efecto terapéutico que se busca, no va a aliviar la sintomatología y puede tener efectos adversos, de to- xicidad” explicó la Jefa de Carrera de Química y Farmacia, Dra. Berta Schulz Bañares. La docente advierte el especial daño que podrían recibir las personas susceptibles a descompensaciones, enfatizando en trol adecuado.
Y esto no se trata solamente de los medicamentos que encontramos en ferias. La Dra. Schulz incluye a los pequeños negocios que tienen venta de medicamentos considerados más “básicos” como tratamientos para dolores de cabeza o garganta. “No corresponde que los vendan en ese lugar, no se van a preocupar del correcto almacenamiento y tampoco van a estar capacitados para dar las indicaciones y las recomendaciones que corresponden y que solo puede dar un profesional que esté habilitado y con los conocimientos suficientes», añadió.
El otro efecto que puede tener esta medicina es el aumento de la toxicidad. «Al almacenarlos mal, el medicamento se degrada y estos nuevos productos que se forman, que se denominan productos de degradación, pueden producir un efecto tóxico en el paciente con consecuencias importantes en la salud» agregó la Vicedecana de la Facultad de Farmacia, Marta De Diego Glaría.
Ambas profesionales mostraron su preocupación sobre esta práctica, destacando especialmente el efecto que puede tener en las personas que adquieren medicamentos que no son de venta libre “ni siquiera en un establecimiento oficial como es una farmacia o un botiquín, sino que simplemente son con recetas retenidas, incluso con recetas cheque”, apuntó De Diego. Psicotrópicos y estupefacientes se pueden conseguir por medio de foros y mercados en internet sin receta ni supervisión médica y que, al actuar a nivel del sistema nervioso central, “pueden causarle muchas alteraciones y llevar a adicciones por el mal uso que se le realiza”, advirtió.
La Dra. Schulz, docente de toxicología, planteó los problemas del uso indiscriminado de antibióticos y cómo pueden traer riesgos a corto y largo plazo. El abuso de estos “causa resistencia bacteriana y esto ha producido que medicamentos que antes servían para tratar una infección, ahora ya no sirven. Y con ello, cuando se enferme otra vez y tenga una infección bacteriana, vamos a necesitar cada vez un antibiótico mucho más potente».
Las docentes hacen un llamado a ocupar los servicios formales, ya sean botiquines o farmacias, aprovechando oportunidades como la venta web de los medicamentos en lugares establecidos “que estén liderados por un profesional químico farmacéutico porque esta es la forma de resguardar la eficacia y seguridad del producto farmacéutico”, cerró De Diego.