Académicos de las facultades de Ciencias Veterinarias y Ciencias Biológicas trabajan hace años en desarrollar una herramienta contra patógeno que afecta la producción porcina mundial.
Años de investigación y trabajo en terreno han dedicado académicos de las facultades de Ciencias Veterinarias y Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción (UdeC) para generar una vacuna que prevenga los cuadros clínicos y subclínicos causados por el circovirus porcino tipo dos (PCV2).
Es un virus que se presenta a nivel mundial y puede afectar la condición corporal y peso de los cerdos, causando un cuadro comúnmente conocido como síndrome del desmedro y enfermedades asociadas.
La enfermedad viral no es transmisible a los humanos, pero afecta tanto a cerdos jóvenes como adultos, produciendo un fuerte impacto económico en la producción intensiva porcina.
Tras adjudicarse $200 millones de un Fondef en marzo de 2022, el trabajo que lidera el doctor Álvaro Ruiz, académico del Departamento de Patología y Medicina Preventiva de la Facultad de Ciencias Veterinarias, ha estado orientando al desarrollo de un prototipo de inoculación contra el PCV2.
“Logramos escalar la producción a 20 litros, mejoramos la expresión de los antígenos y la purificación de estos; realizando esta vez ensayos en cerdos de seguridad y de potencia y llegamos hasta un ensayo con grupos de 30 animales, que se vacunaron y posteriormente se infectaron, que se siguieron prácticamente durante 20 semanas”, explicó el investigador.
Al respecto precisó que habían tres grupos para realizar los ensayos: de control, uno con la vacuna comercial y otro con la vacuna experimental UdeC. Y si bien se están terminando de analizar los resultados, afirmó que lograron una respuesta serológica y humoral y también reducir al virus en sangre.
“La vacuna experimental de la Universidad se comporta casi igual a la vacuna comercial, es algo más bajo su comportamiento en cuanto a la respuesta, pero evidentemente el tipo de ayudante, por ejemplo, que podemos utilizar nosotros, comparado con el que hace usa vacuna comercial es muy diferente”, destacó.
Y profundizó que “no tenemos todavía los resultados de los análisis histopatológicos de los tejidos, pero desde el punto de vista del peso, por ejemplo, de ganancia diaria, se comportaron mucho mejor que los animales controles, en algunos parámetros llegaron incluso a ser iguales o superiores a la vacuna comercial, sin diferenciarse estadísticamente de ésta”.
Según comentó el doctor Ruiz, con el prototipo de vacuna han logrado producir 20 litros de un antígeno o una vacuna que para un sistema comercial no es viable, porque se necesitarían cientos de litros para el mercado, lo cual representa un reto para los investigadores.
Es así que el objetivo es escalar y producir un volumen mucho mayor que sea factible de hacer. En ese sentido sostuvo que “lo que viene ahora es establecer lazos y negociaciones con empresas o laboratorios que pudieran interesarse en nuestro antígeno, por lo que ya tenemos conversaciones con un laboratorio de Uruguay con quienes veremos si podemos escalar esta producción y poder hacer pruebas en un sistema de producción intensiva comercial”.
La empresa uruguaya patrocinó este proyecto, el cual está patentado en Chile y se está tramitando en otros países de Sudamérica. “Y se está evaluando, por ejemplo, una presentación para Brasil, encontrándose en trámite el otorgamiento de la patente en Argentina, Uruguay y Paraguay”, aseguró.
El otorgamiento de una patente conlleva costos asociados de forma anual o bianual que pueden ser de $2 a $3 millones aproximados al año, dependiendo el país que la entregue.
Este prototipo de vacuna es importante porque aborda una enfermedad endémica a nivel mundial.
“Si bien las vacunas comerciales existen, éstas no han logrado eliminar el problema, lo controla solamente, y nosotros creemos que nuestra vacuna puede reducir la viremia. En estudios que hicimos anteriormente tenemos indicios de que ésta al reducir la viremia puede eliminarla y si es así podría ser la mejor herramienta de control de esta enfermedad”, manifestó el doctor Álvaro Ruiz.
Otro importante aspecto es que el prototipo de vacuna tendría un costo muy bajo de producción. Las vacunas en cerdos cuestan en general alrededor de un dólar y aquella para esta enfermedad puede llegar a un dólar y medio. “Nosotros creemos que podemos producirla a un costo inferior, de tal forma que se venda al precio que se vende la mayoría de las vacunas”, cerró.