Un proyecto FIC-R permitirá generar un programa único en Latinoamérica que aúna las capacidades de la Ucsc, UdeC, UBB y USM, y se orienta a aplicar la herramienta. La meta del postgrado que partiría en 2023 es formar capital humano avanzado para impactar en el desarrollo local.
El primer doctorado en inteligencia artificial aplicada de Latinoamérica ha nacido en la Región del Biobío de la mano de la alianza establecida por las cuatro casas de estudio del Consejo de Rectores (Cruch) Biobío-Ñuble. Es que las universidades de Concepción (UdeC), Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), del Bío-Bío (UBB) y Técnica Federico Santa María (USM) se unieron para implementar el postgrado pionero y posible de materializar tras la adjudicación de recursos desde la línea de alto impacto del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) 2021 del Gobierno Regional del Biobío.
“Capital humano avanzado en inteligencia artificial para el Biobío” es el proyecto que se adjudicó $2.500 millones para financiar tres años de ejecución, que contemplan diseño e implementación del doctorado que aunará las capacidades académicas, técnicas y estructurales de las cuatro universidades y que ayer 17 de junio se lanzó en la Ucsc. En la instancia se ofició la firma del convenio de colaboración y consorcio del Doctorado en Inteligencia Artificial Aplicada por los doctores Cristhian Mellado, rector de la Ucsc; Carlos Saavedra, rector de la UdeC; Mauricio Cataldo, rector de la UBB; y Darcy Fuenzalida, rector de la USM. Durante el acto hubo una demostración del uso y potencial de la inteligencia artificial (IA).
El proyecto busca potenciar el avance regional en ciencia, tecnología e innovación y así el progreso socioeconómico sostenible, transformando al Biobío en polo de desarrollo científico-tecnológico y de IA, con impacto nacional e internacional. Para ello propone atraer, formar y retener capital humano especialista en la aplicación de la IA en distintas áreas, definiendo como las de interés para el Biobío la manufactura y procesos industriales, salud y bienestar, agricultura inteligente y sustentabilidad, y educación.
Darcy Fuenzalida, quien desde este viernes preside al Cruch Biobío-Ñuble, resaltó que la asociación de los planteles académicos “muestra la vocación pública de nuestras universidades al pensar cooperativamente y no competitivamente para aportar a la Región del Biobío con un programa único y que tiene sintonía con las necesidades de la región”.
El proyecto “muestra la capacidad de visión de futuro que tenemos en el Cruch Biobío-Ñuble en nuestros territorios”, manifestó Mauricio Cataldo. “Tenemos tres universidades parte del G9 y una que es parte del Cuech como universidad estatal y estamos proyectando futuro, trabajando en conjunto, por el bien de nuestros territorios”, destacó.
“Es un hito que consolida el espíritu de colaboración que tienen las universidades del Cruch Biobío-Ñuble”, sostuvo Cristhian Mellado. “Este consorcio muestra que en nuestras instituciones estamos muy sensibles a las problemáticas del territorio y nos ponemos a disposición”, añadió.
“Aunar capacidades distribuidas en las distintas instituciones es la oportunidad de generar programas de clase mundial. Eso es lo que queremos contribuir a nuestra región y de la misma manera otras áreas se pueden dar de esta forma”, relevó Carlos Saavedra.
La trascendencia del trabajo colaborativo para avanzar en ciencia, desarrollo e innovación radica en la realidad mundial y sobre todo local, explicó. Cada día los problemas son más complejos y así son las soluciones requeridas, por lo que multi, inter y transdisciplina son cruciales para abordajes más amplios y aplicaciones más efectivas, y la base es la colaboración. Además, enfatizó lo vital que es hacer sinergia de capacidades en una nación como Chile donde tanto el recurso económico como el capital humano avanzado es más acotado que en países desarrollados donde hay grandes centros y grupos de investigación.
El proyecto FIC-R es dirigido por el académico de la Ucsc Hugo Garcés y en el equipo ejecutor participan académicos de las cuatro universidades. El trabajo logístico empezó hace meses y el reto presente es formar un claustro académico y diseñar el plan curricular del postgrado, que luego debe ser evaluado y aprobado por las cuatro universidades para iniciar con su primera cohorte de estudiantes en marzo de 2023.
Se espera que los graduados sean capaces tanto de identificar problemas que se pueden abordar con IA como de aplicarla, y que también puedan desarrollar investigación básica o aplicada (generar conocimientos o soluciones basadas en IA), sea de manera autónoma o integrando equipos. Que la aplicación de la IA tenga pertinencia territorial y se base en la responsabilidad social es otro sello del perfil de futuros doctores en IA aplicada por el Cruch Biobío-Ñuble.
La inteligencia artificial (IA) es la habilidad de las máquinas para presentar capacidades propias del intelecto humano como aprender, razonar y crear. Desde esta se desprenden áreas como machine learning (aprendizaje de máquina o automático), deep learning (aprendizaje profundo), visión por computador o artificial, y se sustenta fuertemente en el big data (macrodatos).
Todavía está en discusión si la IA es una ciencia u otro concepto es más apropiado, pero indiscutible es que, si alguna vez proveyó argumentos para icónicas películas y obras de ciencia ficción y futuristas, es real y es presente. “La inteligencia artificial es una herramienta súper relevante para poder explotar y usar los grandes volúmenes de datos que tenemos hoy para apoyar en la mejor toma de decisiones en distintos ámbitos”, resaltó al respecto el director del proyecto FIC-R “Capital humano avanzado en inteligencia artificial para el Biobío” Hugo Garcés, académico del Departamento de Ingeniería Informática de la Facultad de Ingeniería de la Ucsc.
Desde un uso meramente científico en apoyo de investigaciones en diversas disciplinas como ingenierías y astronomía para tener hallazgos hasta su integración en el sistema sanitario, educativo, industrial o silvoagropecuario son los tan diversos campos en que el investigador afirma que se puede incluir la IA. Por esa diversidad se escogieron cuatro dimensiones estratégicas a impactar con el doctorado y el grupo objetivo de estudiantes son profesionales de diversas áreas disciplinares.
Con diferentes aplicaciones, siempre incluir a la IA es sinónimo de innovación y progreso y su fin es optimizar procesos vinculados a observación y procesamiento de datos, hacer más eficientes tareas, llegar a resultados de manera más rápida y tomar decisiones efectivas oportunamente. Todo puede ahorrar tiempo y/o dinero y, sobre todo, mejorar la calidad de productos o servicios que se brindan y contribuir al bienestar de las personas y el desarrollo socioeconómico.
“La IA se concibe como una herramienta crítica para el desarrollo sostenible de un territorio, junto a otros temas como hidrógeno verde, que son de muy alta vanguardia y que finalmente pueden potenciar más rápido el desarrollo económico. Por eso se eligió de punta de lanza para potenciar otras áreas y el desarrollo económico”, sostuvo al respecto el doctor Garcés. “La IA es una herramienta crítica para el desarrollo de cualquier país hoy. Google, Facebook y Amazon, todo ese tipo de grandes empresas, basan gran parte de su valor de mercado en herramientas de IA que proveen distintos tipos de servicio. Convivimos con muchas herramientas de la IA en nuestro día a día y por eso es importante que Chile no se quede atrás: otros países van mucho más adelante y necesitamos desarrollar estas capacidades para potenciar el desarrollo tecnológico de nuestra región y país”, destacó el doctor Guillermo Cabrera, director de la Unidad de Data Science y académico del Departamento de Ingeniería Informática y Ciencias de la Computación de la Facultad de Ingeniería de la UdeC e integrante del Comité Académico del proyecto FIC-R.
“A través de nuestros teléfonos o computadores somos usuarios de inteligencia artificial”, afirmó Cabrera, por lo que todas las personas con acceso a dispositivos interactúan con la IA y muchas grandes empresas, la mayoría en el extranjero, sacan provecho de estas interacciones. Las asistentes virtuales Siri o Alexa la usan, pero también es la base de los algoritmos que recomiendan contenidos en las redes sociales según los vistos previamente, por ejemplo.
Un vínculo cotidiano, muchas veces inconsciente, del que hay que trascender para que en Chile y la Región del Biobío haya más que usuarios y que sean avanzados. Es que el investigador adviertió que a nivel regional y nacional hay una brecha de profesionales especializados con las capacidades para desarrollar conocimientos y herramientas basadas en la IA como para aplicarlas efectivamente en diversos campos de acción, problemas o desafíos relevantes para el desarrollo socioeconómico. Brecha que se quiere y debe acortar con el nuevo postgrado único cuya creación se concibió como una necesidad para el Biobío y por eso la idea recibió tan millonario financiamiento público.
En este sentido, mencionó las escasas instancias de especialización a nivel local y también para desempeñarse, estando en el extranjero las más importantes compañías que se valen de la IA y que atraen al talento. De ahí que se hace énfasis en lo crucial que el espacio de formación vaya en sintonía con el interés público-privado que permita el desarrollo y aplicación de estas tecnologías y capacidades en distintos sectores e instituciones para que el conocimiento crezca, se quede e impacte a nivel local.