Hoy es el Día Mundial de esta condición crónica de gran prevalencia al alza, que en Chile padecen 12,3% de los adultos, y con comorbilidades que pueden ser letales, donde exceso de peso y sedentarismo son grandes causas.
De progreso silencioso, presencia permanente, asociada a severas comorbilidades, sin cura y muy prevalente. Eso caracteriza a la diabetes, sobre la que cada 14 de noviembre se conmemora un Día Mundial instaurado por la Federación Internacional de Diabetes y la Organización Mundial de la Salud para sensibilizar sobre esta condición crónica que va en peligrosa alza a nivel mundial y nacional. En Chile, según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2009-2010 el 9,4% de las personas adultas sufrían diabetes, pero la 2016-2017 reveló un incremento de la incidencia al 12,3%.
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica “caracterizada por niveles persistentemente altos de glucosa en la sangre”, explica la doctora Alejandra Ortega, médica internista especializada en obesidad y diabetes, jefa del Servicio Médico-Quirúrgico de Clínica Biobío y especialista en Hospital Las Higueras. Ello se produce porque el cuerpo no produce cantidad suficiente de insulina, hormona que produce el páncreas, o no puede usar adecuadamente la que produce.
La mayoría de los nutrientes que se ingieren se transforman en glucosa (azúcar) que se libera a la sangre y la insulina permite que ingrese a células de todo el organismo para usarse como energía. Si no hay suficiente insulina o el cuerpo no responde a esta queda demasiada azúcar en la sangre. Así se gatilla la diabetes, que en su avance puede conducir a un daño orgánico que lleve a graves y hasta letales complicaciones que pueden ser en la visión (retinopatía diabética, principal causa de ceguera en adultos en edad laboral),riñones (nefropatía) o daño vascular (neuropatía, pie diabético y más riesgo de accidentes cerebrovasculares e infartos cardiacos).
Existen distintas clasificaciones, siendo las diabetes mellitus tipo 1 y 2 las principales.
La 1, cuenta la profesional, tiene a la genética como principal componente que la gatilla, aparece en pacientes jóvenes como infantes o adolescentes y desde el origen se es usuario de insulina.
“La diabetes tipo 2 es de aparición en edades más tardías y no se usa insulina desde el inicio”, precisa. Y es la gran preocupación hoy, corresponde a cerca del 90% de los casos de diabetes y pone el acento en su directa relación con los estilos de vida nocivos, pues sus principales causas son sedentarismo, sobrepeso y obesidad. Por eso, influye la alimentación, en específico alta en calorías y nutrientes críticos (azúcares, grasas y carbohidratos).
También está la diabetes gestacional, que aparece en el embarazo y suele desaparecer tras el parto, pero mujeres que la han padecido tienen más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Informes como la ENS y el Mapa Nutricional de la Junaeb de escolares han advertido la gran prevalencia desde la niñez de las dietas malsanas y exceso de peso, donde más del 70% de la población lo padecería a distintos niveles y sobre 80% de las personas es inactiva físicamente. Así, la incidencia de la diabetes no sólo aumenta: aparece cada vez a edades más jóvenes. “Tenemos más pacientes jóvenes muy obesos y de menos de 30 años con diagnóstico de diabetes tipo 2. Antes no era lo frecuente y claramente se relaciona con los malos hábitos”, advierte la doctora Ortega.
Al respecto, aclara que la diabetes tiene desarrollo lento y si se diagnostica a los 30 años significa que ha habido acumulación de daño.
Ahí la clave de la prevención de la diabetes desde el autocuidado y vida saludable, con actividad física regular y alimentación sana, promovidos desde la niñez y adolescencia para que perduren como seguro de vida que proteja al adulto que se será, si bien nunca es tarde para hacer cambios conductuales y, de hecho, la realidad demuestra que urge hacerlos. Tan esenciales son los hábitos saludables que junto al tratamiento farmacológico son pilar del control de la diabetes para prevenir complicaciones, pues afirma “se dan a largo plazo y siempre relacionadas con el mal control metabólico de la diabetes”.
Y en el autocuidado tienen rol protagónico los controles médicos periódicos que no sólo deben mantener las personas con diabetes, también adultos no diagnosticados y desde temprano, ya que la especialista advierte que “cerca del 50% de los diabéticos no saben que tienen diabetes”, porque no presenta síntomas hasta fases avanzadas y de gran alza de la glicemia como bajas de peso, sed excesiva, deseos frecuentes de orinas y visión borrosa.
Antes, el primordial síntoma se detecta con un examen de sangre que es parte de los chequeos preventivos, instancia crucial para pesquisar la diabetes o riesgo de desarrollarla e iniciar oportunamente un abordaje para el control metabólico y reducción de riesgos que mermen la calidad de vida o la pongan en peligro o, bien, recibir las orientaciones necesarias para seguir cuidándose y prevenir la diabetes.
Entre las complicaciones asociadas a la diabetes, ninguna es menos importante o peligrosa que otra y, desde su aparición, pueden afectar enormemente la calidad de vida de las personas.
Una de las más frecuentes es el pie diabético, que representaría cerca del 40% de todas las complicaciones en los diabéticos. La Organización Mundial de la Salud define a este trastorno como “la ulceración, infección y/o gangrena del pie, asociados a neuropatía diabética y diferentes grados de enfermedad arterial periférica”. Justamente, lo provoca el daño progresivo que la diabetes causa en las arterias periféricas que irrigan a la extremidad, ocasionando afecciones sensoriales, atrofias en la piel y úlceras. Muchas veces, los problemas sensoriales dificultan notar una lesión, las que en condición de diabetes tardan en sanar y son de urgente abordaje especializado. En efecto, las evidencias indican que uno de cada cinco pacientes diabéticos podría necesitar atenciones de alta complejidad por una herida o úlcera en los pies. Y el pie diabético, en casos extremos, que serían uno de cada 200 pacientes según cifras internacionales, puede derivar en pérdida de la extremidad por amputación. De hecho, en el mundo 50% de las amputaciones que no se relacionan a traumatismos son a causa del pie diabético y los datos de Chile muestran que cada año se producen cerca de dos mil amputaciones por este motivo, mientras miles y miles de personas sufren pie diabético, estando en tratamiento permanente.
Y reducir los impactos del pie diabético es la gran meta de la startup Footshot, firma emergente que ha sido creada por ingenieros de la Universidad de Concepción (UdeC) y que hace un par de años participó de un torneo de innovación organizado por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (Cens), apoyado por Corfo e integra la casa de estudios junto a otras cuatro universidades chilenas para impulsar el uso de nuevas tecnologías en el sistema sanitario.
El ingeniero civil en telecomunicaciones Fabián Quiroz, CTO y cofundador de Footshot, explica que es una tecnología basada en la termografía o uso de cámaras térmicas que permite capturar el patrón de calor del pie y detectar, rápidamente, cualquier anomalía en su distribución. “Estas son indicadores tempranos de neuropatía y vascularización”, precisa, que permitiría predecir el riesgo de desarrollar úlceras.
Para ello, opera con una cámara térmica de 20 mil pixeles y un software de captura, siendo capaz de ver el calor con distintas intensidades y la escala de medición depende del brillo: más brilla, mayor temperatura. Esto permite que el dispositivo diferencie puntos fríos de calientes, precisando la zona dañada y emite un informe con el pre-diagnóstico. El uso de algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de datos son claves del funcionamiento de Footshot.
La manera en que se ha planteado el uso del dispositivo es que “sea apoyo diagnóstico y se utilice para pesquisa de pacientes que necesiten una atención más profunda, detectando el riesgo de manera rápida y automatizada”, resalta Quiroz. La idea es que en el contexto de los controles periódicos a los que los pacientes diabéticos deben acudir en sus respectivos centros de salud, previo al chequeo clínico del profesional pudiera usarse Footshot y así los especialistas pueden recibir antecedentes que permitan hacer un abordaje más crítico y oportuno en quienes presenten daños. “Si somos capaces de predecir esta úlcera, podemos descargar la zona del pie y tener algún tipo de tratamiento que prevenga que salga”, afirma con convicción.
La creación, pero primordialmente la eventual llegada de Footshot como herramienta que realmente se use en el sistema sanitario implicaría un salto cuántico de enorme impacto, ya que actualmente hay métodos utilizados con enfoque preventivo del riesgo, pero no son de resultados óptimos o confiables, y eso no favorece nada la situación de los pacientes que sufren pie diabético. “Que una persona llegue a perder una extremidad por un mal cuidado o una mala prevención ya es un factor grave para esa persona y el sistema de salud. Por eso nos enfocamos en este problema”, manifiesta al respecto el ingeniero Alejandro Arredondo, CEO de la firma.
Y para hacer realidad el anhelo, la validación científica-clínica del dispositivo es esencial y el reto en que han puesto los esfuerzos desde su origen.
Durante 2019, se puso a prueba con un proyecto piloto implementado con un grupo de pacientes del Cesfam Paulina Avendaño Pereda de Talcahuano con buenos resultados, pero ahora el desafío es poder abarcar muchos más pacientes para la validación. En septiembre de 2021 este proceso se retomó, pero en el Hospital Regional de Concepción con apoyo de personal de este para reclutamiento de los primeros pacientes y continuará a inicios de 2022. Según cuentan los creadores de la tecnología, la idea es fotografiar los pies de al menos 400 pacientes diabéticos. Para poder validar la máquina y funcione de manera óptima se requieren muchos datos que permitan construir un modelo de clasificación y detección que permita anticipar la úlcera, con imágenes de pacientes en un contexto clínico real.
Además, la compañía espera seguir validando la tecnología en otros centros interesados y obtener fondos que le permitan acelerar su irrupción en el mercado.
Y tras superar la validación de Footshop con su potencial escalamiento, esperan avanzar en la de otro dispositivo de uso en el hogar que han creado y que consiste en una alfombra con sensores de calor, diseñada para que las personas diabéticas suban a ella a diario para evaluar los patrones de temperatura de sus pies y detectar cualquier anomalía de manera oportuna.