Ciencia y Sociedad

Paternidad: un constructo social en necesaria evolución

Estudios dicen que papás se involucran más y pasan tres veces más tiempo con sus hijos que generaciones previas, pero la mayor demanda de crianza y cuidados sigue sobre la madre. Así ha sido históricamente y sobran razones para cambiar por completo la historia. Y el Día del Padre es una fecha para celebrar avances y sensibilizar los avances.

Por: Natalia Quiero 19 de Junio 2022
Fotografía: Raphael Sierra P.

La mayoría tiene el recuerdo con su madre como la imagen de sustento emocional, cuidado, protección e involucramiento permanente en la crianza y atención de las necesidades de un hijo. En cambio, el de trabajar y dar sustento económico con más distancia de criar y vincularse afectivamente se asocia al rol paterno. Contexto sociocultural en que muchas experiencias muestran una normalización de la ausencia (literal o metafórica) del papá, sobre todo en la infancia y si se disuelve su relación con la madre, e invisibilizan sus repercusiones.

Se reconozca o no, es determinante en la estructura y bienestar familiar y deja huellas en hijos la presencia y calidad del vínculo con esa figura que hoy, 19 de junio, está de día: el padre. Fecha para celebrar avances y sensibilizar retos, fenómeno social que abordan los doctores en salud mental Pablo Vergara Barra y Yolanda Contreras García, académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).

Más participación

Pero, la sociedad con sus imaginarios se ha ido transformando y evolucionado el ser padre. “La paternidad es un constructo que se ha ido modificando, entre otras cosas por cambios sociales y avances en equidad de género, y de a poco se comienza a visualizar la labor de crianza por parte del padre desde un espectro que avanza a dimensiones más allá de mero proveedor”, destaca Vergara, psicólogo y docente del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental e investigador del Observatorio de Parentalidad (OPA) UdeC y miembro del Directorio de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica y Psicoterapia.

En efecto, ha habido avances en corresponsabilidad parental y participación masculina en la crianza y cuidado, sobre todo en gestación y periodo peri y postnatal, donde un simple ejemplo es que es cada vez más común ver a hombres cargando, paseando o jugando con sus hijos en sitios públicos, según reflexiona Contreras, matrona y académica del Departamento de Obstetricia y Puericultura y directora del Diplomado de Salud Primal. Así, los hombres participan de instancias vinculadas a la preparación del nacimiento o lactancia y es creciente que acudan a controles médicos o reuniones de apoderados. Mucho de ello, incluso, si no se mantiene la relación de pareja con la mujer.

Sobre ello, un estudio de la Universidad de Ohio arrojó que papás de hoy (hombres de 23 a 38 años) pasan tres veces más tiempo con sus hijos que los de hace dos generaciones y desde 1989 quienes se quedan en casa para cuidar a sus hijos han aumentado 70%. Y la encuesta “Real Parenting” de la marca Huggies, con presencia en Chile, reveló que para 93% de los hombres convertirse en padre fue el hito más importante en su vida y sobre el 80% participa de tareas prácticas como bañar a hijos, alimentar y cambiar pañales, mientras que el 73% con actividades como jugar.

Desequilibrio sigue

Hay buenas noticias, pero la balanza de las responsabilidades parentales sigue desequilibrada. “Madres siguen reportando mayor nivel de involucramiento en la crianza que los padres y se demuestran mucho más estresadas en torno a las labores de crianza y protección en comparación que padres, quienes reportan mayores niveles de bienestar parental”, releva Vergara sobre lo que halló un estudio reciente en que participó. “Hemos transitado al cuidado, pero a los hombres no les hemos enseñado a hablar de su salud reproductiva ni de los roles parentales”, lamenta Contreras sobre falencias y retos patentes.

Con ello se relacionan los argumentos tras el hecho de que menos del 1% de los papás han ocupado su postnatal, según un sondeo que realizó SOS Group del 6 al 13 de junio a hombres que fueron padres desde octubre de 2011, cuando entró en vigor la Ley de Permiso Postnatal Parental (PPP), que permite a la madre traspasar de una a seis semanas al progenitor para cuidar al recién nacido. Datos de la Superintendencia de Seguridad Social muestran que de enero a abril de 2022 sólo 65 de más de 26 mil PPP iniciados fueron traspasados al padre (0,2%).

En la encuesta, la mitad de quienes usaron el PPP ocupó dos semanas y la otra cuatro o más y el 100% destacó que permitió sentir más apego y cercanía con su hijo. De quienes no lo ocuparon, 67% pensó que podría conllevar problemas en su trabajo y el resto no tenía claro cómo acceder, donde 90% dijo sentirse arrepentido de no usarlo por perderse la experiencia de estar más presente en primeros meses de vida de su hijo y 10% no se arrepiente porque cree que las madres saben cuidar mejor a sus hijos.

Raphael Sierra

Ser padre y el ejercicio de un rol clave para hijos, familia y sociedad

Es claro que la concepción de la paternidad ha cambiado para bien y es un constructo que debe seguir en construcción para que ser padre para todo hombre sea sinónimo de involucramiento en la crianza y la corresponsabilidad se dé por naturaleza. Es que estar presente y participar es más que un estilo moderno y/o disruptivo de paternidad que debe ser motivo de sorpresa o felicitación: paternar es la forma en que se debe ejercer la paternidad, es ser el padre que todo hijo y familia merece, es una necesidad para construir una sociedad más justa, equitativa y en bienestar.

¿Por qué avanzar?

Lo primero que Pablo Vergara enfatiza es que “promover la participación paterna en la crianza es importante en los avances que tengamos en líneas que estamos definiendo en equidad de género, pues la verdadera no puede alcanzarse a menos que los hombres asumamos el 50% de las tareas de crianza, cuidados y protección de hijos”, refiriéndose a que todos los padres o que ejercen el rol paterno sean corresponsables.

Una trascendente razón para avanzar y no la única. Y se detiene en mayor estrés de madres vinculado al rol parental que en su investigación “se relacionan con que quienes llevan la carga del cuidado y crianza son mayoritariamente las madres y va en directo impacto de su salud mental”. Por ende, sostiene que “la figura paterna en la co-crianza afecta en la calidad de la dinámica familiar, alivianando la carga hacia la madre y media como soporte emocional para otros miembros de la familia” y que “la participación del padre contribuye a reducir la discordia familiar y violencia doméstica”. El investigador añade que “estudios han determinado que quienes se definen como padres involucrados viven en promedio más tiempo, tienen menos problemas de salud mental y física, son menos propensos al abuso de alcohol y drogas, son más productivos en el trabajo y manifiestan mayores niveles de bienestar que quienes reportan no tener este tipo de interacciones con sus hijos”.

No puede desvincularse lo determinante del ambiente familiar y la salud mental de madre y/o padre para la salud mental, bienestar y desarrollo integral de infantes y adolescentes, también impactado por la presencia o ausencia del padre y/o tipo de relación. Fenómeno en que lo naturalmente necesario es involucramiento paterno tanto como el materno. “Las figuras parentales, madre y padre, aportan de manera equilibrada al desarrollo de cualquier persona en su primer periodo de la vida. Quien ocupa la figura materna da ciertas condiciones para que el niño se desarrolle en armonía y también quien ocupa la figura paterna. Entonces, hay una conjunción respecto a las oportunidades de desarrollo cuando están la figura materna y paterna”, sostiene Yolanda Contreras.

Al contrario, para un infante con lazos afectivos distantes, nulos o nocivos con una de sus figuras parentales hay repercusiones y sobre todo se evidencian en la esfera psicológica o socioemocional y puede conllevar efectos a distintos plazos y hasta la adultez como autoestima débil y problemas para afrontar estrés, situaciones complejas o relaciones.

Con lo expuesto alude a la trascendencia del periodo primal, que explica que es el primero de la vida y se postula que inicia seis meses antes de la concepción hasta tres años tras el nacimiento. Es un ciclo crítico en que distintos factores que impactan la salud y desarrollo pueden tener efectos presentes y también de largo plazo, como riesgo o protección de patologías o problemáticas. Coincide con la primera infancia, que varias disciplinas definen una de las etapas vitales más cruciales en cuanto a aprendizajes y cimientos de lo que una persona será a futuro.

Bajo esa perspectiva, la doctora Contreras afirma que “cuando un padre se hace parte, por vínculos profundos que crea con el bebé intrauterino, bebino en salud primal, da sostén emocional que da armonía y va en directa relación con el bienestar del desarrollo emocional del bebino”. Y añade que “si un padre se hace presente en el parto, en él ocurre una cascada hormonal, similar a la que ocurre en la madre y bebé, respecto de reconocer a su hijo desde sus olores hasta sus necesidades”. También menciona que estudios indican que “si un padre se dedica efectivamente al cuidado de su hijo tiende a disminuir sus niveles de testosterona, hormona que los pone más agresivos o demandantes del ejercicio de su sexualidad y se centran con todas sus capacidades en el cuidado de su hijo”.

Salvedades

Pablo Vergara enfatiza que al hablar de corresponsabilidad parental, co-crianza e involucramiento paterno se aborda en base a una relación afectiva sana, cercana, comprometida y no violenta en la díada padre-hijo; pilar para promover un desarrollo socioemocional adecuado en infantes. “Si la relación padre-hijo es dañina no podemos forzar a estar con la figura paterna, porque hay que considerar siempre el bienestar superior del niño”, asevera.

También destaca que el fenómeno está abordado desde la parentalidad en parejas heterosexuales. Aclara que “desde las parejas de disidencias sexuales hay un mundo por explorar y falta mucho por investigar”. Por ejemplo, los roles parentales en parejas homosexuales todavía no están esclarecidos y es más complejo hacer análisis concluyentes sobre ser padre, madre o la parentalidad fuera de la heteronorma.

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