Ciencia y Sociedad

Nuevo seremi de CTCI proyecta retos de la ciencia al servicio del desarrollo

Gustavo Núñez lidera la gestión en la Macrozona Centro Sur desde este 10 de junio y declara al rol articulador como la clave del quehacer y metas.

Por: Natalia Quiero 16 de Junio 2024
Fotografía: Natalia Quiero S.

Posicionar la ciencia y tecnología como pilares para el crecimiento económico y social es el gran objetivo y desafío con que el doctor Gustavo Núñez asumió este lunes 10 de junio como seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) en la Macrozona Centro Sur, cuya oficina central está en Concepción, reemplazando a la doctora Sofía Valenzuela que renunció en abril.

“Y en la Región del Biobío y la Macrozona existen oportunidades de crecimiento bastante importantes”, manifiesta con certeza el investigador y docente universitario con más de una década de trayectoria científica a nivel local, durante la que se ha dedicado a abordar desafíos críticos para la sustentabilidad de la acuicultura.

Desde la experiencia

Esa convicción le impulsa a afrontar el rol de gestionar e implementar políticas públicas y otras iniciativas en materia de CTCI en la administración que abarca cuatro regiones entre O’Higgins, donde Núñez nació y se desarrolló hasta finalizar su enseñanza escolar, al Biobío donde hace 20 años llegó para realizar sus estudios superiores en la Universidad de Concepción (UdeC), desde el pre al postgrado y habiendo integrado el plantel Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola Incar, centro de excelencia que lidera la casa de estudios regional.

El nuevo seremi de CTCI es ingeniero en biotecnología marina y acuicultura, y en 2018 obtuvo el grado doctor en ciencias con mención en manejo de recursos acuáticos renovables.

En su carrera, destaca que su primordial interés ha estado en especies acuícolas de interés comercial y aplicar técnicas biotecnológicas para solucionar problemáticas en torno a los recursos y el sector. En este contexto ha participado y liderado distintos proyectos como Fondecyt y Fondef IDeA, fondos públicos para impulsar la ciencia en sus distintos niveles y disciplinas en Chile.

Así que Gustavo Núñez conoce la realidad de la CTCI, lo que hay que aprovechar para avanzar y lo que se debe superar, y con esa experiencia proyecta su quehacer por el próximo tiempo.

Desafíos

“Es importante el rol articulador y de ser un impulso para el desarrollo de la ciencia y tecnología en las regiones, y que en el mediano y largo plazo se traduzca en crecimiento. Es un desafío del Ministerio de Ciencia y una necesidad urgente”, asevera; porque crear una sociedad cuyo desarrollo se base en la ciencia y el conocimiento requiere un esfuerzo colectivo desde el presente de cara al futuro, se deben conectar los distintos actores sociales para que colaboren en avanzar hacia objetivos comunes, poniendo a la CTCI al servicio de solucionar problemas reales y de contribuir al bienestar social.

En ese escenario el énfasis en lo fundamental de descentralizar y lograr que los lineamientos nacionales hagan sentido con los contextos regionales, lo que implica encauzar esfuerzos y adaptar algunas ideas o crear otras.

Y con la mirada puesta en la realidad local, Núñez sostiene que “hay desafíos en sectores productivos que tienen relevancia nacional en términos económicos y cómo desde el Ministerio somos capaces de impulsar el desarrollo local y en colaboración con la academia, porque hay universidades con mucha historia e importantes”.

Ante ello y por los intereses actuales destaca en particular la trascendencia del Doctorado en Inteligencia Artificial Aplicada que crearon e imparten desde este 2024 en consorcio las universidades del Cruch Biobío-Ñuble (UdeC, Ucsc, UBB y USFM), el primero en su tipo de Latinoamérica, financiado por el Gobierno Regional del Biobío a través del FIC-R.

Un programa con ejes de acción centrados en sectores estratégicos para la economía y desarrollo regional como educación, salud o manufactura y formará capital humano avanzado para investigar y aplicar la IA en abordar retos e impulsar el progreso de las áreas.

Y asegura que, por las ventajas e importancia que está cobrando en todo ámbito, la IA es prioridad del Gobierno y por ello el doctorado fue mencionado en la más reciente cuenta pública presidencial a inicios de mes, relevando el papel de la cartera de CTCI. “Lograr articular y potenciar el desarrollo de nuevos científicos líderes y autónomos de líneas de investigación en IA va a ser muy relevante y va a haber muchos ojos puestos acá respecto de este programa”, asegura el seremi.

Desde allí expone que hay distintas acciones del Ministerio o espacios en que participan la ministra Aisén Etcheverry u otras autoridades de la cartera para proponer o liderar iniciativas, como el Gabinete Pro Crecimiento y Empleo, o instancias surgidas en contingencias por desastre socio-naturales como incendios o inundaciones. Y sostiene que “debemos estar muy atentos y ser muy innovadores para lograr bajar todas las iniciativas a la región y que realmente sean un aporte a la calidad de vida de las personas a nivel local”.

La gestión de la Seremi de CTCI para la Macrozona Centro Sur se dirige desde Concepción. Foto: Natalia Quiero S.

“La inversión en ciencia es de vital importancia para todos los países que buscan el desarrollo”

Que la articulación entre la academia y el sector de CTCI con otros que están los territorios sea lo más importante como tarea de la Seremía es también un gran desafío para el doctor Gustavo Núñez.

Uno crucial de abordar y acumular logros de cara a avanzar en la construcción y consolidación de una sociedad de desarrollo basada en la ciencia y el conocimiento en la que se aspira a un bienestar social integral, lo que trasciende al crecimiento económico y debe ser calidad de vida.

Articular, conectar e incidir

“Es necesario que la comunidad científica se involucre en la toma de decisiones y proyecciones que se vislumbran para cada sector. Por eso es muy importante que seamos un canal entre lo que la academia y universidades vislumbran como proyecciones en términos de desarrollo científico y tecnológico en el país, articulándolo con las necesidades que hay en la comunidad e industria para canalizarlas y con el gobierno para ver cómo logramos encauzarlas”, manifiesta.

Y es que para que la ciencia logre incidir en la toma de decisiones e impacte en el desarrollo y bienestar, de la mano de las evidencias que produce por el esfuerzo de investigadores, primero deben atender a problemáticas o fenómenos reales que afecten a las comunidades o sectores en particular o son transversales en regiones o el país.

Además, el conocimiento debe salir de los laboratorios, aulas universitarias y artículos para que la sociedad en general sepa lo que existe y está a disposición con sus implicancias favorables y entonces la comprenda, valore e integre.

Para generar este círculo virtuoso también es crucial que “las necesidades deben surgir desde las comunidades”, enfatiza el seremi.

“Por eso como Ministerio y Seremi debemos ser capaces de recabar”, afirma, desde las necesidades e intereses hasta las fortalezas y oportunidades que existen. Para ello se hace trabajo de contacto con distintos actores, articulación de mesas intersectoriales y levantamiento de diagnósticos sobre distintas materias para hacer proyecciones en términos de CTCI.

En este contexto sostiene que “necesitamos academia, universidades y centros de investigación activos, y una industria que esté preocupada de la implementación de los desarrollos en sus necesidades actuales”. Y asevera que “en la Región contamos con esas oportunidades”.

Inversión y valoración

Y en la realidad actual del mundo, Chile y la Región del Biobío en relación con los aportes y avances de la ciencia y la tecnología, con impactos tangibles y en los distintos ámbitos de desenvolvimiento, y por eso se asumen importantes posibilidades para progresar que también se traducen en desafíos para el sistema de CTCI local y la cartera ministerial en su rol articulador, según reconoce el doctor Núñez.

“Se vislumbra un escenario de muchas oportunidades para la inversión en ciencia y tecnología, donde la apuesta de Chile es generar un país y regiones que sean capaces de atraer capitales en temáticas que abordamos como Ministerio como la IA o la implementar Data Center y de crear nuevos empleos, por ejemplo, lo que impactará a futuro en la calidad de vida de las personas”, asevera.

Y en esa mirada del bien común hacia el futuro está lo esencial y más desafiante en relación con la valoración de la ciencia y el conocimiento dentro de la sociedad con sus distintos actores, lo que pasa por mejorar la inversión tanto pública como privada que en Chile es limitada. Aunque en 2023 hubo 13% de aumento del presupuesto público, el mayor en 10 años y avanza a la meta país de llegar al 1% del PIB invertido al final de la década, el promedio OCDE supera el 2,6%.

“Tenemos que transmitir por qué es tan importante la inversión en CTCI en el país y demostrar cómo nos podemos transformar en polo de desarrollo, cómo es capaz de mejorar la calidad de vida y cómo nos va a beneficiar como sociedad en distintos plazos”, plantea Núñez. “A futuro, a partir de la inversión en ciencia y conocimiento, vamos a ser capaces de tener una oportuna implementación de mejoras en todos los aspectos de nuestra vida, lo que va a favorecer nuestro desarrollo como país”, sostiene.

Por eso “la inversión en ciencia es de vital importancia para todos los países que buscan el desarrollo y debe ser una de las principales prioridades del Estado”, concluye.

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