Ciencia y Sociedad

Coliumo como un laboratorio natural para evaluar efectos de eventos extremos en el mar

El Copas Coastal de la UdeC decidió ir a esta bahía para observar y estudiar impactos sobre el océano costero de fenómenos que se proyectan más frecuentes e intensos en el contexto de cambio climático.

Fotografía: Copas Coastal UdeC

Hasta la Bahía de Coliumo, que es la que cierra la pequeña península de dicho nombre en la costa de la provincia de Concepción, en las cercanías de Tomé, se trasladó un equipo del Centro de Investigación Oceanográfica (Copas) Coastal, que patrocina el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción (UdeC), con el propósito de desarrollar una campaña en terreno en el marco de un proyecto que busca estudiar los posibles impactos que eventos climáticos extremos tengan sobre el mar.

El doctor Diego Narváez, oceanógrafo, ha sido el líder del trabajo que busca generar una metodología estándar para indagar potenciales efectos de las olas de calor y ríos atmosféricos en el océano costero; fenómenos que teniendo una corta duración pueden producir cambios extremos en el régimen de lluvias, vientos y temperatura del aire, con gran influencia en la población humana, en su desenvolvimiento y bienestar. El punto es que, si bien son eventos ampliamente estudiados en el campo de la meteorología y climatología, en oceanografía han sido poco abordados y así los impactos son más bien desconocidos.

Campaña y estudio

Como parte de la campaña, cuya base estuvo en la Estación de Biología Marina de la UdeC en Dichato, el doctor Narváez cuenta que “estuvimos probando el sistema de monitoreo con equipos de última generación, además de efectuar muestreos biológicos con el fin de obtener la variabilidad de las condiciones oceanográficas con la mayor frecuencia posible”.

Diversos parámetros fueron observados y medidos como parte del estudio y por un periodo breve de una semana. Estos datos y muestras se someterán a análisis químicos y biológicos para indagar en distintos aspectos como actividad primaria o nutrientes en los laboratorios asociados a Oceanografía UdeC y al Copas, que integran investigadores de diferentes estamentos de la casa de estudios y de otras instituciones. Al respecto, afirma que la proyección es que en dos meses más se puedan obtener resultados preliminares.

Desde allí, el jefe científico de la campaña aclara que este trabajo en terreno fue un muestreo inicial de cara a nuevos trabajos y estudios que van a permitir obtener datos sobre las condiciones basales del océano costero. “Ahora nos queda repetir el monitoreo durante condiciones con y sin eventos extremos para recién observar los cambios que se producen, ya que es preciso realizar más campañas oceanográficas como la efectuada en Coliumo”, adelanta.

En esa línea, otro reto científico que menciona es la adaptación de los métodos y muestreos según los resultados que se vayan obteniendo.

Pasos futuros

Un aspecto que acentúa el investigador es que este estudio junto con sus conclusiones va a permitir construir una línea base de evidencias, llenando vacíos y contribuyendo al mejor entendimiento del funcionamiento de los ecosistemas marinos durante eventos extremos. Una comprensión vital, dada las funciones que la naturaleza y en particular el océano tiene para la vida y funcionamiento del planeta y al alterarse sus condiciones pueden también verse afectadas. Y la alerta está en que todos los estudios y modelos sobre cambio climático proyectan en que los eventos extremos se harán cada vez más frecuentes e intensos.

Ante eso, como meta del Copas Coastal, Diego Narváez destaca que se han propuesto que en un plazo de dos a tres años recolecten suficiente cantidad de datos que permitan saber cómo responden los ecosistemas ante eventos extremos. “Sin duda que este trabajo hay que complementarlo con otros estudios, incorporando otros componentes del ecosistema como pesquerías, pero es un pequeño paso para alcanzar los objetivos trazados”, sostiene.

Campaña y horizonte que amplía la perspectiva y quehacer del Copas, en este caso centrado en la Región del Biobío donde se aloja, a diferencia de su etapa previa, de más de una década como Copas Sur-Austral: “nos concentramos en la Patagonia durante mucho tiempo, pero el cambio climático y la vulnerabilidad de la zona nos insta a estar en casa y comenzar una nueva fase con el estudio de la incidencia de eventos extremos”, manifiesta la doctora Camila Fernández, directora del Copas Coastal. Sobre ello, define a la citada campaña como “una prueba tanto de equipo humano como tecnológico para estar preparados para seguir científicamente estos eventos, como olas de calor y ríos atmosféricos, que son cada vez más frecuentes”. “Por lo tanto, vamos a estar monitoreando permanentemente”, resalta para cerrar.

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