Aunque desde hace algún tiempo los servicios de inteligencia artificial -como ChatGPT- ya eran de uso público, la integración de Meta AI en aplicaciones de mensajería y redes sociales harán que su uso sea mucho más masivo.
Desde hace algunas semanas los usuarios de WhatsApp comenzaron a visualizar un nuevo ícono dentro de la aplicación. Un círculo con matices de colores azules, púrpuras y rosas son evidencia de la llagada de la Inteligencia Artificial a la aplicación de mensajería instantánea, Facebook y también Instagram, todas ellas parte del conglomerado de tecnología Meta.
La Meta AI está integrada como un chat, por lo que las personas podrán entablar conversaciones con el servicio e incluso invocarlo en conversaciones con otras personas para poder responder, consultar, revisar textos e incluso generar imágenes.
El académico de la Facultad de Ingeniería y también parte del equipo docente del Doctorado en Inteligencia Artificial, Dr. Julio Godoy del Campo, indicó que es importante entender que “el uso de inteligencia artificial en estas apps no es algo nuevo. Facebook e Instagram la usan para saber qué contenido mostrarnos para mantenernos “enganchados”, para identificar usuarios en las fotografías, para detectar contenido que viola las reglas de uso, etc.. Lo que está ocurriendo es que ahora el uso de IA incluye tecnologías de lo que se llama “IA Generativa”; es decir, que pueden generar contenido que va desde stickers, mejorar fotos, incluso como asistentes chatbots”.
Por eso, el académico puntualizó que “es súper relevante entender que la IA es una herramienta, como un martillo o un cuchillo, que de por si no es bueno ni malo si no que depende de cómo se le use. La diferencia es que el impacto que puede tener la IA es mucho más profundo que el de otras herramientas. Por esto, antes de usar IA Generativa en redes sociales las personas deberían informarse de los límites y usos recomendados (y no recomendados) de esta tecnología”.
El centro de ayuda de WhatsApp establece que “la IA generativa es una nueva tecnología, por lo que es importante tener en cuenta que las respuestas podrían no ser precisas o apropiadas”.
Para el académico de ingeniería, darle un buen uso a esta tecnología depende de dos partes: la información que proporcionan las empresas acerca del alcance de estas y la relación que establecen los usuarios con estas tecnologías.
Con respecto a la primera, el Dr. Godoy dijo que es necesario que estas expliciten “de manera más clara los límites y los usos no recomendados para estas herramientas. También es importante que estas se pongan a disposición del público IA sólo cuando se han estudiado a fondo sus posibles impactos, lo que pueden y no pueden hacer, lo que reflejaría un comportamiento ético de las empresas”.
Si no se entienden estos límites se puede correr el riesgo de atribuir a la IA características que en realidad no tiene; por ejemplo, que puede dar consejos médicos, que puede razonar como los humanos, y, en general, que es infalible, argumentó el académico.
En tanto los usuarios debemos “informamos bien de las limitaciones de esta tecnología para darles un uso apropiado. Creo que si el desarrollo tecnológico de nuestra sociedad va de la mano con un desarrollo espiritual y moral, el impacto positivo de la IA sería mucho mayor”, dijo.
“Dada la popularidad de los sistemas de inteligencia artificial modernos, yo esperaría que su uso siga permeando en diversos aspectos de nuestro día a día. Creo que muchas empresas aprovecharán las mejoras en las capacidades de la IA para procesar contenido multimodal (imágenes, video, audio) para maximizar ganancias y reducir costos, desarrollando sistemas que automaticen más tareas que comúnmente realizamos los humanos, pero no necesariamente apuntando a lo que como sociedad necesitamos”, concluyó.