Aníbal Pauchard y Doris Soto fueron llamados para unirse a Comité Nacional Técnico, Científico y Asesor del Ministerio de Medio Ambiente, que tiene la misión de orientar, desde la ciencia, las mejores decisiones para el abordaje nacional de las especies exóticas invasoras, una de las mayores amenazas a la biodiversidad global.
Articular información y experiencias entre la academia con los organismos dedicados a la gestión y manejo de las invasiones biológicas en Chile, orientando hacia mejores decisiones y políticas públicas en la materia, es la misión que tiene el recién conformado Comité Nacional Técnico, Científico y Asesor de Especies Exóticas Invasoras, creado por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA).
Un Comité que está integrado por nueve destacados especialistas y dos están vinculados a la Universidad de Concepción (UdeC). Se trata del doctor Aníbal Pauchard, director del Laboratorio de Invasiones Biológicas (LIB) y académico de la Facultad de Ciencias Forestales además de director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB); y de la doctora Doris Soto, investigadora principal del Programa Integrativo del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar) que patrocina la casa de estudios y también miembro de equipos nacionales de apoyo a la adaptación y mitigación al cambio climático.
Ambos investigadores resaltan la importancia de la instancia que, si bien es consultiva y no decisiva, permitirá hacer un aporte concreto, desde la ciencia y evidencia, para mejorar las acciones en pos del control de las especies exóticas invasoras (EEI) y sus impactos. Lo anterior, recalcan, tanto desde el punto de vista de la prevención de nuevos ingresos y establecimientos como de mitigar la presión de especies exóticas que ya se han naturalizado y expandido.
Es el caso de multiplicidad de hongos, plantas, animales, insectos y microorganismos.
Para materializar la misión, el Comité Nacional Técnico, Científico y Asesor de EEI tiene diversas funciones y que se desarrollarán junto con el MMA y en consulta con el Comité Operativo para la Prevención, el Control y la Erradicación de Especies Exóticas Invasoras (Cocei).
Entre estas se destaca el apoyo y asesoramiento al Cocei en diseño y elaboración de estrategias nacionales e internacionales sobre invasiones biológicas, así como también para el avance y cumplimiento de objetivos y compromisos adquiridos mediante instancias como acuerdos, tratados, programas y agendas.
También será crucial contribuir a actualizar los listados sobre especies exóticas y construir una lista nacional priorizada sobre las invasiones biológicas más preocupantes, junto con planes para gestionarlas y sin dejar de lado la priorización de las líneas de investigación para prevenir, gestionar y monitorear a especies exóticas y a las invasiones.
Del Comité también participa Fabian Jaksic, Premio Nacional de Ciencias Naturales y director del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Universidad Católica; James Carlton, experto en biología y ecología de especies invasoras marinas; Claudia Cerda, académica de la Universidad de Chile y especialista en valoración económica y socio-cultural de EEI e impactos; Daniel Tompkins, director de Ciencias del Programa estatal “Predator Free 2050” del gobierno de Nueva Zelanda; Evangelina Schwindt, directora del Grupo de Ecología en Ambientes Costeros del Instituto de Biología de Organismos Marinos; Hernán Cáceres, investigador de la Universidad de Sapienza y miembro del grupo especialista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) de Planificación en Conservación; y Peter Robertson, asesor en la Uicn, el Convenio sobre Diversidad Biológica y la Comisión Europea.
Las invasiones biológicas o naturalización de especies exóticas es el proceso en que especies de flora y fauna, hongos y microrganismos, que evolucionaron en un ecosistema llegan a uno nuevo y logran adaptarse, establecer poblaciones, reproducirse y volverse abundantes. Un fenómeno que sucede de manera accidental o intencional, pero que transversalmente tiene al factor humano como responsable de la introducción.
Son gran problema, tanto que la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus organismos como ONU Medio Ambiente les han catalogado como una de las cinco mayores amenazas a la diversidad biológica del planeta, ya que “las especies exóticas invasoras pueden tener efectos sobre la biodiversidad nativa”, sostiene Aníbal Pauchard, el único científico sudamericano implicado en el trabajo para elaborar el último informe global sobre EEI de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes) organismo que depende de la ONU. Ello, porque dada su gran capacidad adaptativa son más resilientes y pueden depredar a flora y fauna nativa, transmitir patologías o competir por espacio, agua y/o alimento.
Y también afirma que “pueden tener efectos directos sobre el humano”, particularmente en salud y bienestar, por ejemplo, hay especies con potencial de volverse patógenos y otras que pueden provocar plagas que afecten a cultivos clave para el desarrollo local o nacional.
Lo tan relevante como alarmante es que advierte que “en Chile las especies invasoras son un tema que hace tiempo venimos viendo y está aumentando”. Es decir, en un problema longevo, con especies naturalizadas hace muchos años, y la invasión de nuevas es riesgo patente, pues asevera que nuevas especies potencialmente invasoras o plagas entran regularmente.
Y sobre el aumento de las invasiones biológica y la necesidad de abordar el problema, Doris Soto pone el acento en la presión del cambio climático, junto a otros efectos antrópicos, sobre las condiciones ambientales que se están viendo alteradas y ello podría influir en el avance de las EEI.
Y hay cifras para cuantificar el problema y las más completas y actualizadas las da un estudio publicado en 2020 del que participó Pauchard: hay 1.122 especies naturalizadas en Chile de todos los reinos. Un fenómeno ya naturalizado como las especies exóticas y para eso basta reconocer que pino, aromo, avispa chaqueta amarilla, gorrión, salmones y truchas son sólo unas de esas cientos de EEI presentes en Chile.
Lo anterior permite demostrar que las invasiones biológicas son un problema complejo, de múltiples aristas, y la doctora Soto, enfocada en su trabajo vinculado a lo acuicultura, desde el que espera contribuir en el Comité, releva como gran reto “abordar los aspectos sociales y económicos relacionados con estas especies, puesto que se involucran expectativas diversas de distintos grupos de interesados como la pesca deportiva y la pesca artesanal”. Un ejemplo es la salmonicultura, primordial actividad acuícola de Chile y sustentada en el cultivo de salmones, siendo el país su segundo exportador mundial. Lo mismo se aplica con el imponente rubro forestal, donde protagonista es el pino radiata.
Ante ello, Pauchard enfatiza lo crucial de identificar en qué especies poner la atención, robustecer las estrategias de contención de nuevos ingresos y de protección de biodiversidad nativa frente a EEI. Por ello considera “importante tener coordinada a la academia con los organismos de gobierno para poder hacer mejor los controles”, como buscará el Comité.
Espacio que, dada la realidad global y nacional se asume como un necesario avance, si bien está lejos de ser el fin de la ruta, pues queda bastante por hacer, sobre lo que sostiene que “desde las políticas públicas Chile está bastante atrasado en las especies invasoras y muchas veces se ha insistido en que no tenemos todos los instrumentos políticos-legislativos para abordar el tema. De hecho, se plantea en el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas la importancia de las especies invasoras, pero ese proyecto aún no se aprueba y, por tanto, hay ciertos vacíos legales que llevan a la inacción frente a esta gran amenaza”.
Así el mayor desafío científico y personal es impulsar la acción desde la experticia.