Papa: de cualidades a desafíos del tubérculo más consumido
30 de Mayo 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
Tecnologizar el cultivo es un aspecto en que hace falta avanzar de cara a lograr el autoabastecimiento, prolongar la vida del producto y afrontar mejor los escenarios del cambio climático.
Es uno de los cinco principales cultivos alimentarios que se consumen en el mundo, casi 50% se usa como alimento básico u hortaliza en los hogares, y cerca de dos tercios de la población mundial le consume como alimento básico.
Esos datos demuestran el crucial rol de la papa para la humanidad y agricultura global, e impulsaron que en 2023 la FAO instaurara al 30 de mayo como Día Internacional de este tubérculo para relevar sus variados aportes nutricionales, económicos y socioculturales.
Un contexto ideal para ahondar en la realidad del cultivo en Chile, en cualidades y desafíos que aborda el doctor Nelson Zapata, académico del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción (UdeC).
El producto
Para comenzar, explica que es un producto originario de América del Sur, de Los Andes peruanos y también chilenos, desde donde se trasladó a diversos continentes hace varios siglos para transformarse en un cultivo y fuente alimentaria de importancia global.
“En Chile, la papa se ha cultivado en todo el país. En el norte, aun cuando las condiciones ambientales sean restrictivas, es un rubro que igual se hace; y en la zona centro y sur su cultivo ha sido muy tradicional y arraigado como cultivo de la cultura mapuche”, enfatiza.
Como protagonista de variadas preparaciones, le caracterizan la versatilidad y contenido de nutrientes como hidratos de carbono complejos, ácido fólico, hierro, fósforo y potasio. “La papa posee varios compuestos y minerales e incluso proteínas de origen vegetal y vitaminas, lo que la hace un cultivo que no sólo aporta calorías, sino que es muy completo. Y por lo mismo este tubérculo es muy utilizado para alimentar a las personas”, sostiene.
Un valor nutricional similar independiente alguna de sus miles de variedades. “Existen variedades que hemos mejorado a través de la selección genética y en el mundo se estima que existen sobre cinco mil variedades”, resalta. Y afirma que en Chile hay cientos de variedades: sólo en la categoría de papa chilota se inscribieron 280 en el SAG hace unos años; además cuantifica en más de 50 las variedades de papas mejoradas o modernas que normalmente se están sembrando.
Entre las más demandadas en el mercado chileno destacan Asteric, Rossy, Rodeo, Patagonia y Red Lady. Esta concentración la atribuye a que “reúnen las características que son buscadas por los consumidores que prefieren la papa lisa, sin deformidades, con tamaños uniformes y con ciertos colores definidos que, en nuestro caso, en Chile, se prefiere la papa con piel rosada (como Rossy) a diferencia de otras variedades que su cobertura externa o cutícula es más café o menos llamativa”.
Es en función de las preferencias y usos que se quiera dar que a través de los años se ha trabajado por potenciar la calidad del tubérculo, incluso con cierta especialización, habiendo variedades óptimas para freír, cocer y unas más versátiles.
Desafíos
Un cultivo de importancia histórica y que ha evolucionado de la mano de los avances e intereses sociales, pero que también está permeado por desafíos actuales. Uno de los mayores es el cambio climático, porque genera condiciones ambientales diferentes.
“El avance en mejoramiento genético ha hecho que se generen nuevas variedades, están más adaptadas a este nuevo ambiente que se caracteriza por extremas sequías, calor o frío. Aunque el cambio climático ha afectado la producción de papas, al igual que la producción de otros cultivos, lo que finalmente influye en la disponibilidad del producto en el mercado, lo que más distorsiona el precio es la especulación propia en los mercados”, explica Zapata. Añade l impacto negativo en las alzas de precios que provoca que en Chile haya un mercado ampliamente informal.
También está el carácter perecedero de la papa, porque el tubérculo no se puede guardar de un año para otro, excepto bajo condiciones controladas específicas que son muy caras, advierte: “el desafío es industrializar, ya que nuestro país en este rubro es muy precario”.
Algo que vincula con no lograr el autoabastecimiento del producto en Chile, teniendo que importar, lo que con industrialización y más tecnología podría ser distinto.
Finalmente, plantea que hace falta capacitar a pequeños y medianos productores en mejores prácticas de manejo sanitario, porque el cultivo se ve afectado por enfermedades, destacando que a través de los años han buscado desarrollar como Facultad.