Científicos UdeC unidos en la lucha contra la resistencia antimicrobiana
28 de Noviembre 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Durante noviembre se realiza una semana mundial para concienciar sobre el uso responsable de los antimicrobianos. Y es que abusar de estos agentes, sobre todo antibióticos, acarrea serios impactos a la salud global. En el Liaa llevan años de estudio, divulgación y sensibilización en esta materia.
“Corre la voz, frena la resistencia a los antimicrobianos” es el lema de la “Semana de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos 2021”, que se celebra en noviembre como impulso de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y cada año se une a la campaña el Laboratorio de Investigación en Agentes Antibacterianos (Liaa) del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción (UdeC), con los doctores Gerardo González, Helia Bello y Andrés Opazo como investigadores principales.
Sensibilizar sobre el impacto a la salud global que tiene la resistencia a los antimicrobianos y educar en buenas prácticas para un uso racional de los agentes es el reto en el que están empoderados y durante todo el año a través de diversas instancias de divulgación y educación para múltiples públicos, académicos o generales. Charlas, presencia en medios de comunicación y cursos son parte de las actividades y una de las potentes que han organizado es el “Curso Internacional de Actualización en Resistencia Antibiótica” que se realizará en la Escuela de Verano UdeC 2022 (enero).
La resistencia
La doctora Bello explica que “antimicrobiano es todo compuesto que actúa sobre un microorganismo, sean parásitos, virus, hongos o bacterias, por lo que se relacionan con agentes antiparasitarios, antivirales, antimicóticos y antibióticos o antibacterianos”. Estos se vinculan a la generación de resistencia porque su uso, para eliminar un microbio, ejerce presión y modula sus respuestas y al repetirse lleva a que evolucionen para hacerse más resilientes, aclara.
En efecto, el doctor González destaca que “la resistencia es un fenómeno natural” y resulta del instinto de supervivencia, pues todo organismo, incluyéndonos, resiste a morir. Y también que es un fenómeno global al estar presentes los antimicrobianos en diversos ambientes, tanto clínica humana y animal, actividades silvoagropecuarias o naturales. Lo ejemplifica en bacterias y antibióticos, usados en salud humana y veterinaria, en la industria de producción de alimentos de animales y el medio natural donde hay organismos que producen compuestos antibacterianos y metales con esta propiedad.
Y las bacterias resistentes a antibióticos son la mayor preocupación. Los investigadores resaltan que el desarrollo y uso de estos para tratar infecciones bacterianas antaño letales han salvado vidas, aumentando la esperanza de una que no superaba las cuatro décadas, con alta tasa de mortalidad infantil y de mujeres postparto, a una que hoy trasciende los 80 años. Avances en salud, como en cáncer o traumatología y prótesis han sido grandes, donde también inciden los antibióticos para manejar infecciones que suelen asociarse a procedimientos quirúrgicos o inmunosupresiones.
Con bacterias -cada vez más- resistentes se impactará en desmedro de muchos progresos al haber patógenos que sobreviven a los antibióticos disponibles y Opazo advierte que las dramáticas proyecciones son que a 2050 en el mundo podrían morir 10 millones de personas por infecciones causadas por bacterias resistentes cada año si no se actúa. La cifra actual son 700 mil muertes y superaría al cáncer que mata a 9,5 millones.
Problema y solución
Destaca que “sobreuso y mal uso de antibióticos ha sido el mayor problema”, por prescripción médica desmedida para casos donde no se necesitan o automedicación y su presencia en muchos campos. Vínculo de causa y efecto, pues hay una conexión vital entre sanidad humana, animal y ambiental como releva el concepto “One Health” (“Una Salud”) que se promueve hoy y considera la salud del planeta, ecosistemas y seres vivos como una sola.
El origen encamina la solución, más allá de la ciencia, con acciones para hacer en muchos ámbitos.
Bello resalta que la primera clave es hacer uso sabio de los antibióticos, oportuno y adecuado sólo en casos necesarios, porque siempre que se empleen se ejercerá la presión, interpelando a médicos y usuarios para no automedicarse. González releva la importancia de fiscalizar, ya que en Chile la ley exige comprar antibióticos con receta médica en farmacias, pero se pueden adquirir de forma ilegal en ferias o internet. También hay que robustecer las normas, pues Opazo recalca que a nivel nacional se ha avanzado en materias como definir antibióticos de uso sólo intrahospitalario en clínica humana y esto debe replicarse en lo veterinario, y también mejorar la regulación en lo industrial. Asimismo, la prevención de las infecciones es otro pilar para reducir el uso de antibióticos.
Desde hospitales a aguas residuales: amplios focos científicos en Liaa UdeC
En la Facultad de Ciencias Biológicas UdeC hay una trayectoria de más de cinco décadas en estudios de antibióticos con un laboratorio que hace cerca de 15 años se transformó en el Laboratorio de Investigación en Agentes Antibacterianos.
Bajo ese nombre, la dirección del doctor Gerardo González, los doctores Helia Bello y Andrés Opazo como miembros del equipo principal del Departamento de Microbiología e investigadores adjuntos de las facultades de Odontología, Farmacia y Medicina UdeC, a través de distintas líneas de estudios se trabaja para sumar conocimientos que lleven a entender mejor el grave problema global que supone la resistencia antimicrobiana y particularmente antibiótica a nivel local. El gran objetivo es dilucidar los “mecanismos que utilizan las bacterias para resistir la acción de los antibióticos, la localización genética del ADN que codifica para estos mecanismos y la relación genética entre cepas bacterianas que se aíslan desde nuestros hospitales a lo largo de Chile y del medioambiente”, detalla González.
Buscar soluciones de buenas prácticas para orientar mejores usos de los antibióticos o crear nuevas herramientas para combatir los microbios en miras a prevenir infecciones o reducir uso de antibióticos también son retos científicos en los que se pone el esfuerzo conjunto.
Aporte a lo clínico
El ámbito clínico-hospitalario ha sido uno donde se ha tenido un especial foco en el Liaa, para lo que el académico resalta la constante colaboración de una red de hospitales desde Antofagasta a Puerto Montt que envían muestras que han permitido conocer y seguir la realidad regional y nacional.
Entre varios proyectos hoy en curso, menciona investigaciones enfocadas a analizar el vínculo entre virulencia y resistencia bacteriana y otras sobre resistencia bacteriana en la cavidad oral. Además, Andrés Opazo dirige un Fondecyt Iniciación para estudiar bacterias con prioridad crítica de resistencia a antibióticos de primera línea en el medio hospitalario regional y nacional, enmarcado en la categorización que la OMS ha hecho para priorizar las bacterias resistentes.
Por su parte, la académica Helia Bello, una de las materias en la que volcado sus esfuerzos en los últimos años es buscar nuevas soluciones antimicrobianas basadas en cobre por su reconocido potencial antibacteriano. Destaca un proyecto Fondef del que participó junto a un grupo de la Facultad de Ingeniería UdeC para crear un filtro de aire con cobre magnetizado capaz de reducir la carga microbiana en ambientes cerrados contaminados con alta presencia de personas como los recintos de atención en salud, para los que se han pensado y donde se ha probado con buenos resultados (Cesfam en Talcahuano), y se espera obtener un fondo para desarrollar un prototipo. Otra idea que resalta es “diseñar catéteres y tubos endotraqueales con cobre”.
Otros ambientes
La tarea en lo clínico continúa, pero el director del Liaa asevera que en últimos años han decidido ir a otros ambientes para materializar desde su labor la trascendencia del concepto “One Health”.
Uno es la Antártica, donde la doctora Bello lideró un estudio sobre bacterias resistentes. “Se hallaron bacterias resistentes y eso no es asombroso”, dice, por estar las bacterias naturalmente en el ambiente y ser la resistencia un fenómeno natural, “lo interesante es encontrar genes de resistencia presentes en bacterias que afectan directamente la salud humana”, precisa.
Además, González y Opazo participan de un proyecto, que involucra su dirección en tesis de magíster y doctorado, basado en la vigilancia epidemiológica en aguas residuales, estudiando la presencia de bacterias resistentes a nivel regional. Opazo releva que la gran ventaja es que esta matriz permite analizar muestras que contienen residuos de muchas personas y eso facilita, ahorrando tiempos y recursos, sacar una foto amplia de una situación a nivel poblacional, sin tener que ir casa por casa.
Explica que la importancia del trabajo primero radica en que si una persona (o animal) ingiere un antibiótico, producto del metabolismo hay restos que se eliminan por fecas u orina y llegan a las aguas residuales que luego se vierten a ríos o mar, sumando presión al ambiente, camino que también siguen las bacterias y pueden tener genes de resistencia. González agrega que “no está normado qué pasa con los genes de resistencia en plantas de tratamiento”, ya que los tratamientos apuntan a reducir bacterias patógenas, por ejemplo, pero “aunque sabemos que la carga bacteriana es baja, no sabemos la carga genética de resistencia que queda, ya que tras el tratamiento muchas bacterias se rompen y liberan material genético que pueden llevar mecanismos de resistencia”, advierte.
Ante ello, grandes objetivos del trabajo, en el que colabora Essbio, son generar conocimientos sobre la carga de bacterias resistentes en las aguas servidas de la región y posibles parámetros aceptables tras los tratamientos junto con crear una aplicación para la detección rápida. “Esto nos permite proyectarnos y proponer indicadores que, creo, a futuro serán exigidos como control a las plantas de tratamiento”, cierra.
*La información para participar del curso internacional que se dictará en la Escuela de Verano UdeC 2022 se dará a conocer en algunas semanas más a través de canales como las redes sociales de la UdeC, del Liaa o Facultad de Ciencias Biológicas UdeC.