Alimentación: determinante sobre la función cerebral
29 de Marzo 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
El cerebro consume cerca del 20% del requerimiento de energía diario y su principal fuente energética es la glucosa.
El cerebro es nuestro centro de mando, un órgano complejo del que depende lo que pensamos, sentimos, decimos, hacemos y somos. Es que controla aquello de lo que estamos conscientes e inconscientes y permite vivir, desde la respiración a la frecuencia cardiaca y temperatura, hasta el movimiento, emociones y aprendizajes.
Para afrontar adecuadamente todas las demandas de cada jornada académica y laboral es crucial un buen funcionamiento cerebral que también dependerá de esas propias acciones que comanda.
Y la alimentación es crucial al ser fuente del combustible que el organismo necesita para funcionar y estar sano, porque “el cerebro necesita alrededor del 20% de la energía total del día que ingerimos para lograr un buen funcionamiento”, aseveró Carola Pantoja, nutricionista de Clínica Biobío.
Y añadió que “la capacidad cognitiva se puede ver directamente afectada por la dieta”. Porque el cerebro también requiere nutrirse para favorecer funciones que juegan un rol en procesos de aprendizaje, rendimiento académico, productividad laboral y relaciones como la atención, concentración, memoria y estado anímico.
Nutrientes clave
Los alimentos aportan cierta cantidad y calidad de calorías según su composición; éstas son la energía y la profesional precisó que la principal fuente energética para el cerebro es la glucosa que aportan los carbohidratos o hidratos de carbono.
De estos existen dos tipos. Uno son de absorción lenta o complejos y de mejor calidad como cereales integrales, gran parte de las frutas y legumbres. Otros son de absorción rápida o simples como cereales y harinas refinadas, azúcar y ciertas frutas como el plátano.
Desde allí destacó que “alimentos de bajo índice glicémico pueden mejorar la atención y capacidad funcional, mientras los azúcares simples se han asociado con dificultad de atención y concentración”.
“El cerebro también se nutre de grasas saludables y su carencia puede predisponer a la aparición de daños en el sistema nervioso y aumentar la posibilidad de tener síntomas como apatía, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria y de concentración”, detalló Pantoja.
Aludió a las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas como los ácidos grasos esenciales omega 3. A estos los unió a los minerales zinc y magnesio, y aminoácidos esenciales como el triptófano presente en huevos, lácteos y carnes, frutos secos, pescados y legumbres, por su rol sobre la síntesis de neurotransmisores, especialmente de serotonina y catecolaminas. “La serotonina baja se puede asociar a problemas de aprendizaje y memoria”, advirtió.
Hábitos saludables
Así que para contribuir a la óptima salud y funcionamiento cerebral hay nutrientes y alimentos infaltables en la dieta habitual, pero Carola Pantoja enfatizó que siempre se debe dar dentro de hábitos alimentarios saludables que implican cuidar al cerebro y todo el organismo en pos del bienestar integral.
Ello se traduce en protección y prevención frente a problemas como los mencionados y patologías como sobrepeso y obesidad, diabetes, hipertensión, exceso de peso, enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer, estrés, depresión y neurodegeneración.
“La alimentación debe ser variada y natural o fresca, evitando los alimentos procesados y ultra procesados y tener un consumo frecuente de alimentos ricos en fibra, probióticos con gran aporte de vitaminas y sales minerales”, destacó la nutricionista como aspecto básico.
Los alimentos deben incluirse en cantidades recomendadas como 5 porciones de frutas y verduras diarias o pescado y legumbre al menos dos veces a la semana. También hay que respetar el aporte recomendado de cada producto y comida.
Al respecto relevó como esencial el llevar un horario regular de alimentación sin saltarse comidas que deben sumar 5 en total, divididas entre tres principales y dos colaciones, evitando ayunos prolongados que son nocivos para la salud.
Vital también es mantener al cuerpo hidratado, con mínimo 8 vasos diarios como recomendación general y con agua natural o infusiones sin azúcares ni otros aditivos, aconsejó la profesional.
Para el bienestar la alimentación debe ir junto con estilos saludables como llevar una vida activa, reducir el estrés cotidiano e incluir higiene del sueño para tener un dormir reparador para cuerpo y mente.