Salud oral: un impacto directo sobre el bienestar integral
28 de Marzo 2024 | Publicado por: Natalia Quiero
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos 3.500 millones de personas padecen caries o alguna patología en la boca o dientes. Situación crítica en Chile, porque según datos del Colegio de Cirujano Dentistas e investigaciones recientes se sabe que más del 90% presenta de la población adulta presenta algún grado de enfermedad de las encías, 40% a 60% de los mayores de 5 años tiene caries, y 1 de 4 mayores de 65 años tiene pérdida total de dentadura.
Los números dan cuenta de la prevalente carencia de salud oral o bucodental y así de salud, en gran desmedro sobre la calidad de vida. Es que hay que entender que la OMS concibe a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Así que existe directa relación entre el estado de boca y dientes con el general, con efectos que se dan en ambas direcciones y en lo que hay gran implicancia del autocuidado, según relevó el doctor Samuel Morales, jefe de carrera de Técnico en Odontología e Higienista Dental del Instituto Profesional Virginio Gómez y académico del Departamento de Prevención y Salud Pública de la Facultad de Odontología de la Universidad de Concepción (UdeC).
Y concientizar y promover conductas saludables son parte de los propósitos del Día Mundial de la Salud Bucodental que se celebra cada 20 de marzo y en cuyo marco se impulsan distintas acciones beneficiosas.
Salud conectada
Para abordar el fenómeno de la salud, el primer aspecto que el cirujano dentista aclaró fue que el concepto de oral o de bucodental involucra a las estructuras de la boca y su entorno, incluyendo tejidos duros que son huesos y dientes junto con los blandos como encías, lengua y mejillas.
Desde allí destacó que el estado de la salud oral se relaciona con la conservación (o no) de los tejidos bucodentales y así con diversos aspectos como fonética, comunicación, autoestima, relaciones sociales y laborales, y alimentación y nutrición.
Por ende, las patologías orales pueden tener impactos socioemocionales y físicos, asociándose con trastornos mentales como depresión o con dificultades para triturar alimentos y consumir todos los nutrientes necesarios para una salud óptima con las consecuencias que implique, por ejemplo.
Además, hay un importante cúmulo de evidencia que ha permitido establecer el vínculo entre la presencia de patologías bucodentales con el riesgo o causa de afecciones en otros sistemas u órganos, como las cardiovasculares.
En la misma línea Morales sostuvo que “nuestro cuerpo es un complejo celular íntimamente conectado y por ello puede haber patologías cuyo origen se encuentra en otra parte del cuerpo y que afectan invariablemente a la cavidad bucal y sus estructuras”. Entre ellas están la diabetes e hipertensión.
Estilo de vida
Así como son múltiples los efectos que el estado de salud puede conllevar, son múltiples los factores que inciden sobre el estado de salud más allá de la presencia o ausencia de una enfermedad.
Y los estilos de vida pueden jugar un rol como factores de riesgo o protectores de la salud bucodental y así de la general, expuso el odontólogo Manuel Maurelia, académico de Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
En este sentido destacó que inadecuados hábitos alimentarios, consumo de alcohol y tabaquismo pueden dañar la boca y los dientes, así como afectan al estado de salud general. Y enfatizó que la variable más relevante es mantener una adecuada higiene bucal.
En este escenario se hace vital la visita periódica al dentista a lo largo del ciclo vital y desde etapas tempranas, al menos una vez al año o en la frecuencia indicada según cada caso. Es en este contexto que se puede evaluar el estado de la salud oral, controlar las afecciones y sobre todo detectar oportunamente cualquier potencial de patología que muchas veces en fases iniciales son imperceptibles o de riesgo, permitiendo hacer los abordajes necesarios en relación con exámenes o tratamientos y ajustes en cuanto a hábitos y técnicas.
Desde la elección de alimentos al cepillado: el rol vital de los hábitos para mantener la salud bucodental
Los estilos de vida son determinantes de la salud y crucial es que al depender fuertemente de las conductas existe una oportunidad de actuar sobre estos.
La alimentación
Uno de los pilares son los hábitos alimentarios que pueden perjudicar o proteger a boca y dientes.
Para saber dónde están los mayores riesgos el nutricionista Samuel Meza, académico de la Ucsc, explicó que “alimentos con altas cantidades de hidratos de carbono simple y con consistencia pastosa son considerados en la dieta cariogénica o que favorece la aparición de caries”. Son los altos en azúcares y almidones como arroz, galletas, pan, pasteles y bebidas azucaradas. Sobre ello dijo que “es importante bajar el consumo y tener un aseo bucal posterior a éste”.
Los azúcares producen un efecto sobre la boca que favorece el crecimiento de organismos que forman la placa bacteriana, desencadenando fenómenos que propician la aparición de caries con todos los impactos que provocan.
Productos irritantes como ají o condimentos también pueden afectar la mucosa oral.
El alcohol también conlleva perjuicios. Por un lado hay deshidratación y menos producción de saliva para generar un ambiente propicio para el ataque de patógenos. También reduce el pH de la boca, pudiendo afectar el esmalte dental.
Además, el alcohol en exceso y tabaquismo predisponen al cáncer oral.
Al lado positivo están los alimentos con fibra, frutas y verduras. También los ricos en fósforo y calcio como lácteos por aportar a fortalecer los dientes.
Ante ello, Samuel Meza advirtió que beneficio no es sinónimo de que hay alimentos que limpian la boca y dientes, como la creencia popular en torno a la manzana que es mito y por ende un error perjudicial. “En estricto rigor todo alimento sin un aseo adecuado puede provocar un daño a la boca”, aseguró.
Vital higiene
Finalmente, es la higiene lo más relevante para cuidar la salud de boca y dientes, y su deficiencia lo más nocivo.
El académico UdeC Samuel Morales enfatizó que lo crucial es que ésta sea frecuente y efectiva, pues muchas veces está presente y aplicada de mala manera.
“Un ejemplo es el cepillado dental que requiere de una técnica para que sea eficiente”, dijo, por lo que no basta sólo cepillar. “El poco o nulo uso del hilo o seda dental también influye en un mal control de la placa bacteriana”, añadió.
Desde allí el docente Ucsc Manuel Maurelia advirtió que “hay una sobrevaloración de algunas pastas dentales sobre el cepillo y lo importante para una buena higiene oral es la técnica de cepillado y no las pastas o colutorios”.
Lo expuesto releva la importancia de la visita temprana y regular al dentista, profesional idóneo para enseñar la técnica correcta de cepillado e higiene oral y evaluar falencias para hacer los cambios requeridos en pos de la salud oral.
Acortar brechas
Aunque no se pueden desconocer las barreras que gran parte de la población de Chile tiene para acceder a una atención odontológica de calidad y según lo recomendado, porque hay brechas en la cobertura desde el sistema público y los tratamientos son de alto costo en el sistema privado.
Ante esa realidad nació una propuesta financiada por el Gobierno Regional del Biobío a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) y ejecutada desde la UdeC bajo el liderazgo del académico Alex Bustos, ex decano de la Facultad de Odontología.
Como contexto explicó que “el Estado prioriza la atención de niños, embarazados y adultos desde 60 años”, lo que quiere decir que estas poblaciones tienen cubierta la atención odontológica gratuita, “pero una persona de 35 años sólo puede acceder a la urgencia”, advirtió, sin tener posibilidad de otro tipo de consultar ni tratamientos.
Así, el proyecto FIC-R nació hace dos años para “brindar atención odontológica a grupos vulnerables de la Región del Biobío que no sean priorizados por programas propios del sistema de salud chileno”, relevó Bustos.
El plazo de ejecución termina este 2024 cuando la intervención habrá llegado a 17 comunidades en 15 comunas, incluyendo Isla Santa María en Coronel e Isla Mocha de Lebu. El financiamiento permitió contratar profesionales, comprar insumos, costear traslados y adquirir una clínica móvil pronta a presentar.
Al respecto contó que “comprometimos cirugías de terceros molares porque en el equipo hay un cirujano maxilofacial”. También hay un especialista en patología oral y odontopediatra para apoyo a los profesionales de los centros de salud de los distintos lugares según los requerimientos.
Por eso la convicción es que la iniciativa tendrá un efecto integral en la prestación de servicios con resultados concretos que en próximos meses se podrán precisar.