Paulina Assmann, seremi de Ctci: “Acciones de la Seremía de Ciencia han sido en beneficio de toda la sociedad”

06 de Marzo 2022 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: Seremi Ctci

Instalar la cartera más joven se ha dado junto con la evolución de la Covid-19, pero la primera autoridad local asume la crisis como oportunidad de poner a prueba las capacidades y al rol del trabajo científico para aportar al bienestar de las personas.

“Yo era de las científicas que alegaba porque no había más dinero para la ciencia”, afirma la doctora en Astrofísica Paulina Assmann, haciendo alusión al 0,4% del PIB que en Chile se inyecta para la ciencia, lejos del 2,4% que es promedio Ocde, lo que llevó a que se alzara la voz para mejorar las condiciones en que se desarrolla el trabajo científico en 2017 y 2018, cuando se volvió formal la creación de un Ministerio para tener la necesaria nueva institucionalidad que ella demandaba para que soplaran vientos de cambio: “la esperaba, sabía que era importante para avanzar como país”.

Por esos días como académica y subdirectora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Concepción (UdeC), su alma mater, no esperaba ser llamada a construir esa nueva institucionalidad como la primera seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (Ctci) de la Macrozona Centro Sur, desde las regiones de O’Higgins al Biobío. Asumir el 5 de noviembre de 2019 como autoridad local de la cartera más joven fue su primer cargo público; desafío que no dudó en afrontar desde su pasión como científica y la ha llevado a explorar una desconocida vocación de servicio público. Cerca de cerrar el ciclo y retomar funciones en la UdeC, manifiesta que contribuir al bienestar de la sociedad debe ser el rol de la ciencia y la convicción de las nuevas autoridades de cara a la llegada del próximo Gobierno. “Las acciones de la Seremía han sido en beneficio de toda la sociedad. Eso se espera de una institución pública”, sostiene.

Tras dos años y cuatro meses, con humildad hace un balance positivo de una gestión donde la puesta en marcha fue la misión, no sin adversidades, y construyó una senda que cree que deben seguir avanzando los sucesores, donde conocer al ecosistema de Ctci local y generar articulación entre distintos actores sociales han sido las materias primas.

Para las personas

La Seremía se tenía que instalar de cero y lo hizo entre las crisis del estallido social en 2019 y la pandemia de Covid-19 desde 2020. Pero, Assmann sabe que la emergencia se volvió un valioso laboratorio para poner a prueba y robustecer las capacidades, y ofreció una oportunidad de divulgación para sacar de las sombras a la ciencia, mostrar y demostrar que puede y debe estar al servicio de las personas. Uno de los hitos de la cartera a nivel nacional y local fue articular a laboratorios moleculares universitarios para que se certificaran en análisis de PCR para detectar Sars-Cov-2 y diagnóstico de Covid-19, colaborando a descomprimir al colapsado sistema. De la red nacional la UdeC participa y la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) aportó todo 2020. Al coparse las camas críticas y ventiladores mecánicos que necesitan pacientes más graves, en mayor cantidad en tiempos sin vacuna, se abrió una convocatoria para construir un equipo y no depender del extranjero y la alianza Asmar-UdeC construyó uno de los dos modelos que cumplió requisitos.

El reciclaje de mascarillas desechables, usadas a diario por todos, es otro logro local y pionero, donde ha sido clave el trabajo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico UdeC, junto con el aporte del mundo público y privado penquista. Esta semana se dio a conocer que ya se han fabricado 5 mil bandejas y maceteros a partir de estos elementos reciclados.

Pero, el mayor logro, afirma Paulina Assmann, es “la detección avanzada de Sars-CoV-2 en aguas residuales”. Esta vigilancia nació luego que leyó un paper internacional que a poco iniciar la pandemia evidenció que se detecta en las heces mucho antes de haber síntomas, permitiendo una alerta temprana para anticipar brotes y orientar pesquisas. Se implementaron tres exitosas iniciativas y pioneras en Chile y Latinoamérica: en Chillán en 2020, abarcando un territorio y en tiempo más acotado y con análisis a cargo de la UdeC; otro fue en San Pedro de la Paz todo 2021 y uno en la Región del Biobío de 6 meses que culminó en febrero, ambos a cargo de la Ucsc. Actores públicos y privados fueron clave en estos proyectos que por sus resultados sus implicados anhelan que se vuelvan una política pública para un sistema de monitoreo de este y otros patógenos.

Y desde lo local se avanza a paso firme, con una propuesta formal de centro de investigación y vigilancia que próximamente será votado por el Core Biobío, por lo que evaluando todo lo avanzado y mirando con optimismo el futuro asegura que “la Región del Biobío va a quedar muy preparada y va a ser referente latinoamericano”.

Seremi de Ctci

“Hay que aumentar la eficiencia en el uso de los recursos que existen”

Lo que hoy permite hablar de enorgullecedores logros de dos años de gestión, para la doctora Paulina Assmann radica en las cualidades de la zona: “una tremenda fortaleza que no tienen otras regiones es que hay una masa crítica que permite dar solución a las necesidades del territorio” y que “hay diversas instituciones en la región que colaboran”.

Es que en la macrozona hay gran cantidad de universidades y centros de investigación, muchos concentrados en el Biobío, donde hay liderazgo en varias áreas, que le confieren la posición de polo de desarrollo científico y tecnológico. Además de iniciativas que involucran a actores de distintos sectores, resalta al Cruch Biobío-Ñuble que integran las cuatro universidades tradicionales de las regiones y que llevan años planteando objetivos comunes, por ejemplo.

Y un punto en el que pone el acento es que las valiosas iniciativas con sello local para afrontar la pandemia fueron elaboradas por científicos, pero no especialistas, es decir, manejaban las técnicas o ámbitos, pero no nadie conocía la Covid-19 e incluso algunos ni siquiera trabajaban en salud humana, lo que también aplica para Asmar, por ejemplo, por lo que manifiesta que “cuando se tienen las capacidades y existe infraestructura se puede avanzar”.

Desafíos para la ciencia

Entonces, el primer paso fue conocer las capacidades existentes y buscar las maneras de encauzarlas y robustecerlas desde la articulación. Y aprovechar las fortalezas del ecosistema de Ctci y la macrozona es la receta para superar las debilidades y problemas. Porque sí, afirma, hubo y habrá desafíos y complejidades, por la pandemia y más allá de esta en un futuro con cambio climático, sequía, escasez hídrica o sismos que generan riesgo de desastre. Y siempre estará el reto de generar progreso regional y nacional, y acorde a los tiempos: un desarrollo sostenible.

Paulina Assmann lamenta que, si bien la pandemia generó mayor apertura y valoración debido a todo lo que se hizo a nivel local, “existe poco amor a lo nuestro, a la ciencia que se hace en Chile y en la Región, y creemos más en lo que nos puede decir un científico de Harvard”.

Mejorar la autoestima es reto, crucial para el de aumentar el financiamiento. Algo que compete al Estado, pero la seremi resalta que en Chile y especialmente la macrozona también a la empresa, para que trabaje más articulada con la academia y también es importante que haya más compañías, de todo tamaño, que integren a científicos en sus filas para avanzar en investigación, desarrollo e innovación. En este sentido destaca que “también es muy importante aumentar la eficiencia en el uso de los recursos que existen”.

Mantener los vínculos y la articulación, no dejar de trabajar en pos de esto, es otro reto para Assmann, quien también plantea que “lo es que la colaboración por objetivos comunes se mantenga más allá de la urgencia”: no sólo porque hay una pandemia o un desastre deben haber alianzas poderosas, también para trabajos de largo plazo o con enfoque de preparación, prevención de riesgos y anticipación de soluciones.

Además, considera que “otra debilidad país es la legislación: el sistema legal chileno no es para la innovación” y espera que en la nueva Constitución quede consagrado el rol de la ciencia para contribuir al bienestar de la sociedad, de manera tal que muchos obstáculos se eliminen.

Conceptos clave

En todo lo expuesto, Paulina Assmann y la cartera de Ctci están poniendo en agenda “dos conceptos importantes para un desarrollo regional integral y sostenible, en la macrozona centro sur: los mínimos habilitantes y el campamento base”.

El primero, explica, es que en cada región debe existir alguna ciencia y poseer infraestructura para desarrollarla y fortalecerla. No es tanto un problema para la Región del Biobío por su posición como polo de desarrollo, la cantidad de masa crítica e industrias que hay, pero sí lo es para otras donde existe falencia en las capacidades humanas o técnicas.

El campamento base es una idea que viene del deporte de escalada, donde se levantan campamentos en zonas elevadas de la montaña y así los escaladores no parten desde cero su aventura. Esto debería aplicarse a las innovaciones y emprendimientos de base científica tecnológica que hay en la región para impulsarlas y eliminar circunstancias que les juegan en contra, les quitan tiempo o recursos y así motivación. En concreto, plantea que esto podría materializarse para eliminar ciertos procesos burocráticos y trabas que implican los trámites para acceder a financiamiento o pruebas de los prototipos para que realmente se puedan escalar y comercializar como productos, para que no partan desde cero y puedan hacerlo en fases más avanzadas, llegando de manera más rápida a la cima del Everest: el éxito.