Ciencia y Sociedad

Trastorno de ansiedad por comer: especialista Ucsc explica el motivo y cómo enfrentarlo

Fotografía: Universidad Católica de la Santísima Concepción

Cristian Núñez, nutricionista de la Unidad de Salud de la Dirección de Apoyo a los Estudiantes Ucsc (DAE), se refirió a la ansiedad por comer principalmente en el caso de los estudiantes universitarios.

El especialista explica que corresponde a “un desorden que se caracteriza por el consumo impulsivo y descontrolado de alimentos, sin sentir hambre, que busca satisfacer necesidades emocionales, terminando en una sensación de angustia y culpabilidad”. En ese sentido, añade que “es una sensación similar al hambre fisiológica, sin embargo, es catalogada como hambre emocional“.

Entre sus principales efectos están los síntomas de la ansiedad: desconcentración, decaimiento, sensibilidad repentina y pensamientos intrusivos relacionados con la comida.

“Todas las personas pueden experimentar ansiedad y la podríamos experimentar, incluso, en más de una oportunidad en el día. Una persona que no sabe gestionar correctamente la ansiedad y que comienza experimentar síntomas que afectan su salud física y mental, buscará en la comida algún mecanismo compensatorio para poder sentirse bien como es el caso de los estudiantes universitarios”, manifiesta Núñez.

El motivo

“La ansiedad por comer es como una especie de antidepresivo y estabilizador pasajero. Entonces, frente a esta situación de mucha ansiedad, angustia y presión, las personas se refugian comiendo alimentos que son no saludables, ricos en carbohidratos, azúcares refinados y grasas saturadas”, agrega.

Por ello es que explica que es habitual comer chocolate después de almorzar, revisar el refrigerador constantemente y consumir bebidas gaseosas en vez de agua. Por lo general, describe, se tienen antojos de los comestibles que se pueden experimentar inmediatamente después de comer.

Al consumir este tipo de alimentos, el nutricionista explica que “genera un aumento en la producción de algunos neurotransmisores como la dopamina. Y esto hace a su vez, nos genera un estado de placer, un estado de calma, exaltación, nos activa y nos permite, incluso, conectarnos con las tareas que teníamos pendientes y nos permite funcionar bien, pero esta sensación puede durar hasta una hora”.

Sin embargo, establece que aquel comportamiento genera dependencia. “Cada vez que se enfrentan a una situación de ansiedad donde se afecta la concentración, la capacidad para hacer frente y el estado de ánimo empiezan a querer consumir nuevamente un alimento con estas características para nuevamente experimentar estos síntomas pasajeros de placer, de bienestar, de compensación como un método compensatorio donde se acostumbran a funcionar de esa manera y caen en este círculo vicioso”, remarca.

“Y eso a largo plazo puede afectar el estado nutricional, la salud cardiovascular en general, y puede generar molestias digestivas, afecta a nuestra salud mental, puede afectar el sistema inmunológico, entre otros”, añade.

Cómo enfrentarlo

El profesional de la Unidad de Salud de la Ucsc recomienda “abordar esto mediante estilos de vida saludables. Es necesario dormir 7 a 9 horas por la noche, para tener un sueño reparador, establecer horarios, evitar los neuroestimulantes físicos y químicos”, parte explicando.

En detalle, no es aconsejable “saltarse comidas, realizar ayunos, experimentar dietas de moda presentes en las redes sociales. Nunca hay que dejar de comer y se deben consumir volúmenes de comida pequeños”.

Por otro lado, Cristian Núñez indica que hay alimentos inflamatorios como condimentos, aliños, frituras, snack y bebidas gaseosas que generan inflamación. Asimismo, es relevante mantenerse hidratados en base a agua, limitando el consumo de café, té, mate y similares.

Finalmente, se sugiere beber hierbas como manzanilla, cedrón, menta, poleo, lavanda, además de cáscaras de naranja y otras sedantes tales como San Juan, pasiflora, valeriana y lavanda.

 

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