UdeC lidera proyecto que implementará el Centro Regional de Telemedicina y Telesalud del Biobío
13 de Noviembre 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Iniciativa fue seleccionada en línea de alto impacto del FIC-R 2021 y se desarrollará junto a la Ucsc. La meta es instalar las capacidades necesarias para integrar las herramientas al sistema de salud, acortar brechas y favorecer a la comunidad.
El primer Centro Regional de Telemedicina y Telesalud del país se va a implementar en la Región del Biobío de la mano de un proyecto liderado por la Universidad de Concepción (UdeC) a través de la Unidad de Telemedicina de la Facultad de Medicina que dirige la doctora Angélica Avendaño desde su creación hace más de 15 años y en asociación con la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
Una iniciativa pionera para Chile encabezada desde la academia cuya meta es contribuir a mejorar los servicios del sistema de salud regional y el acceso a estos para beneficiar la calidad de vida de la población e impulsar el desarrollo local, que podrá materializarse tras su selección en la línea de alto impacto del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) 2021 que entrega el Gobierno Regional. Es un financiamiento de más de $1.800 millones el adjudicado para desplegar un trabajo que durará tres años, desde inicios de 2022.
Acortar brechas
“Este proyecto tiene la finalidad de impactar en toda la sociedad de la Región del Biobío y sobre todo en las comunidades en las que hemos detectado que las brechas del acceso a la salud se pueden acortar a través de la telemedicina y telesalud”, manifiesta la doctora Avendaño, quien también es presidenta de la Red Iberoamericana de Salud Digital y de la Red Universitaria de Telemedicina de Chile (Rute-Chile) que se lanzó este 2021 e integran las universidades de Concepción, de Chile, del Desarrollo y de Valparaíso junto a la Red Universitaria Nacional (Reuna).
Es que además de una alta demanda que muchas veces conlleva falta de horas y dificultades para acceder a atenciones, sobre todo dentro del sistema de salud público, la académica resalta que una de las grandes conocidas problemáticas sociales son las brechas de acceso a atenciones especializadas y oportunas que sufren quienes habitan zonas alejadas de las urbes más importantes. ¿La razón? Chile es un país centralista y ello se traduce en que los profesionales especialistas están concentrados en Santiago y las grandes ciudades, donde también están emplazados los recintos hospitalarios de infraestructura compleja, advierte. En el Gran Concepción hay dos hospitales públicos de este tipo (el Regional en Concepción y Las Higueras de Talcahuano), además de varias clínicas o centros médicos. En localidades lejanas de la Intercomuna hay servicios de atención primaria, menos complejos y escasos o nulos especialistas. Así, para afecciones que no se pueden resolver allí los pacientes deben esperar días, semanas y hasta meses en encontrar horas en las ciudades hasta donde pueden llegar tras viajes que pueden ser muy largos.
Ante esto, la doctora Avendaño asevera que los límites de tiempo y distancia pueden borrarse a través del uso de las nuevas tecnologías para hacer telemedicina y telesalud, con atenciones que pueden ser tan seguras como de alta calidad y efectivas para resolver prontamente problemáticas de los usuarios. Evitar desplazamientos, filas, esperas y atochamientos son parte de las ventajas de estas herramientas, en un contexto donde el desarrollo tecnológico e innovación también ha creado soluciones que benefician la salud de las personas, como plataformas y soportes digitales para aportar a la adherencia farmacológica o al seguimiento de parámetros que pueden ir evaluando el estado de salud y enviar alertas en casos de riesgos en el control de patologías crónicas, promoviendo el autocuidado y facilitando una consulta oportuna, por mencionar ejemplos.
Instalar capacidades
En efecto, la implementación del Centro Regional de Telemedicina y Telesalud del Biobío mediante el proyecto FIC-R buscará instalar todas las capacidades necesarias para que en el sistema de salud local se puedan ofrecer estos servicios y que las personas puedan acceder.
Al respecto, Angélica Avendaño pone el acento en que lo que se busca, pero sobre todo necesita, es que la telemedicina y telesalud se integren como una herramienta más a los procesos de atención en salud que normal y tradicionalmente se realizan, es decir, presenciales. “La telemedicina y telesalud son un complemento y no se trata de que un tipo de atención es más importante que la otra, que la telemedicina esté sobre la atención presencial o viceversa: no están compitiendo, sino que deben estar integradas y complementadas en un proceso en beneficio de las personas”, aclara.
De cara a la operación del Centro, sostiene que “creo que va a ser muy potente, que podría replicarse y escalarse a otras regiones también”.
Impulsar la telemedicina y telesalud: las fortalezas en Biobío par superar los retos
Las ventajas y beneficios de la telemedicina y telesalud se desvelaron con la pandemia de Covid-19 que obligó a que la sociedad y diversas labores se adaptaran a un funcionamiento remoto, con las nuevas tecnologías como vía para continuar las actividades y mantener la distancia física y confinamiento para mitigar riesgos de contagio y propagación de la enfermedad.
Pero, también, el contexto sociosanitario desnudó las falencias en materia de conectividad para parte importante de la población y también que el sistema de salud no estaba del todo preparado para operar con estas herramientas y vertiginosamente debió avanzar en esa transformación digital que especialistas como la doctora Angélica Avendaño junto a su equipo en la Unidad de Telemedicina hace años venían explorando e impulsando.
Ejes de trabajo
Y fue todo lo vivido durante la emergencia sanitaria lo que, afirma, hizo pensar que los cambios por fin llegaron para quedarse y en un Centro Regional de Telemedicina y Telesalud en el Biobío como necesidad. Al respecto, reconoce que cuando se creó la Unidad de Telemedicina UdeC la idea pudo ser marcar la diferencia en la Región y Chile e innovar en relación con la exploración y formación de profesionales en metodologías que parecían rupturistas o futuristas, pero el panorama actual es diferente: telemedicina, telesalud y salud digital son presente y necesarias para favorecer u optimizar muchos procesos en una sociedad altamente tecnologizada e hiperconectada, donde las nuevas tecnologías han cambiado completamente y para siempre la forma de comunicarse y desenvolverse en el mundo.
Ante eso, la doctora Avendaño junto a su equipo saben que acortar las brechas de acceso a atenciones de salud desde el uso de estas herramientas requiere primero acortar múltiples otras que están dificultando la completa transformación digital en salud. “La experiencia de más de 15 años que llevamos trabajando la temática en la UdeC nos ha enseñado que para que este tipo de generación de cambios sea real y efectiva tiene que ser multifactorial y no puede enfocarse en un área específica”, manifiesta. Por ello, el proyecto FIC-R abordará tres ejes de acción que en sus logros están interconectados.
Uno es la educación e involucra distintas dimensiones. “Lo primero que hemos planteado como fundamental para generar de verdad un cambio es la formación de capital humano avanzado”, precisa. Se necesita capacitar y formar a los profesionales y técnicos involucrados en la salud para que desarrollen las competencias que les permita ejercer su labor en contextos de telemedicina y telesalud, integrándola como herramienta a los procesos de atención que realizan. Avendaño afirma que desde la Unidad que dirige han trabajado para reducir esta brecha, alcanzando a cientos de profesionales en distintas universidades y recintos, pero este proyecto tiene la capacidad de hacerlo a una mucha mayor escala.
En educación también cuenta que “trabajaremos para acortar las brechas en la alfabetización digital que hay en la población”, lo que puede implicar que las personas con menos competencias tecnológicas no puedan aprovechar las ventajas que brindan las nuevas tecnologías para la medicina y salud.
El segundo eje es en investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento. “Queremos fomentar el apoyo tecnológico, la transferencia y hacer mentorías para innovadores y emprendedores regionales para fortalecer las capacidades existentes y canalizar iniciativas que podrían existir para que lleguen, efectivamente, a los pacientes”, asevera la académica. Y es que cree que puede haber muchos creadores con soluciones efectivas, seguras y con mucho potencial para aplicarse y beneficiar en materia de telemedicina y telesalud, pero que por distintos motivos no tienen posibilidad de llegar al sistema y sus usuarios. “Vamos a contar con un laboratorio para hacer esta coordinación entre innovación y emprendimiento con el mundo de la salud pública”, adelanta.
El clínico-asistencial es el tercer eje. “Queremos apoyar a los prestadores de salud en la Región del Biobío para que innoven en sus procesos usando las tecnologías”, destaca. Una vía será impulsar proyectos piloto y también comenta que “hemos planteado que una forma de avanzar es tener un observatorio de buenas prácticas en telemedicina y telesalud que monitoree lo que está pasando, recolecte y genere información válida y que puede ser insumo para tomar decisiones en esta materia a nivel regional”, recalca.
Experiencia y capacidades
Por lo expuesto, la académica reconoce que hay “hay varios desafíos” en la Región del Biobío y Chile, como los planteados en las líneas de acción del proyecto y otros relacionados con modificar las mallas curriculares en carreras de salud para que los nuevos profesionales tengan estas competencias en sus perfiles de egresa o lograr la completa interoperabilidad en el sistema de salud, pero también sostiene que “hay fortalezas”.
En este sentido resalta que “la Región del Biobío tiene iniciativas pioneras como en el Hospital Las Higueras y con nuestra Unidad hemos demostrado que la telemedicina y telesalud son herramientas potentes y válidas para mejorar el acceso a la atención en salud de la población”, pues en sus 15 años de trabajo en la UdeC han sido parte o liderado la implementación de distintos proyectos en la materia que han impactado a nivel local y algunos mucho más lejos, tanto aplicados con usuarios como de formación de capital humano o generación de conocimientos, además de vincularse con distintas entidades en Chile y el mundo.
Por ejemplo, participar junto a otras cuatro universidades chilenas en la creación del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (Cens) que opera hace 5 años o el proyecto “Bien Público” de Corfo, trabajado junto a la Universidad del Desarrollo para generar los lineamientos para el desarrollo de la telemedicina y telesalud en Chile, cuyo beneficiario es el Ministerio de Salud. Se suman otras distintas intervenciones en salud con distintos servicios de salud del país. Además, a inicios de la pandemia junto a su equipo levantaron la plataforma “Telecovid” para brindar atención que evaluara riesgo de Covid-19 en las personas para reducir desplazamientos y asistencias innecesarias a centros de salud, la que operó hasta fines de 2020 y en adelante evolucionó al soporte camposclinicosvirtuales.cl, que amplió su quehacer hacia la formación y lo clínica e integra al variopinto de profesionales del área de la salud.
Por eso, para avanzar en la transformación digital alcanzando las metas del Centro, resalta que “tenemos la trayectoria, capacidades, conocimiento y redes de colaboración a nivel regional, nacional e internacional y eso fortalece el trabajo, nos mantiene al día y nos potencia en iniciativas como esta”.