La OMS establece que 90% de las personas con actividad sexual estarán en contacto con el Virus del Papiloma Humano durante su vida. Este se asocia a distintas patologías peligrosas y van al alza.
Educación. Ahí el reto clave en torno al cual se debe trabajar a distintos niveles y en todos los grupos etarios y sociales para contribuir con el bienestar y calidad de vida de la población, y combatir a las infecciones de transmisión sexual (ITS) en general y en particular al agente patógeno que más las provoca a nivel global: el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Es el mensaje más enfático de la doctora en ciencias de la salud Carolina Bascur, matrona y directora del Departamento de Obstetricia y Puericultura de la Facultad de Medicina Universidad de Concepción (UdeC), y está en total sintonía con los propósitos del Día Internacional de Concienciación sobre el VPH que se conmemora cada 4 de marzo e impulsa el desarrollo de diversas actividades durante este mes.
Porque la académica afirma que al educar es posible promover la salud en sus distintas aristas, que también involucra lo sexual y reproductivo, y de este modo fortalecer hábitos que permitan prevenir el riesgo de enfermedades que pueden ser tremendamente impactantes sobre la calidad de vida e incluso letales. Es el caso de las asociadas a las ITS a las que toda persona que inicie su vida sexual está vulnerable, sin importar su género, orientación, edad o posición social.
Y porque las cifras epidemiológicas vienen a demostrar que en las estrategias para educar hay falencias que se traducen en irresponsabilidad y conductas de riesgo que pueden llevar a contraer agentes que causan ITS como el VPH, un problema de salud pública global para cuya solución no sobran los esfuerzos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que existen más de 200 genotipos de VPH, provoca el desarrollo de varios cánceres y verrugas genitales que afectan tanto a hombres como mujeres, y se estima que hasta el 90% de las personas sexualmente activas se contactarán con este virus alguna vez en su vida.
Al respecto, la doctora Carolina Bascur explica que para la transmisión del VPH se requiere contacto piel con piel, piel con mucosa o mucosa con mucosa con una persona portadora del agente.
Y la relación sexual vaginal, anal u oral es la vía más frecuente de transmisión, por ello es agente ITS, la sexual no es la única vía. “La seropositividad del VPH se encuentra en niños y adolescentes, implicando que la transmisión no sexual puede ser una forma significativa de adquirir la infección. Se han informado transmisión vertical de la madre al neonato durante y después del embarazo, y la transmisión perinatal ocurre también en el 15% de los niños nacido por cesárea”, advierte.
Lo grave es que la especialista asegura que “el VPH es el principal agente causal de cáncer de cuello uterino, el cuarto cáncer más común en las mujeres en el mundo y el segundo en los países en vías de desarrollo”. En este contexto, lamentables cifras para Chile revelan que anualmente se diagnostican al menos 1.500 casos y fallecen más de 600 mujeres por esta causa.
Y añade que “el VPH se asocia a cáncer de pene, vaginal, vulvar, anal y orofaringe que incluye la base de la lengua y las amígdalas”. Y todas las patologías oncológicas, sean más o menos frecuentes o complejas en relación a su agresividad en términos generales, tienen potencial letal y de impactar fuertemente sobre el bienestar de las personas con sus entornos a causa de los síntomas y abordajes requeridos.
Las evidencias han demostrado que son 15 los tipos de VPH con fuerte potencial oncogénico, sobre los que la especialista precisa que los “16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82 están asociados en un 95% a cánceres de cuello uterino”.
Desde allí explica que los tipos 6 y 11 son los más asociados al desarrollo de verrugas genitales, es el otro gran problema que acarrea la infección por VPH. El lado favorable de este problema es que si bien son lesiones molestas, no son peligrosas y tienen un tratamiento curativo.
Como una arista positiva “más del 90% de las infecciones por VPH son transitorias, siendo compensadas por una respuesta inmunitaria dentro de los 6 a 18 meses”, afirma la matrona Carolina Bascur.
Pero, en ese mínimo porcentaje se patentan las graves consecuencias de la persistencia de la más común ITS. Y las cifras relacionadas van indicando una tendencia al alza de afecciones como el cáncer de cuello uterino y al VPH como un problema creciente.
Un escenario preocupante en que la académica acentúa la posibilidad de cambiar la realidad: hay herramientas asequibles para combatir al VPH.
Lo primero es usare preservativo durante la relación sexual como método básico para reducir el riesgo de ITS. Al respecto, aclara que para el VPH el empleo de estos no reduce 100% el contacto ni peligro, pero juega un papel significativo en prevención.
La vacunación es también relevante para la salud pública. Y es que en 2006 se aprobaron en el mundo las primeras vacunas contra el VPH y eficaces para prevenir lesiones premalignas (cáncer) y verrugas genitales. La matrona explica que la acción es evitar la adquisición del virus, por lo que debe aplicarse previo al contacto, siendo ideal acceder antes del inicio de la vida sexual.
En este sentido, por las graves implicancias del VPH y del cáncer de cérvix, en Chile esta vacuna desde 2014 es parte del programa nacional de inmunizaciones y se administra gratuitamente a niños y niñas en cuarto y quinto básico. Personas de más edad pueden acceder a esta herramienta de forma privada tras la evaluación y orientación médica sobre los alcances de la estrategia según cada caso.
“En Chile está disponible la vacuna tetravalente que tiene efectividad por 10 años. Ésta protege contra las cepas 16 y 18 que son las de alta prevalencia de cáncer cervicouterno, y contra 6 y 11 que producen las verrugas genitales”, detalla la doctora Bascur.
Siguiendo esa línea es que la especialista enfatiza en lo esencial de que las personas asistan a sus chequeos médicos periódicos según corresponda por género, edad y factores de riesgo individuales, para que así accedan a los exámenes requeridos.
En las mujeres releva el control ginecológico, cuando se realizan distintas evaluaciones y el PAP, prueba cuyo análisis es vital en la pesquisa de cáncer al detectar procesos precancerosos o cancerosos, principalmente en el cérvix. Se debe tomar posterior al inicio de su vida sexual y según cada resultado es que el ginecólogo o matrona indica periodicidad o procesos a seguir. En Chile, la política pública lo cubre para mujeres 25 y 64 años.
Para hombres destaca la disponibilidad de un test molecular capaz de detectar y tipificar al VPH.
Por lo expuesto, la académica enfatiza en la relevancia de realizarse exámenes de pesquisa de ITS de forma periódica, sobre todo antes de iniciar actividad sexual con una nueva pareja e idealmente mantener una pareja sexual única como forma crucial de responsabilidad, cuidado y reducción de riesgos para los distintos implicados en los vínculos.
Además, resalta que “la presencia de lactobacillus spp se consideran como posibles factores protectores contra la adquisición y persistencia del VPH”. Son bacterias que aporta la leche y naturalmente habitan en el organismo, y su proliferación positiva se relaciona con un sistema inmune sano y hábitos de vida saludable.
Por lo expuesto es que la doctora Carolina Bascur destaca el rol de la educación para promover la salud en general y sexual en particular. Es el ámbito mediante el cual se le entregan a las personas todos los conocimientos necesarios que se convierten en herramientas para la toma de decisiones responsables y adecuadas, permitiendo el autocuidado y el cuidado de otros.
Pero, también advierte que “siempre hemos estado al debe con la educación sexual que es lo básico en la línea de prevención en todas las ITS, y eso explica el aumento de la infección por VPH a pesar de todas las estrategias de detección y cribado que se han implementado”.
Por ende asegura que el gran desafío público, social y familiar para abordar los diversos desafíos que implican tanto el VPH como las distintas ITS, y promover la salud sexual y reproductiva, es fortalecer la educación sexual integral. Ésta, expone, debe iniciarse en etapas tempranas y respetar el curso de la vida con lenguajes e información acorde a la etapa vital, y mantenerse hacia la juventud y adultez según las necesidades de cada grupo.
Y está la transversalmente necesaria e impactante promoción de estilos de vida saludable, que benefician al bienestar general y previenen diversos riesgos y patologías, y eso incluye lo relacionado a la salud sexual y reproductiva. “Ello implica actividad física regular y alimentación sana que fortalece nuestro sistema inmunitario y de esta forma potenciamos los lactobacillos que ayudan a defendernos de la presencia de estos virus, especialmente”, cierra.