Proyecto regional fortaleció la articulación y autonomía para afrontar crisis climática

19 de Julio 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: ONG El Árbol

La ONG El Árbol trabajó en las seis comunas regionales más vulnerables al cambio climático para instalar capacidades que fomenten la adaptación y resiliencia.

Con la implementación de 214 actividades para la comunidad, un programa educativo que impactó a cientos de escolares, más de 2.300 ejemplares de árboles nativos plantados en distintos territorios y la creación de capacidades en seis comunas finalizó exitosamente el proyecto “Red de Restauradores: Articulación para la adaptación al cambio climático mediante soluciones basadas en la naturaleza”.

Santa Juana, Florida, Hualqui, Nacimiento, Mulchén y Santa Bárbara son las localidades de la región que se reconocen como las más afectadas por los impactos del fenómeno global y fueron el foco de la iniciativa liderada por Fundación El Árbol, ONG ambientalista con más de una década de trayectoria a nivel local, y que financió el Gobierno Regional (Gore) del Biobío a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).

Conocimiento y colaboración


Más de $300 millones se entregaron para generar un amplio despliegue y acción territorial que inició en noviembre de 2022 para desarrollar herramientas humanas y técnicas clave para fomentar la autonomía y resiliencia de comunidades y territorios para afrontar retos presentes y futuros ante la problemática socioambiental.

“Este programa, a través de la implementación de medidas y soluciones basadas en la naturaleza, buscó aumentar el conocimiento y la articulación de las comunidades afectadas por el cambio climático, la escasez hídrica, además de constantes incendios e inundaciones para enfrentar la realidad regional de vulnerabilidad climática”, destacó María José García, directora ejecutiva de Fundación El Árbol.


En este sentido, la encargada del área de Ecosistemas de la ONG y coordinadora de “Red Restauradores”, Nicole Mellado, manifestó que “más allá de lo ejecutado de manera técnica, los árboles plantados, la infraestructura habilitada, que ya es un gran apoyo a las comunidades, son las redes humanas las que finalmente quedan, conmueven y generan este trabajo colectivo y cohesionado que es capaz de enfrentar algo tan grande como la crisis climática”.

Y Blas Araneda, jefe de la División de Planificación y Desarrollo del Gore Biobío, resaltó que “es una iniciativa que ha sido bastante concreta en la forma de dejar capacidades en las personas que están generando actividad, que están decidiendo sus proyectos de desarrollo y de vida en las áreas rurales de nuestra región”.


Capacidades instaladas

A través de “Red de Restauradores”, la ONG organizó actividades gratuitas y abiertas que posibilitaron la creación de distintos grupos de trabajo que se mantuvieron a lo largo de la ejecución del programa, permitiendo instalar capacidades necesarias para soportar y mantener las soluciones basadas en la naturaleza a largo plazo, además de promover la integración de prácticas sostenibles y la colaboración comunitaria para enfrentar la crisis climática.


En las seis comunas, a lo largo de los meses, se realizaron diversas instancias que convocaron masivamente a las comunidades como talleres, ferias, diálogos, senderismos educativos y jornadas de restauración con plantas nativas en áreas afectadas por incendios.

Y acorde a las necesidades de cada grupo y territorio se implementó la infraestructura idónea. Entre todas las comunas se instalaron cuatro invernaderos, tres viveros y cuatro sistemas de captación de aguas lluvias. Además, en la ribera del Río Bureo de Mulchén se generó un sendero interpretativo y un stand itinerante como espacio de educación ambiental.


El proyecto también contempló el trabajo con 8 escuelas regionales para fomentar la educación al aire libre y situada en los territorios, lo que permitió impactar a más de 300 niños y niñas de las distintas comunas que participaron en estas sesiones.

Y en un reciente hito de cierre se presentaron microdocumentales sobre el trabajo de cada grupo y se realizó un conversatorio con representantes de los seis territorios para abordar los alcances del programa.


 

Foto: ONG El Árbol


Cohesión social y acción territorial permite hallar las mejores soluciones a los problemas socioambientales

“Red de Restauradores: Articulación para la adaptación al cambio climático mediante soluciones basadas en la naturaleza”, desde una idea hasta una propuesta que la hizo realidad, es fruto de la experiencia en terreno y aprendizajes que han acumulado en Fundación El Árbol con el paso del tiempo, que les ha permitido ir creciendo en las líneas que abordan.


Fomentar la acción colectiva

En 2017 partió el área de Ecosistemas que lidera Nicole Mellado, donde se ha adscrito el programa y afirmó que “a través de nuestros años de trabajo nos dimos cuenta de la importancia del trabajo colectivo y comunitario para generar autonomía en la búsqueda de soluciones ante la crisis climática”.


Es que el inicio de la acción comunitaria fue con un proyecto FNDR de restauración del cerro Cayumanque (Región de Ñuble) tras un incendio, donde trabajaron con la Seremi de Medio Ambiente. Entonces, se evidenció la necesidad de incentivar acciones transformadoras de las formas de afrontar crisis socioambientales, fortaleciendo la convicción e impulsando la acción.

Porque la profesional sostuvo que “en general, observamos que las comunidades afectadas por los efectos de la crisis climática dependen de ayudas del Estado para enfrentar problemáticas como la sequía, los incendios o lo que ocurre después de un incendio. Pero, no tienen las capacidades de forma autónoma para poder buscar soluciones conjuntas”.


Una situación preocupante de la que decidieron ocuparse, la realidad encendió la alerta y la motivación de generar acciones e iniciativas en pos de promover la sensibilización en torno a la problemática, capacidades, cohesión social, empoderamiento y autonomía de la acción comunitaria para buscar las soluciones requeridas y afrontar de la mejor forma los problemas socioambientales que tienen en sus territorios en pos del bienestar integral.

“Lo que hemos podido evidenciar, y también existen varias experiencias al respecto, es que parte importante de la solución ante la crisis climática, que aborda tantos ejes de la vida y tantos aspectos de la sociedad, yace en formar agentes de cambio. Actores que accionen desde su propio contexto territorial, identidad, memoria, conocimiento de su territorio y sus circunstancias, pueden tomar las decisiones más acertadas para abordar las problemáticas que surgen de la crisis climática”, manifestó Nicole Mellado.


Avances y desafíos

Es así que desde el trabajo en el Cayumanque se fue avanzando.


Nicole Mellado relató que el camino siguió con distintos proyectos para la cuenca del Lago Lanalhue, hasta que en 2021 llegó la iniciativa “Red de Propagadores Nativos de Florida” que se ejecutó a través de un Fondo de Protección Ambiental (FPA), cuyo enfoque y objetivos acotados a un grupo de dicha comuna despertaron el gran interés de replicar y mejorar la iniciativa en otras comunas.

“Este proyecto FPA fue un gran éxito, a través de éste se pudo conformar la agrupación Peuma Florida que hoy es un actor súper relevante en el territorio y trabaja con Infor y la Seremi de Medio Ambiente, y fue un puntapié de las ideas del FNDR ‘Red de Restauradores’”, afirmó.


Y con “Red de Restauradores” desarrollado con éxito hay motor para seguir evolucionando en el quehacer e impacto.

Particularmente, la líder del programa contó que se proyecta la posibilidad de continuar expandiendo esta red y también vincular e integrar a los distintos actores con los que se trabajó en cada una de las comunas.


Además se espera “seguir fortaleciendo, buscando nuevos grupos y nuevas iniciativas que ya tengan un trabajo previo y podamos dinamizar, empoderar y fortalecer para llegar más allá, mejorar sus capacidades organizativas y en torno a las soluciones basadas en la naturaleza”, cerró.