Mabel Urrutia, neurocientífica UdeC: “La comprensión lectora contribuye al bienestar”

28 de Abril 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Sarah Monti

La directora del Laboratorio de Neurciencia Cognitiva se ha dedicado a estudiar las bases neurales de un fenómeno que determina el desarrollo y calidad de vida, tanto personal como social, influyendo en acortar o perpetuar brechas.

Leer y comprender lo que se lee son clave para desenvolverse en la sociedad, en todo el ciclo vital y ámbito, desde primeros niveles de educación en la niñez a lo laboral en la adultez, desde las relaciones personales a la democracia.

“Porque todo está mediado por la lectura”, enfatizó la doctora Mabel Urrutia, directora del pionero Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Facultad de Educación.

Tal importancia que desarrollar la lectura y competencias asociadas abren oportunidades de impacto al crecimiento y bienestar integral individual y colectivo, y las falencias gatillan y perpetúan brechas sociales que afectan desde el presente al futuro.


Por ello la académica ha dedicado su carrera como neurocientífica a estudiar las bases neurales del fenómeno de leer y comprender textos desde que realizó sus estudios doctorales en España; decidida a aportar saberes para mejorar deficiencias, motivada por su relevancia para la vida y preocupada por las patentes e impactantes carencias.

Intereses y propósitos alineados con los del Día Internacional del Libro que se celebra el 23 de abril: fomentar la lectura. Porque, aunque existen distintos formatos, los libros son el más tradicional objeto diseñado para plasmar textos y leer.


Más que saber

“Leer es la puerta de entrada a todo tipo de información y al aprendizaje. Además, tiene varias funciones sociales y económicas: que en un país disminuya el analfabetismo implica mayor economía y desarrollo”, relevó Urrutia para ahondar en la importancia de la lectura, que en un proceso de neurodesarrollo y educativo típico se espera que se aprenda cerca de los 6 o 7 años, si bien hay quienes aprenden antes.


Así, leer es esencial para avanzar en hitos de la educación a la proyección profesional y/o laboral, permitiendo el acceso a ocupaciones con mejores condiciones.

También destacó que “en neurociencia hay una hipótesis que plantea que el cerebro humano cambió a nivel estructural y funcional con el alfabetismo”. Esto es porque biológicamente el ser humano estaba preparado para la supervivencia, la caza y alerta a amenazas, pero la evolución como especie derivó en el desarrollo de invenciones socioculturales y habilidades como escribir y leer que implicaron usar neuronas y estructuras como el ojo con nuevos fines como reconocer letras y palabras. Por ello la lecto-escritura es de impacto en el desarrollo de funciones cognitivas y ejecutivas.


Pero, saber leer no significa comprender lo que se lee y dicha carencia significa problema, ya que “la comprensión lectora contribuye al bienestar personal y a la cohesión social”, aseguró.

Es que comprender al leer lleva al aprendizaje, conocimiento y mejores decisiones; permite aceptar o declinar una propuesta o trabajo, identificar precisión o error en una cuenta de servicio básico o boleta, votar informada y conscientemente en una elección política a una autoridad que dirigirá a nivel local o nacional; nutre la empatía e inspira la reflexión; incide en la democracia y justicia.


“Por eso es fundamental que las personas puedan involucrarse con la lectura y reflexionar, porque de esa manera pueden lograr sus metas”, afirmó.

La falencia


La preocupación es que estudios estiman que sólo 10% de estudiantes universitarios llegan a niveles más altos de comprensión lectora en Chile, lamentó Urrutia, porque es una habilidad que debería desarrollarse en cuarto básico. La mayoría entiende poco o nada lo que lee, grave falencia en desmedro académico y otras aristas.

El problema está determinado por falta del hábito de leer. “Hay analfabetismo funcional: las personas saben leer, pero no leen. Entonces, se genera un círculo vicioso en que la falta de lectura habitual se traduce en no comprender cuando se lee”, advirtió.


Incide la falta de motivación, porque aseguró que alguien motivado a leer lo hará, pero también pueden fallar las competencias y fundamental es el vocabulario, como evidenció en un estudio cuyo artículo está en revisión para su publicación. “Hay déficit de vocabulario en estudiantes. Se usan muchas palabras de estilo informal y pocas del formal, y poco uso y entendimiento de sinónimos. Entonces, llegan a la universidad con dificultades para entender palabras que en la academia pueden ser importantes”, expuso.

No se pueden obviar las dificultades de acceso a libros por su impuesto, donde reconoció la democratización que facilita la era digital. Pero, también que la digital se asocia a lectura superficial por la presencia de un modo hipervínculo que “impide lograr la focalización y atención sostenida que son bases para la lectura y la comprensión”.


Innovar la didáctica en la sala de clases como la clave para motivar el hábito de leer y fortalecer la comprensión lectora

Lo prevalente de las carencias en torno a la lectura son una lamentable realidad, dada sus potenciales graves implicancias personales y sociales, aunque no se trata que no haya más remedio que lamentarse.


Como escribir y leer son invenciones nacidas de la evolución sociocultural e intelectual de la humanidad, las competencias relacionadas se pueden y deben entrenar, desarrollar y fomentar a lo largo de todo el ciclo educativo, transversalmente en distintas asignaturas y mediante diversas acciones probadas en su efectividad, manifestó la neurocientífica cognitiva Mabel Urrutia.

Entrenar


La tarea parte temprano, porque en primeros cursos de básica se enseña el proceso de lecto-escritura y el currículo escolar aborda la lectura con planes y objetivos específicos hasta la educación media.

Con la habilidad de leer aprendida, lo básico es motivar la motivación lectora, para lo que nunca es tarde y es un desafío constante. “Muchos creen que si a alguien no le gusta leer no se podrá hacer nada, pero hay que buscar cuáles son los temas que interesan para desarrollar la motivación hacia la lectura”, relevó.


Indagar en los intereses permitirá ofrecer textos pertinentes y atractivos para fomentar el interés y hábito de leer.

Otra arista fundamental es siempre acercar la riqueza de palabras del idioma para ir ampliando el vocabulario que manejan escolares en pos de la lectura y su comprensión, su educación y desarrollo integral para la vida. “Docentes de todas las especialidades podrían trabajar en el vocabulario. Primero, con mayor exposición del registro formal en clases, que va a favorecer el uso de estas palabras que son necesarias adquirir, y luego estrategias específicas para enseñar el vocabulario. Eso va a garantizar que la lectura mejore”, sostuvo la doctora Urrutia.


Desde allí destacó que hay diversas estrategias efectivas para entrenar la comprensión lectora, que fue una materia que abordó en su proyecto Fondecyt Regular 1210653 que cerró en marzo recién pasado, cuyos resultados están siendo consolidados en un artículo y fruto de observaciones realizadas a través del uso de la técnica de electrofisiología para medir la actividad cerebral y de movimientos oculares para determinar aspectos como fijación del ojo o regresiones a palabras.

La investigación diseñó un modelo basado en métodos clásicos, integrados al plan curricular, como volver a leer lo que no se entiende o explicar con las propias palabras lo leído. El otro fue moderno o visual, incluyendo métodos como visualización de imágenes sobre lo leído y multimodales inmersivas.


“Determinamos que ambos modelos mejoran la comprensión lectora, lo cual es positivo. Pero, en el grupo clásico la mejora es en la velocidad lectora, pero en semántica y compresión de significado las desarrolló más el grupo de estrategias corpóreas”, destacó.

Arriesgarse e innovar


Los resultados, recientes y locales, son de suma relevancia.

Por un lado, muestran que las estrategias del plan curricular pueden tener efectividad, pero no es integral ni se logra al saber que a la universidad muchos estudiantes llegan con serios problemas, advirtió. Y profundizó que en la problematización inicial al trabajo se vio que muchos con falencias creían erróneamente que no eran buenos lectores y nunca podrían resolverlo, pero que surge desde el inculcar métodos que no son los mejores o adecuados para todos como leer ciertas palabras y no todo el texto, o fomentar la velocidad al leer como determinante.


Porque, como hay distintos tipos de personas e intereses hay de inteligencia, aprendizaje y lectores.

Así, va quedando claro que no basta con lo que existe y se exige, que hay que hacer las cosas de forma distinta, innovar dentro de las posibilidades que tienen los docentes y da el plan curricular escolar nacional.


“El currículo es bastante rígido y desvinculado del contexto social en que se desenvuelven los escolares: es un solo plan para un país muy diverso como el nuestro. Pero, es labor del docente adaptarse e intentar dar un sentido a ese contexto. La didáctica se puede adecuar”, aseveró.

Un ejemplo para encantar y motivar es buscar alternativas de títulos actuales y/o populares para nutrir al plan lector, sin dejar de lado la literatura clásica ni textos esenciales: “antes del libro clásico quizá es mejor partir con el best seller”, planteó. También puede contribuir salir del tradicional texto narrativo y promover la lectura dramática u otros recursos dinámicos.


Para fomentar la comprensión se basó en su experiencia como docente universitaria. Ha incorporado la lectura en equipo y tutorías entre pares que comparten, complementan y completan lo que entienden de un texto. “También he trabajado a través del meme, recurso habitual y favorable porque el humor hace que la experiencia sea lúdica y más positiva”, aseguró, pudiendo pedir la creación de memes de un libro como gatillante de la motivación, porque para ello es fundamental que el texto se haya leído y comprendido.