Ciencia y Sociedad

CIPA: dos décadas de trabajo que proyectan hacia el futuro

El origen se remonta a 2003 y un proyecto que se desarrollaría en la región y no prosperó, pero se decidió evolucionar la misión de generar y transferir conocimiento y tecnología para beneficiar a la sociedad.

Por: Diario Concepción - Natalia Quiero 01 de Febrero 2024
Fotografía: El Centro de Investigación en Polímeros Avanzados tiene un edificio emplazado en la UBB y en su gobierno corporativo participa la UdeC.

Contribuir al desarrollo y competitividad de la Región del Biobío y Chile, a través de la generación y transferencia de conocimiento y tecnología es la misión del Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA) desde sus orígenes hace dos décadas y desde donde se proyectan. Descentralizar la ciencia, formar capital humano y aportar soluciones a problemas de la industria sustentan este quehacer.

En 2003 nació el CIPA, al alero del Gobierno Regional y las universidades del Bío-Bío (UBB) y de Concepción (UdeC) y en el marco del segundo concurso de creación de Centros de Investigación Regionales que llamó Conicyt. El escenario era distinto a un actual que lo hacen más vigente y necesario.

“El trabajo de CIPA desde y para el territorio es un ejemplo y un estímulo para otros grupos de investigadores e investigadoras que desde distintos rincones del país sueñan por descentralizar el conocimiento”, sostuvo Alejandra Pizarro, directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (Anid) que heredó el rol de Conicyt.

Y el gobernador Rodrigo Díaz manifestó que “nos sentimos orgullosos del trabajo de CIPA, y como éste se encadena con soluciones tecnológicas que ponen a disposición de distintos procesos productivos del Biobío”.

La evolución

CIPA se creó para proveer soporte científico-tecnológico en el área de polímeros a un proyecto petroquímico que se desarrollaría en la región; no prosperó, pero permitió que el centro se adaptara para atender a la industria del plástico y sectores usuarios.

Así, en 2005 se instaló la primera planta procesadora de productos plásticos para investigación en la región y en 2007 partió la prestación de servicios con modernos laboratorios, permitiendo iniciar las investigaciones.

Hoy, emplazado en la UBB y con la UdeC como parte de su gobierno corporativo, tiene una infraestructura que supera los 1.200 metros cuadrados y se vincula con más de con 50 empresas al año. En el último quinquenio ha prestado más de 300 servicios técnicos especializados, concedido 3 licencias, publicado 80 artículos científicos y creado 3 empresas de base tecnológica.

Una de las preocupaciones del centro es colaborar en la competitividad de los procesos productivos que se dan en la región, en lo que su director ejecutivo, Claudio Toro, sostuvo que “ayudar a entender a las industrias lo que ocurre con los materiales plásticos con los que trabajan, los riesgos a los que están expuestos es fundamental, y mostrarles cómo a través de la ciencia se pueden crear polímeros que no sean perjudiciales para la salud y que sean amigables con el planeta”. Reflejo son los 48 proyectos ejecutados los últimos 5 años.

Uno es la creación de plástico biodegradable y compostable derivado de aserrín de pino que en tiempos de Covid-19 se usó para fabricar elementos de protección personal.

También está el plan “Basura Cero”, que promete que hasta 60% de los residuos producidos en Curanilahue y Arauco sean compostados y reutilizados para evitar el colapso de los rellenos sanitarios y vertederos locales. La alcaldesa de Curanilahue, Alejandra Bustos, se refirió a la iniciativa como “la esperanza de poder mejorar el manejo de residuos pensando en el desarrollo que puede tener a futuro”.

También se produjo CaCO3 para uso industrial desde conchas de navajuelas, huepo y taquillas proporcionadas por agrupaciones de cosedores de la caleta de Tubul; o junto a la UdeC se desarrolló un anticongelante que reduce el efecto de las heladas tardías en los cultivos y sin impacto medioambiental.

Por ello la vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UdeC, Andrea Rodríguez, catalogó al centro como “referente científico-tecnológico que aporta al crecimiento sustentable de la agroindustria, la construcción y la salud. Y sobre todo, por ser un ejemplo de alianza público-privada y de articulación entre la academia y la industria”.

“El trabajo que está haciendo CIPA va muy de la mano con la descentralización, porque está apoyando a pequeños emprendedores de comunas distintas a la capital regional. Y sigue realizando investigación, que es necesaria para poder tener posteriormente productos aplicados y realizar transferencia tecnológica de manera más efectiva”, resaltó Sofía Valenzuela, seremi de la Ciencia para la Macrozona Centro Sur.

Desafíos

Y la consolidación de 20 años también plantea desafíos para avanzar al futuro y Claudio Toro relevó que son “continuar trabajando para el desarrollo de la región y estudiando los polímeros”.

“Nuestra preocupación para los próximos 10 años es la contaminación por plásticos, en el sentido de poder identificar los materiales que son nocivos y retirarlos, para que cuando se sometan a procesos de reciclaje no sean tóxicos y así poder aportar a mejorar la calidad de vida de la población y promover el cuidado del planeta”, cerró.

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