¿PCR, antígenos o anticuerpos?: las respuestas que no dejan de ser vitales
05 de Febrero 2022 | Publicado por: Natalia Quiero
La Covid-19 lleva dos años y pese a lo común de los conceptos hay muchas dudas por la información que circula, las nuevas variantes y el aumento explosivo de casos, sospechas y necesidad de testeo. El doctor Matías Hepp, investigador Ucsc, aborda los distintos aspectos de una detección efectiva de Sars-CoV-2.
Coronavirus, Sars-CoV-2, Covid-19, PCR, test de antígenos o anticuerpos se han vuelto parte del vocabulario tras dos años de pandemia acechando a la humanidad, de fin incierto y sin dejar de alarmar con las nuevas variantes del patógeno, sobre todo ómicron, la más contagiosa y responsable del aumento explosivo de casos que han agudizado de nuevo la crisis.
Pese al tiempo y ante sospechas de contagio y necesidad de testeo que suben, hay interrogantes que se intensifican como ¿cuándo testearse?, ¿qué tan efectiva es la PCR?, ¿se puede confiar en pruebas rápidas?; quizá por propia vivencia o el huracán de información que llega por diversos canales y orígenes en un mundo hiperconectado a la que está sobreexpuesta la población, mucha “fake news” (noticias falsas) que se viralizan y siembran dudas.
Dudas que se combaten con la ciencia que ha permitido enfrentar la pandemia, sabe el doctor Matías Hepp, bioquímico especialista en biología celular y molecular e investigador del Laboratorio de Investigación en Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), que en 2020 integró a la Red Interuniversitaria de Laboratorios Anid-Minsal que apoyó el análisis de PCR para diagnóstico de Covid-19 y desde 2021 detectando Sars-CoV-2 en aguas residuales a través de dos proyectos pilotos en la Región del Biobío. De todas las labores ante la Covid-19 ha sido el responsable en su laboratorio, experiencia que lo llevó a ser uno de los expositores de Congreso Futuro Biobío 2022 en un panel sobre virología y le vuelve uno de los expertos locales altamente capacitados para responder las preguntas que disipen las dudas.
Distintas pruebas
La base está en entender en qué consisten las distintas pruebas disponibles.
PCR son las siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimerasa” y es una prueba de diagnóstico molecular que detecta material genético de un patógeno, ADN o ARN, caso del Sars-CoV-2.
Con tres décadas de desarrollo, que masivamente se hace desde un hisopado que extrae una muestra nasofaríngea, tiene tan buenos resultados que Hepp sostiene que “es la técnica gold estándar que se usa a nivel mundial para detectar patógenos como Sars-CoV-2”, es decir, de máxima certeza conocida. Es que destaca que “tiene una especificidad que va del 90 al 99% y por eso su confiabilidad es altísima”, hallando fragmentos muy específicos de un patógeno y diferenciando microorganismos cercanos evolutivamente. También resalta su alta sensibilidad, porque puede detectar pocas trazas de material genético y por eso permite resultados precoces al poder identificar en primeras fases de la infección, es decir, tres a cinco días luego de la exposición.
“Y usando la técnica en muestras provenientes de heces puede ser antes, porque las personas botan a fragmentos del patógeno a través de estas desde el tercer día”, afirma, antes que los síntomas que no suelen aparecer hasta el cuarto día y hay asintomáticos. De ahí la efectividad del testeo vía rectal que hizo noticia hace un tiempo o el monitoreo agua servida para anticipar brotes, orientar pesquisa y toma precoces de medidas, asegura.
La PCR no es la única opción y aparecen las pruebas rápidas. Allí su ventaja, junto con adquirirse en farmacias y uso doméstico, cobrando relevancia en un escenario de alza de casos y capacidades técnicas al límite por la alta carga de muestras a analizar, si bien para resultados confiables lo ideal es que sea bajo supervisión de un profesional para asegurar un proceso correcto.
El test de antígenos, de formato similar a uno de embarazo, está en este grupo. Matías Hepp recalca se basa en una toma de muestra desde un hisopado igual que para el PCR, pero que detecta una proteína específica del envoltorio del patógeno, generalmente la “spike” o espiga y entrega un resultado tras 15 minutos de depositar la muestra en el reactivo. Dice que su sensibilidad es menos precoz que la PCR y muy confiable si la toma es 4 a 6 días tras la exposición.
Eso sí, la sensibilidad depende de la técnica o zona a la que se dirige el antígeno de cada prueba (o marca) en particular. En este mismo sentido, pensando en ambas pruebas, también hay un factor individual importante relacionada a la carga viral, habiendo personas con una alta desde el inicio de la infección.
Desde allí se detiene para aseverar que el antígeno no se detecta por sangre y que una prueba en esta matriz detecta anticuerpos asociados a la infección por Sars-CoV-2, que suelen desarrollarse tras exponerse a la enfermedad. Por eso, no se usa para detectar al patógeno en el momento o diagnosticar, menos si se está inoculado, sobre lo que aclara que “una persona vacunada debería generar anticuerpos, de lo contrario su sistema inmune está muy debilitado”.
Distintas opciones de resultado, una sola responsabilidad
Sabiendo cómo funcionan las distintas pruebas y su sensibilidad, queda claro que el momento en que se realizan es algo crítico en la certeza del resultado y es imposible desligar aquello con los falsos negativos o falsos positivos. “Porque pueden darse”, reconoce el doctor Matías Hepp, y por distintas circunstancias y en test PCR o de antígenos.
Los falsos
Un falso negativo, es decir una persona que tiene Covid-19 y su prueba no arrojó positivo, podría darse porque se tomó de manera muy temprana del contagio y por ello la carga viral no es suficiente para la detección del agente, porque la muestra pudo no ser suficiente o porque el patógeno tenga una mutación genética a la que no sea sensible la técnica empleada para la detección, explica.
“El falso positivo podría darse porque una persona puede haber estado en contacto con alguien Covid-19 positivo y tener trazas de virus en su sistema que no alcanzaron a infectar”, afirma. “También podría dar este resultado por haberse generado contaminación cruzada, sobre todo hoy día que hay enorme cantidad de testeo. Como el virus se contagia por aerosol (gotas respiratorias), si se toma una muestra a un paciente con muy alta carga viral, al sacar el hisopo de la nariz podría generar contaminación ambiental que afecte a otra muestra de un paciente no infectado”.
Además, está la posibilidad, que a más de una persona leyendo esta nota le ha sucedido, de que un PCR y test de antígeno, incluso hechos el mismo día, den resultados diferentes o que exámenes similares analizados por distintos laboratorios también.
Ante todos estos panoramas, el científico es enfático en afirmar que nada de lo expuesto tiene que ver con que las técnicas no sirvan, que falte prolijidad o que falló un profesional o el laboratorio, sino que es parte de un margen de error normal que no sólo se da para esta enfermedad e, incluso, diferencias en las técnicas de análisis específicas usadas. Eso sí, pone el acento en que “el porcentaje de falsos positivos y negativos es muy bajo”, dentro de todo el gran universo de testeos.
Cuidado individual y colectivo
Muchos se preguntarán qué hacer si existe este margen de error o diferencias.
Lo primordial es poner atención al momento de la toma de muestra, que según las evidencias podría ser inmediato si hay síntomas y al menos cuatro días después de estar en contacto con alguien Covid-19 positivo, reconociendo que si es una toma muy precoz desde el inicio de síntomas o exposición hay muchas chances de que la prueba arroje negativo o indeterminado. “Eso no indica que no esté el virus, sino que puede que no haya alcanzado a replicarse una cantidad de veces suficiente para ser detectado, o sea, la carga viral es muy baja”, afirma el doctor Hepp. Ante ello, recomienda “esperar al menos 5 días post contacto con una persona positiva para hacerse una PCR, idealmente. En caso de haberla hecho de inmediato, saliera negativa y tener sospecha, es aconsejable repetirla algunos días después”.
Punto que lo hace detenerse en lo colapsado que está el sistema y procurar no atocharlo si no es estrictamente necesario, por lo que si hay sospecha y es posible evitar la toma de PCR y realizar una cuarentena preventiva porque las dolencias no son graves, ese debería ser el camino. Lo que no es un consejo, sino obligación para todo quien haya recibido un resultado positivo. Por la baja posibilidad de que sea un falso, el científico es enfático en sostener en que nadie con una prueba positiva debería dudar del resultado y repetirla y no cumplir las restricciones, incluso si tiene pocos o imperceptibles síntomas, ya que advierte que “al repetirse las pruebas se expone a quienes toman la muestra y alrededor” y que “aunque una persona tenga pocos síntomas, cualquier nivel de positivo es peligroso y pueden contagiar a otro para quien la patología sea peor”.
Para Matías Hepp cumplir con las cuarentenas ante diagnóstico o sospecha, por mínima que sea, es pilar de la responsabilidad social que se sustenta en proteger la propia salud y pensarse como individuo parte de una comunidad, desde la familia al país.
El cuidado personal y la empatía, tanto previniendo riesgo de contagios al usar mascarillas, lavándose las manos o vacunándose, como confiando en los resultados de las pruebas y tomando los máximos resguardos, es una arista del esfuerzo colectivo clave para afrontar la pandemia como sociedad y en conjunto actuar para superar la crisis, más temprano que tarde.
Consciencia social y cultura que para el investigador es vital mantener fuerte ahora ante la Covid-19 y proyectarla hacia el futuro que puede traer otros patógenos y enfermedades nuevas que se vuelvan amenazas, como fue el Sars-CoV-2, coronavirus desconocido hasta antes de que se diera el primer brote en la ciudad china de Wuhan en 2019 y luego se expandió por el mundo globalizado velozmente.
No es descabellado pensar que se vivan situaciones similares, dado el estado del planeta con el calentamiento global, cambio climático, destrucción de hábitats, pérdida de biodiversidad y globalización, y una humanidad que crece y cada vez llega más lejos en el contacto con la vida silvestre. En Congreso Futuro Biobío 2022, que se realizó hace pocas semanas, el virólogo uruguayo Gonzalo Moratorio se detuvo en todas dichas presiones humanas al ambiente para advertir que “sólo conocemos el 1% de los virus que circulan en la vida silvestre y muchos tienen el potencial de saltar de especie” y que “más del 60% de las nuevas enfermedades tienen origen zoonótico”. De hecho, las evidencias muestran que en los últimos años han aumentado los brotes epidémicos, por enfermedades emergentes o reemergentes, y proyectan que las epidemias o pandemias aumenten.