Ciencia y Sociedad

Dieta mediterránea propicia un mejor rendimiento escolar

Un estudio reciente con participación UdeC indagó en los efectos positivos de seguir este patrón alimentario propio de la cuenca del Mediterráneo sobre la cognición y resultados académicos de cientos de estudiantes chilenos.

Por: Natalia Quiero 07 de Marzo 2024
Fotografía: Raphael Sierra P.

Actividad física y alimentación son pilares de los estilos de vida, con avalados impactos sobre el estado de salud y bienestar a toda edad en lo físico y mental, y una reciente investigación chilena aporta conocimientos relevantes de considerar de cara al inicio de un nuevo año académico.

Y es que indagar en los efectos de la dieta sobre la cognición y rendimiento académico de estudiantes de 10 a 14 años fue el foco de un trabajo cuyos resultados vieron la luz a través del artículo “Los adolescentes con un patrón favorable basado en el estilo mediterráneo muestran mayores logros cognitivos y académicos” que se publicó en la revista Nutrients Q1.

El estudio se realizó al alero del proyecto Fondecyt “Cogni-Acción: actividad Física como mediador del desarrollo cognitivo en escolares”, liderado por el doctor Carlos Cristi de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y tiene entre sus colaboradores al doctor Rafael Zapata, integrante del Centro de Vida Saludable de la Universidad de Concepción y académico de la Escuela de Educación campus Los Ángeles.

Evidencia local

La investigación se basa en que la dieta mediterránea es reconocida como equilibrada y saludable por sus características y beneficios de protección a la salud y prevención o control de afecciones en grupos de todas las edades.

Es así se ha posicionado como una opción dietética crucial para reducir problemas de salud metabólica de adolescentes y se ha asociado con mejor rendimiento cognitivo y académico, aunque con escasa evidencia en escolares que habitan un país en vías de desarrollo con alimentos de origen no mediterráneo como Chile, según relevó Zapata, doctor en Psicología de la Salud y Deporte.

Ante ello se propuso al estudio que incluyó a 1.296 adolescentes chilenos, divididos equitativamente entre niñas y niños, utilizando el Índice de Calidad de la Dieta Mediterránea para evaluar el cumplimiento de distintos componentes relacionados con el estilo alimentario con sus potenciales efectos positivos.

Para investigar exhaustivamente la adherencia a la dieta mediterránea y sus posibles beneficios en culturas de países no mediterráneos es necesario no sólo evaluar la adherencia total, sino también explorar patrones de adherencia específica intermedia”, explicó el investigador.

Porque hay diversa gama de alimentos típicamente asociados con la dieta mediterránea y los patrones intermedios resultan de diversas combinaciones que se ajustan a diferentes patrones alimentarios acorde al estilo mediterráneo con el propio del territorio local, aclaró.

Preguntas y respuestas

Rafael Zapata contó que en la investigación identificaron cuatro patrones dietéticos entre escolares participantes: dieta occidental; dieta baja en frutas y verduras y alta en azúcar; dieta baja en frutas y verduras; dieta baja en azúcar; y dieta mediterránea.

Al analizar los estilos de alimentación de los distintos grupos relevó una marcada diferencia relacionada principalmente con el consumo de azúcar, alimentos ultraprocesados, frutas y verduras, e inclusión del desayuno. Y sobre las implicancias la respuesta fue clara: la dieta mediterránea mostró mayor rendimiento en todos los dominios.

Nuestros hallazgos sugieren que seguir un patrón de estilo mediterráneo completo se asocia con un mayor rendimiento cognitivo y académico en comparación con la dieta occidental”, afirmó el académico. Por ende “los patrones intermedios basados en el estilo mediterráneo pueden ser una estrategia nutricional y de salud pública para obtener los beneficios educativos y de salud cerebral subyacentes de la dieta mediterránea”, aseguró.

Lo anterior porque reconoció que un patrón de estilo mediterráneo completo puede resultar difícil de aplicar en culturas como la chilena por factores sociales diversos, incluso si hay accesibilidad de recursos alimentarios acorde al patrón.

En este sentido planteó que se abren preguntas importantes para dilucidar desde la exploración de los beneficios e impactos sobre el rendimiento cognitivo y académico de esos patrones intermedios basados en el estilo mediterráneo con futuras investigaciones a nivel local.

Mirando se horizonte, Zapata participa de un estudio que profundiza en los estilos de vida de escolares de enseñanza básica de la Región del Biobío y busca conocer cómo la dieta y variables sociodemográficas influyen a nivel físico, cognitivo y social.

 

Patrón mediterráneo: el sinónimo de una alimentación saludable

Cuando se habla de alimentación saludable aparece como significado la dieta mediterránea. Porque es un patrón vinculado con menos incidencia de muchas enfermedades complejas y más bienestar en las personas, sobre la base de un funcionamiento óptimo del organismo en sus distintos sistemas y órganos como los vitales corazón y cerebro.

La nutricionista Fernanda Carrasco, directora médica del Centro de Vida Saludable de la UdeC, explicó que se trata de un patrón dietético de los países que están en la cuenca del mediterráneo como Grecia, España e Italia, acorde a los productos que sus ecosistemas proveen.

Hace varias décadas se hizo notable que dichas poblaciones tenían menos incidencia de patologías, menor mortalidad y más longevidad en comparación a otras latitudes, lo que llevó a indagar el fenómeno: “se estudió el patrón alimentario en 7 países y se descubrió la importancia de la dieta que llevaban en la cuenca del mediterráneo”, afirmó.

Cualidades nutricionales

Como base la profesional relevó que “la dieta mediterránea incentiva el consumo de alimentos de origen local, frescos y naturales, además restringe a los industrializados”.

“Los nutrientes clave en la dieta mediterránea son las grasas saludables que aporta el aceite de oliva que es de alto valor biológico; antioxidantes que aportan las frutas y verduras; ácidos grasos omega 3 que contiene el pescado; fibra que contienen los cereales integrales y legumbres; y fitoquímicos que están en frutas, verduras, frutos secos, hierbas y especias”, destacó.

Añadió que considera un consumo moderado de carnes rojas y de lácteos, mientras limita al máximo los alimentos muy procesados y refinados, grasas saturadas, azúcares añadidos a los alimentos y golosinas.

“Además promueve conductas de alimentación saludable como comer con moderación, compartir las comidas en familia, disfrutar del consumo de los alimentos, tener un descanso adecuado y realizar actividad física saludable. También fomenta la economía local y la sostenibilidad de los patrones de alimentación”, manifestó Carrasco.

Ahí la diferencia con patrones occidentales que predominan en Chile y han transformado los tradicionales, por efecto de la globalización y otros factores socioculturales, donde informes como la Encuesta Nacional de Salud (ENS) muestran protagonismo del consumo de comida chatarra y productos ultraprocesados altos en nutrientes críticos como grasas saturadas, azúcares y sodio.

Hábitos nocivos que se ven desde etapas tempranas y se exacerban en sus efectos con el sedentarismo que caracteriza a más del 80% de la población y comer en exceso, por ejemplo.

Hacia los beneficios

Fernanda Carrasco enfatizó que dichas cualidades de la dieta mediterránea la hacen equilibrada y sana, y se traducen en multiplicidad de efectos de impacto vital.

Protección de la salud cardiovascular y cerebral, con la consecuente prevención de enfermedades al corazón y los vasos sanguíneos como infarto cardiaco y accidente cerebrovascular, así como de varios tipos de cáncer, son dos grandes beneficios reportados del estilo de dieta mediterráneo que resaltó. Ello también pasa por la reducción del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión, y sobrepeso y obesidad.

Además, se ha estudiado la prevención frente a patologías neurodegenerativas, lo que también tiene el vínculo con la contribución sobre la cognición, atención, memoria, aprendizajes, estado anímico y rendimiento físico, académico y laboral, entre otras.

Son las condiciones patológicas que están enfermando y matando a la población nacional, dañando su bienestar y calidad de vida con clara responsabilidad de los estilos de vida.

Es que enfermedades cardiovasculares y cáncer son las dos principales causas de muerte, en un contexto donde siguen una tendencia al alza alarmante los casos de personas diabéticas, hipertensas y obesas cada vez más jóvenes, como ha advertido la ENS.

Una de las peores epidemias es el exceso de peso que afecta a más del 74% de la población y conlleva graves daños, y cada 4 de marzo se conmemora un día para concientizar y fomentar hábitos que permitan combatir la obesidad, y una forma tan simple como potente de obtener beneficios es adoptar un patrón dietético mediterráneo, donde un reto nacional es educar y promoverlo desde la niñez.

En ese horizonte, la nutricionista recomendó consumir frutas y verduras idealmente frescas (de estación) y de distintos colores para cumplir 5 porciones diarias; usar aceite de oliva extravirgen como grasa de adición; consumir al menos 2 veces por semana pescados y legumbres; reducir las carnes rojas y embutidos; y preferir productos integrales sobre los refinados.

También hay que respetar cada tiempo de comida y comer las porciones recomendadas, limitar el consumo nutrientes críticos y llevar una vida activa.

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