Manejo del paisaje: reto para avanzar en gestión del riesgo de megaincendios

28 de Agosto 2023 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Carolina Echagüe

UdeC recibió a experto español de vasta experiencia estudiando efectos del fuego en el suelo y colabora con académico local, y desde la evidencia abordaron las acciones para afrontar el fenómeno.

El suelo es la base del ambiente y la vida. Sobre este ocurren procesos vitales para la biodiversidad y la sociedad. Por ejemplo, retiene agua y es donde crecen plantas que cumplen funciones como proveer oxígeno, alimentos o medicinas, proporcionando así un medio de subsistencia como sustento de cultivos y actividades silvoagropecuarias que brindan trabajos y economías.

Y diversas causas alteran las condiciones y funciones del suelo, como los incendios con cada vez mayor frecuente, intensa y destructiva ocurrencia. La Región del Biobío sabe de megaincendios, mayores a 10 mil hectáreas, y el verano 2023 se quemaron sobre 180 mil hectáreas, dejando víctimas fatales, cientos de familias damnificadas y vastas extensiones de suelo dañado.

Los megaincendios son de las mayores amenazas a nivel medioambiental, económico y social,  planteando retos en gestión del riesgo, desde prevención a recuperación y componente clave es el manejo del esencial suelo. Un tema que abordó el doctor Xavier Úbeda, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, quien visitó la Universidad de Concepción (UdeC) y dio la charla “Suelos tras incendios: recomendaciones desde la ciencia”.

Ciencia para abordar

 El experto que lleva más de 30 años investigando los efectos del fuego en el suelo y su mensaje clave fue que “el fuego en sí no es un problema, pues es un fenómeno natural, ni tan solo los incendios forestales, que siempre ha habido y siempre va a haber. Los grandes incendios forestales son los que suponen un problema para el medioambiente, la vegetación, las aguas y los suelos”.

En ese sentido, una de las ideas principales que buscó transmitir es que el riesgo de la mayor intensidad de los incendios tiene fuerte relación con la forma en que se gestionan los paisajes: lugares con alta densidad de árboles, principalmente plantaciones forestales, y escaso manejo del ecosistema, son ambientes propicios para que ocurran siniestros mucho más extensos y destructivos a los que naturalmente podrían generarse.

Y abordó que estudios en distintos sitios del mundo han mostrado la resiliencia de los suelos para soportar altas temperaturas, incluye al  fuego, pero que los megaincendios tienen impacto mucho mayor sobre sus condiciones y la erosión.

Desde allí es que resaltó saberes y propuestas para reducir riesgos de incendios y mitigar sus impactos en el suelo, como también recuperarlos. Su acento fue que “no se puede tratar a toda la superficie de igual forma”. Ni para gestionar el riesgo de incendios ni el manejo posterior.

Es clave realizar estudios para identificar zonas de riesgo de megaincendios o erosión tras estos;  también a las infraestructuras, comunidades y actividades más vulnerables de verse afectadas e invertir en su gestión y poner urgencia en su atención tras el evento.

Al detectar erosión o riesgo, dijo que lo trascendental es tomar medidas antes que ocurran las primeras lluvias torrenciales: el suelo pierde capacidades como retener agua y hay peligros como inundaciones; se ha visto en últimas semanas.

Y planteó que se puede “decidir si no se realiza ningún tipo de actuación, dejar que el bosque evolucione por sí solo. La decisión de no gestión también es gestionar”.

Transformaciones

 Considerar la ciencia y conocimiento que hay para abordar los megaincendios es urgente, con mayor razón en Biobío y el contexto de cambio climático que se manifiesta con severas sequías y olas de calor que suman combustible.

Así lo destacó el doctor Francisco De La Barrera, académico de la Facultad de Ciencias Ambientales e investigador del Centro Eula y del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable UdeC, quien mantiene colaboración en estudios en torno a incendios con el experto español.

No basta con actuar eficientemente ante el evento,  grandes retos están en prevenir y  mitigar impactos. Para ello sostuvo que “hay que avanzar en dos direcciones, una hacia medidas de corto plazo que tienen que ver con acciones anuales de prevención y combate. Y hay que pensar en el largo plazo y para hacerlo hay que ponerse metas ambiciosas en planificación territorial y ejecución de acciones que permitan modificar la manera en que hemos manejado el paisaje”.

Ahí la clave: “hay que hacer una gestión a nivel de paisaje”, afirmó. Como planteó Úbeda, es en falencias en esta materia el gran problema, por no mirar más allá de un ecosistema de interés como uno forestal ni reconocer que hay otros circundantes que interactúan y por no manejar bien la densidad de árboles en un sitio de interés, por lo que mientras no hayan transformaciones profundas en este paradigma y acciones, que dada la realidad urgen, el riesgo de megaincendios seguirá más que patente.