Hay una marcada brecha de género en las áreas STEM en favor de los hombres, pero visibilizar a investigadoras es una efectiva herramienta para inspirar y promover la participación femenina.
“Las mujeres deberían poder pensar en su futuro sin ninguna limitación. Y, lo dice la evidencia, cuando la ciencia se hace con equipos diversos, pensando en la diversidad del mundo, su resultado es mejor. Entonces, debemos entender que la excelencia del sistema también la da que considere y refleje a la sociedad y su diversidad; así ganamos en calidad de la ciencia, en justicia, y en abrir caminos y oportunidades para niñas y adolescentes”.
Es la convicción que Aisén Etcheverry, ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), expresa para abordar la importancia de la participación femenina y la equidad en el mundo científico, y relevar por qué lograrlo es un reto patente junto con otros vinculados al género y cuya concientización cobra protagonismo en el Día Internacional de la Mujer que cada 8 de marzo conmemora la lucha por participar y desarrollarse en la sociedad en igualdad de condiciones con el hombre.
Porque, como sucede en distintos campos y como realidad global, recordó que en la ciencia y academia hay una brecha que se ve con una muy mayor presencia de hombres.
Se han realizado distintos informes para Chile e indican que la participación masculina bordea el 60-70%. Una diferencia tremenda, incluso cuando el porcentaje refleja un aumento versus décadas pasadas, y se agudiza mientras se avanza en la carrera académica y se analizan los cargos de liderazgos en instituciones o proyectos.
Queda mucho por avanzar para lograr la equidad que refleje a la sociedad y obliga a tener diversidad de acciones públicas e institucionales para impulsar la participación femenina y acortar brechas de género en el sistema de CTCI.
Con el foco en esa meta, Etcheverry relevó que el Ministerio de CTCI, que partió sus funciones en 2019 y heredó el quehacer de Conicyt, ha fomentado estrategias distintas. Por ejemplo, la Política Nacional de Igualdad de Género o incentivos en instrumentos de financiamiento para contribuir con el rol de quienes se desenvuelven en el sistema y también para impactar a quienes podrían llegar con sus talentos a futuro.
En ese horizonte destacó a “Inspiradoras”, iniciativa que muestra las biografías de 24 chilenas destacas que se desenvuelven en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM, por la sigla en inglés), para inspirar a niñas y jóvenes. Entre ellas están las locales Apolinaria García, Jessika Camaño y Tatiana López.
“La visibilización de mujeres en áreas donde están subrepresentadas es un mecanismo estudiado en su efectividad. Porque si las niñas y jóvenes ven a personas como ellas en ciertos espacios, como los científicos y universidades, tiene un impacto muy importante en las decisiones que tomen”, manifestó la ministra sobre el argumento que sustenta el desarrollo del proyecto que se materializó con apoyo del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género mediante cuatro cuadernillos accesibles gratis desde el sitio web de la cartera de CTCI, y que fue antecedida por un proyecto que visibilizó a las mujeres chilenas pioneras en distintas áreas.
Y es que quienes se desenvuelven con éxito en STEM, así como en otros campos, se pueden convertir en potentes modelos de rol que terminen por erradicar estereotipos y sesgos que han marcado el devenir de la sociedad, que pese a los avances todavía se evidencian, que atribuyen erróneamente ciertas capacidades y labores al ser mujer u hombre y pueden apagar vocaciones hasta limitar decisiones.
Bajo ese paradigma también está “Provoca”, programa de la entidad estadounidense AUI/NRAO que en Chile participa del funcionamiento de ALMA y entre el 26 de marzo al 9 de abril abrirá su tercera convocatoria.
Este proyecto aspira a aumentar la participación y retención de grupos minoritarios en STEM en Chile a través de la formación de mentoras y ofrecimiento de mentorías a estudiantes.
Desde la organización del programa gratuito explican que apuntan a niñas y mujeres estudiantes de enseñanza media y educación superior con interés por las áreas STEM para conectarlas con modelos de rol cercanas que promoverán y guiarán su talento y vocaciones. Y relevan que las mentoras son estudiantes avanzadas y profesionales que se capacitan en diversas habilidades que les permiten brindar el acompañamiento.
Tanto la formación de mentoras como la mentoría tienen 8 meses de duración y para participar se debe postular desde provoca.org, optando a sumarse a las 51 mujeres certificadas como mentoras y 88 que han recibido mentorías a la fecha.
Casi tres décadas lleva liderando un laboratorio de investigación en la Universidad de Concepción (UdeC), la doctora Apolinaria García, microbióloga reconocida por crear el primer probiótico patentado en Chile contra el patógeno que es principal factor de riesgo del cáncer gástrico, y asegura que “cada vez son más las mujeres en ciencia, y eso me alegra mucho, pero liderando laboratorios o líneas de investigación esto ha cambiado muy poco a mi parecer: siguen siendo pocas en comparación a laboratorios liderados por hombres”.
La directora del Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana y académica del Departamento de Microbiología sabe que quedan grandes desafíos, pero es optimista por las acciones que se están desarrollando, y el especial aporte de iniciativas como “Inspiradoras”, porque es una convencida de que “van formando una masa crítica de niñas que el día de mañana, espero cercano, pueda ser una gran masa, y digan ‘yo puedo ser científica y tengo la capacidad para liderar un proyecto o un laboratorio de investigación’”.
“Comenzar desde la enseñanza básica a inspirar a las niñas en STEM es de gran impacto, porque les abrimos los ojos a un mundo desconocido y apasionante, que les puede transformar sus vidas”, resalta. “Las científicas y todas las mujeres en STEM tenemos que hacernos cargo de la brecha y colaborar decididamente a acortarla, visitando colegios de mujeres, asesorando proyectos liderados por niñas y jovencitas, recibiendo en nuestros laboratorios delegaciones de niñas motivadas por conocer qué se hace en la universidad y qué es ser científica”, releva.
En este sentido, plantea que “STEM es un mundo complejo”, pero a las niñas y adolescentes les puedo decir que yo he logrado mis metas y ellas también las podrán lograr con disciplina responsabilidad, ética, trabajo en grupo, saber escuchar y con empatía”. Y enfatiza que “para mí ha sido súper importante pensar siempre que soy capaz, conociendo mis limitaciones”.
“Hace algunos años y en base a experiencias de otras colegas ser mujer en las áreas STEM solía ser desafiante, debido a barreras culturales y estructurales, prejuicios y una representación desigual. Sin embargo, nunca he sentido barreras en mi trabajo por temas de género, lo que me hace pensar que se está progresando”, sostiene la doctora Jessika Camaño, ingeniería en matemática y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) e investigadora del Centro de Investigación en Ingeniería Matemática que lidera la UdeC.
Pero, hay que avanzar en participación, por lo que “se hace necesario implementar distintas iniciativas que incentiven el ingreso de mujeres a estas áreas, y en ese sentido me parece destacable ‘Inspiradoras’ y me siento contenta de estar siendo parte de éste”, manifiesta.
En su opinión, compartida con la doctora García, la clave para acortar brechas de género está en trabajar desde edades tempranas e incentivar vocaciones y talentos de niñas desde la escuela: “si se ponen los esfuerzos allí se podría llegar a una posible solución a este problema”. Al respecto, junto con la contribución de las científicas como modelos de rol para motivar a la próxima generación de mujeres en ciencia, por su experiencia de escolar considera que “profesores tienen un rol fundamental”.
“Estar en cualquier carrera es un desafío, pero como mujer en STEM muchas veces somos las únicas en salas llenas de hombres. El desafío es destacar en este mundo y pavimentar el camino para las futuras generaciones”, expresa Tatiana López, estudiante de Ingeniería Civil Aeroespacial de la UdeC y quien hace un par de años se transformó en la primera mujer latinoamericana astronauta análoga, rol que cumplió para la Misión Asclepios II.
Es que ingresó a estudiar a un mundo marcadamente masculino, pudo tener miedo como sabe que muchas han sentido o sienten, pero estar en ese campo era su vocación y sueño. Y afirma que para mantenerlos despiertos fue fundamental el apoyo de su familia y su profesora de ciencias en el colegio que le impregnaron la convicción de que podía conseguir lo que se proponía con perseverancia y esfuerzo, que no depende de ser mujer u hombre.
Es el mensaje que siempre busca entregar a niñas, niños y adolescentes, grupo esencial para generar cambios y avanzar. “Hay que educar desde pequeños a niños y niñas, en las distintas carreras tanto de STEM como de las humanidades, sin hacer diferencias de ningún tipo e inspirar a seguir sus sueños sin brechas”, finaliza.