Cesáreas: la vertiginosa y riesgosa alza en Concepción
13 de Agosto 2023 | Publicado por: Natalia Quiero
Estudio UdeC vio que en recintos privados llegan al 90% de partos, muy sobre lo justificado. Alerta son los efectos al bienestar y desarrollo futuro. Peligros son para infantes y también hay para las madres.
“La forma de nacer está enfermando a nuestros niños y eso no se dice a las mujeres”. Es la advertencia del doctor Juan Escalona, director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC) y especialista en Hospital Las Higueras, y se refiere al impacto de la gran práctica de cesáreas.
“Niños que nacen por cesáreas electivas, sin trabajo de parto ni indicación médica, se acoplan menos al pecho, tienen más enfermedades inmunológicas, digestivas y asma, y se investiga la incidencia de Trastornos del Espectro Autista”, releva.
Por eso el gineco-obstetra asegura que “alarma el índice aumentado de cesáreas en la Región del Biobío, el número es altísimo y sin justificación médica”. Es que se supera con creces lo recomendado y hay recintos en nacimientos a través de dicho proceso son la mayoría.
Aumento peligroso
El panorama es opuesto al ideal y natural. La alarma se encendió por estudios sobre Chile, así que supo que era necesario objetivar qué pasaba en el Gran Concepción y desarrolló una investigación junto a un equipo de Medicina UdeC.
Los resultados, publicados en la Revista Chilena de Ginecología y Obstetricia, alarmaron más, asustaron y evidenciaron la urgencia de concientizar e impulsar cambios en un crítico fenómeno socio-sanitario. Y agosto como Mes de la Niñez es propicio para abordar el impacto del parto en el bienestar.
El trabajo analizó datos del Ministerio de Salud (Minsal) sobre partos en Concepción de 2001 a 2019 y comprobó un aumento terrible para la salud pública y sociedad: “Hace 20 años las cesáreas en sistema público y privado eran 30% de los partos. Es alto, pero subió muchísimo. En el sistema público se mantuvo en 30-40%, pero en el privado es más y en algunas clínicas las cesáreas llegan al 90%. Es sumamente grave”, sostiene Escalona.
Atención y salud primal
La gravedad parte porque aclara que “el índice de calidad de la atención obstétrica se mide en si logró un parto vaginal o debió ser cesárea”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la cantidad de cesáreas no debe superar al 15% de partos. “En teoría, si paso mucho ese índice estoy atendiendo mal a la embarazada. Nuestras cifras alarman, porque significa que las estamos atendiendo mal”, advierte.
Todo preocupa más al integrar el concepto de salud primal, del que la doctora Yolanda Contreras dirige un diplomado del Departamento de Obstetricia y Puericultura UdeC, que concibe “paradigma para ver la vida”.
Se basa en la trascendencia de la primera etapa vital y cómo repercute a largo plazo en el bienestar integral, principalmente en “3 ejes fundantes de las condiciones de salud que al nacimiento están inmaduros: neurología, inmunología y endocrinología”, explica la especialista en perinatología.
La propuesta básica considera al periodo primal de la concepción al primer año por madurez de los ejes, aunque ella de la preconcepción a los 3 años; primera infancia y construcción de las bases emocionales. Bajo esa mirada “el parto es un periodo crítico y propio de los mamíferos”, resalta, pero también que hay pocas investigaciones y varias preguntas sobre sus condiciones y efectos de largo plazo en comparación con lo pre y postnatal.
Plantea que “los avances más importantes son en microbiología y microbioma”, comunidad de microorganismos que nos habitan y cruciales para funciones como intestinal e inmune, y menciona “déficit en la microbiota del niño que nace por cesárea y no pasa por el canal del parto, porque allí se nutre directamente de la flora materna”.
Y está el contacto piel a piel tras el nacimiento. “No sólo poner en la piel de su madre, sino que el bebé repte al pecho materno en búsqueda de su primera interacción con la mama que será su placenta externa para la nutrición y pueda encontrar el reconocimiento y vínculo profundo. El bebé y su madre, inmediato al nacimiento y por 2 horas, liberan una cantidad de oxitocina que no se vuelve a liberar en otros periodos”, explica. Es una neurohormona vinculada al placer y el proceso tiene un impacto en la regulación de signos vitales y emocional.
En la cesárea hay un aparataje quirúrgico y el primer contacto que se promueve no se puede acercar a las condiciones ideales y naturales. “Eso disminuye estímulos fisiológicos para que el niño se regule con su madre”, lamenta.
Además, un estudio del que participa sobre la respuesta de la placenta según tipo de parto y expresión en niños de receptores de hormonas clave del desarrollo: “hemos notado que en el parto fisiológico, sin ninguna intervención, la placenta tiene un comportamiento modificado en la cesárea sin trabajo de parto y en partos vaginales acelerados”.
“Por tanto, hay muchas preguntas, pero algo está pasando”, enfatiza, “al pensar en las cifras, creo que estamos modificando la programación fisiológica de activación de niveles hormonales en el nacimiento y no sabemos hasta qué nivel vamos a modificar la posibilidad de desarrollo efectivo del niño, sobre todo en neurodesarrollo y en particular habilidades sociales”.
La necesidad de volver a lo natural, impacto del parto al bienestar futuro
La evidencia científica confirma la necesidad de reducir las cesáreas y volver a lo natural para resguardar el bienestar personal y social desde el presente al futuro.
Juan Escalona y Yolanda Contreras coinciden que la transformación se basa en actuar para erradicar mitos o temores y empoderar para la toma de decisiones fundadas y adecuadas. Se debe apuntar a la gestante y a su pareja o núcleo con acompañamiento de profesionales como matronas, pero también llegar a toda la sociedad para la comprensión y valoración de la salud primal, gestación y parto natural.
Razones médicas
No se busca demonizar la cesárea ni juzgar a quien ha accedido a esta, sino reconocerla una opción en ciertos casos. “La cesárea es un súper buen procedimiento si está bien indicado. Como en una apendicitis hay que extraer el apéndice con cirugía, en un embarazo hay razones médicas para practicar una cesárea para el nacimiento, porque si no es de riesgo para la madre o su bebé”, afirma Escalona. El desarrollo de este procedimiento implicó gran avance médico y de salud pública global, ya que antaño muchas mujeres y bebés morían por problemas en la gestación y/o parto.
Las razones para una justificada y hasta vital intervención como vía de parto están objetivadas a partir de la evidencia y en Chile se plasman en la guía perinatal del Minsal en que deberían basarse las decisiones médicas, pero no parece ser siempre así. Porque el gineco-obstetra asegura que “no tiene justificación en ninguna parte del mundo que sobre 80% de bebés nazcan por cesáreas en una de las clínicas más grandes de Concepción”.
Fenómeno de intervenir
El académico plantea que en el fenómeno hay gran influencia de la migración de muchas mujeres afiliadas a Fonasa del sistema público al privado para atender el parto con un bono especial que abarató costos y se instaló el 2000.
“Se atendían sobre 11 mil mujeres al año en hospitales y ahora bajamos a 2 mil. Todas las que se fueron a clínica fueron aumentando la incidencia de cesárea hasta cifras que son una locura. Lo paradójico es que a una mujer que busca una mejor atención obstétrica se le da la peor”, lamenta. Y la atribución es porque el vertiginoso aumento fue en las clínicas.
Puede influir que la cesárea electiva podría ser más rentable, aclara que se programan y ocupan una hora al médico, poco versus un trabajo de parto que se debe monitorear y durar 10, 24 o más horas. También podría la mujer decidir su parto en el sistema privado. “Una mujer tiene miedo al parto vaginal y pide cesárea; una mujer con dos partos vaginales previos que quiere esterilizarse pide una cesárea. Como en clínicas no hay control tan estricto como en el hospital, se hacen cesárea sin indicación médica”, plantea.
Y la doctora Contreras cree que hay que ir más allá y pensar en la necesidad humana de asegurar procesos críticos como el parto. En efecto “hemos medicalizado el parto, intervenido de manera importante los nacimientos y muchos partos vaginales están siendo producto de muchas intervenciones”, advierte.
Porque así como hay factores que llevan a las cesáreas electivas, también a acelerar el trabajo de parto con intervenciones farmacológicas, cuenta, sin olvidar a las no farmacológicas como el control que se impone.
Todo va en desmedro del ideal parto fisiológico que dice que se debe entender como uno en que “a las mujeres se ofrece la intimidad y herramientas para que despliegue su sistema primitivo para que pueda parir a su gusto; eso es no intervenir en el parto bajo ningún procedimiento, a menos que la mujer solicite, porque cada vez que hablo a la madre la saco de su circuito primario y le quito posibilidad de que avance”.
Lo primitivo es lo natural y naturalmente están las condiciones para afrontar el parto, que se deben respetar para su despliegue y así del mejor escenario para que ocurran los fenómenos en torno al parto y vínculo de la diada madre-hijo, a excepción de las justificadas razones médicas.
Ante ello, manifiesta que “la intervención puede ser cómoda para la madre y el equipo, o seguro desde el punto de vista de miedos, pero cuando hay población educada el parto natural es lo más deseado”.
Así que en estudiar más el fenómeno, fiscalizar más el cumplimiento de normas y recomendaciones, y sobre todo educar la clave para avanzar en el retorno a lo natural y solucionar un problema socio-sanitario de repercusiones que pueden estar subdimensionadas.
Los riesgos de la cesárea sobre la salud y bienestar para mujer
La cesárea es segura, pero Juan Escalona dice que hay más riesgos para la mujer que en parto vaginal, por ser un proceso quirúrgico mayor.
Advierte que “las pérdidas sanguíneas en la mujer son de hasta un litro, el doble que en parto vaginal”.
Hay más riesgo de hemorragia, infecciones y mortalidad: “en 10 mil mujeres con cesárea y 10 mil con parto normal, con cesárea hay 9 veces más posibilidades de morir”.
En la recuperación “en cesárea hay dolor, dificultad al moverse y acoplarse con el recién nacido, lactancia y apego no son lo mismo, y posibilidad de reactivarse físicamente es menor”.
También hay riesgos a largo plazo. “Mujeres que tras una cesárea tienen infertilidad, porque la cicatriz es patológica; quedan con dolor, siguen sangrando y hemos tenido más embarazos que se anidan en la cesárea e indicar histerectomía para poder aliviar síntomas”.