La propuesta del académico Daniel Aguilera fue seleccionada en la tercera convocatoria de Desafíos Públicos, otorgando financiamiento estatal a un trabajo científico que busca erradicar una invasión que daña cientos de casas en que habitan más de 4 mil personas. Las expectativas son altas, la primera etapa cerro con éxito y recientemente se oficializó el paso a la segunda de tres.
Por Montserrat Serra
Con el fin de lograr la solución a la grave plaga de termitas subterráneas introducidas que afecta a muchísimos hogares de Nacimiento, recientemente se oficializó el avance a fases más avanzadas de un trabajo científico de alto impacto social que comenzó en 2022.
Porque el lunes 5 de septiembre se firmó la segunda etapa de ejecución de un proyecto en colaboración entre Daniel Aguilera, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción (UdeC), el alcalde de la comuna Carlos Toloza y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (Anid) del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI).
Esta fue una de las iniciativas que se seleccionó durante la tercera convocatoria de Desafíos Públicos, programa que lideran el Ministerio de CTCI, la Anid y el Laboratorio de Gobierno.
En la instancia, el municipio de la localidad de la provincia del Biobío, a través de su edil, postuló con el anhelo de obtener alguna resolución efectiva para una situación de larga data y que es sinónimo de un tremendo problema social: la invasión de termitas.
En ese marco fue que el doctor Aguilera presentó una propuesta de investigación aplicada para proveer una solución de control y erradicación del insecto de nombre científico Reticulitermes flavipes, cuya presencia infesta cientos de casas en que habitan más de 4 mil personas y lleva afectando durante casi dos décadas a la comunidad de Nacimiento.
Su idea de resolución fue el desarrollo y aplicación de un producto, la que tuvo buena acogida y se escogió para desplegar un trabajo de tres etapas.
La primera partió el 6 de noviembre de 2022 y se cumplió con éxito. Dicha fase consistió en proponer un prototipo de sistema de control que se avaló en un laboratorio durante 6 meses.
Específicamente, se trató del diseñó de un cebo. Al respecto, Aguilera contó que el prototipo del cebo se envió a un laboratorio especializado que lo puso a prueba, comparándolo con un papel filtro (control) y con otro cebo comercial.
“Lo que obtuvimos es que, efectivamente, nuestro prototipo eliminó a las termitas que fueron ensayadas durante 50 días, al igual que el cebo comercial”, afirmó el investigador, al tiempo que también destacó que eventualmente el producto propio sería de un costo económico mucho más bajo que los que están disponibles comercialmente en la actualidad, por ende, de más fácil acceso para implementarlo como solución masiva.
Favorables resultados que se consolidaron en un informe que se presentó a la Anid y que permitieron avanzar a la segunda etapa que ahora está vigente. En esta se escalará del laboratorio al mundo real para probar el prototipo, con experimentos que se extenderán por un año en una casa de Nacimiento infestada con las termitas subterráneas.
Para finalizar el proyecto, en la tercera etapa se buscará controlar dos o tres casas durante un año y medio. Se estima que el proyecto dure 3 años.
El programa Desafíos Públicos busca contribuir a abordar problemas de interés público presentadas por organismos del Estado como municipios o ministerios. Son situaciones que requieren investigación, desarrollo e innovación para su solución y por eso se convoca que desde la academia, centros de investigación o la empresa ofrezcan propuestas.
La tercera edición seleccionó varias problemáticas, distintos estamentos de la UdeC postularon cuatro iniciativas y todas se seleccionaron, obteniendo dos a tres años de plazo de ejecución y entre $145 millones a casi $250 millones de financiamiento.
Una de las ideas fue la de Daniel Aguilera para combatir las termitas. Los otros retos a abordar por la UdeC se plantearon desde el Ministerio de Energía en torno al hidrógeno verde; la Superintendencia de Servicios Sanitarios para aumentar el reciclaje de aguas servidas tratadas; y la Academia Politécnica Naval para mejorar el monitoreo y pronóstico oceanográfico y meteorológico aplicado a operaciones portuarias.
El proyecto científico que lidera el académico UdeC Daniel Aguilera, en el marco del programa Desafíos Públicos, fue impulsado por el edil de Nacimiento Carlos Toloza, de la mano de su búsqueda de la erradicación de las termitas que infestan los hogares de muchísimos habitantes de su comuna.
Durante el anuncio de esta adjudicación en 2022, en conversación con Diario Concepción, el alcalde que asumió en 2021 su administración abordó la gravedad del problema y la necesidad urgente de buscar soluciones efectivas y realmente posibles de acceder para las personas de su comunidad, advirtiendo que la intervención disponible en el mercado para controlar la plaga puede llegar a costar $4 millones y eso puede ser imposible de pagar para la mayoría de las familias.
El problema que implicaban las termitas subterráneas dentro de los hogares de Nacimiento se hizo evidente en 2006. Ese año hubo una inundación que afectó al territorio y, al pasar los días, la humedad reveló el daño en las estructuras de madera de las viviendas, donde estaban las termitas subterráneas y que actualmente afectan al 66% de la comunidad, o sea, casi dos tercios del territorio.
Se estima que estos insectos se introdujeron cerca del año 2000. Sobre ello, el doctor Aguilera explicó que al ser subterráneos, es decir, que su nido o colonia se encuentra bajo tierra, han causado deterioros considerables en la infraestructura local y aún más en la comunidad.
Se alimentan principalmente de madera, perforando las estructuras de las casas como tablas, pisos, vigas y paredes. Además, ingieren cualquier material que contenga celulosa, lo que incluye libros, facturas e incluso arbolado urbano.
Además de los graves y grandes daños materiales, la presencia de las termitas conlleva riesgos adicionales para la seguridad y la salud mental de los habitantes aquejados por su presencia. Las preocupaciones principales recaen en el estrés e incertidumbre constante de las personas al ver cómo sus posesiones y esfuerzos de muchos años se deterioran, el peligro de accidentes por la debilitación de las casas y el impacto en la vegetación local.
Hasta el momento sigue siendo un misterio la fuente de introducción exacta de las termitas en Nacimiento, sobre lo que el investigador comentó que “esta termita fue ingresada desde California en Estados Unidos en el año 1950, pero fue detectada en Santiago por primera vez en 1986. Después se fue expandiendo aún más, pero no tuvo mayores avances desde la capital y la Región de Valparaíso. De pronto apareció en Nacimiento y nosotros tenemos la duda si ese foco fue porque hubo una contaminación externa o ingresó de forma independiente a través de los puertos del Biobío”.
En este crítico escenario ha sido un imperativo para las autoridades como el alcalde Carlos Toloza el tomar cartas en el asunto y decidieron comenzar una compleja búsqueda de soluciones, hasta que apareció el programa de Desafíos Públicos como una oportunidad que decidió aprovechar y, así, la propuesta del académico UdeC con los resultados de su desarrollo que ya cerró la primera fase y generan que el desarrollo de la ciencia dé grandes esperanzas.
La sociedad local está activamente involucrada en la solución de este problema y en caso de tener éxito podrán replicar esas medidas en otras zonas afectadas por termitas subterráneas, como la Región Metropolitana o la de Valparaíso.
Las perspectivas a largo plazo se centran en el control de este insecto para evitar que la plaga se extienda a otras áreas de la Región del Biobío como Concepción o Talcahuano u otras localidades más al sur. Con el tráfico de madera y la movilidad constante de materiales en la zona, la envergadura de este desafío podría aumentar, lo que resalta la importancia de abordarlo de manera efectiva, rápida y accesible.