Ciencia y Sociedad

Aves migratorias: papel local dentro de una conexión global

Hoy es el Día Mundial de esta clase de avifauna que viaja largas distancias entre regiones, países y continentes para llevar a cabo sus ciclos biológicos y en el Biobío hay varios sitios relevantes que reciben a diversas especies clave para los ecosistemas y que, sin embargo, viven diversas amenazas.

Por: Natalia Quiero 09 de Octubre 2021
Fotografía: Archivo

Pueden volar miles de kilómetros para llegar a sitios donde llevan a cabo su reproducción o alimentación, uniendo ecosistemas entre países, continentes y el mundo. Las aves migratorias desempeñan un papel esencial para mantener la biodiversidad del planeta, de cuyas funciones depende el bienestar de las personas e influyen conexiones de complejidad y escala mucho más vastas que lo perceptible por el humano que con su acción puede generar impactos que alteren vitales dinámicas ecológicas globales.

Y el Día Mundial de las Aves Migratorias, promovido por Naciones Unidas Medioambiente y que se celebra este 9 de octubre, busca sensibilizar todo aquello para preservarlas y a sus hábitats, que para muchas están en ecosistemas de la Región del Biobío que, con su llegada que se suma a las especies residentes, se conecta con zonas lejanas como la Patagonia, el Amazonas y el hemisferio norte o a la costa con la cordillera.

Aves migratorias en la región

Diversas aves llegan en primavera-verano u otoño-invierno, en migraciones tanto de larga distancia como más cortas o locales y los sitios de trascendencia, a través de los cuales guía un viaje Heraldo Norambuena, investigador postdoctoral en el Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, investigador del Centro de Investigación Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás, co-autor del “Atlas de las aves playeras de Chile” (2017) y co-editor del “Atlas de las Aves Nidificantes de Chile” (2018).

El recorrido inicia al norte de la región, en la desembocadura del río Itata en Ñuble. Allí, destaca al rayador que llega en primavera-verano para luego migrar a la cuenca amazónica a reproducirse. En la misma época está la gaviota de Franklin, que se reproduce en Norteamérica y se alimenta ne la costa de Perú y Chile. También es relevante el lugar para el playero blanco.

Avanzando al sur, en el Gran Concepción es clave el Sistema Humedal Rocuant-Andalién, que involucra a las comunas de Penco, Talcahuano y Concepción. El doctor Norambuena releva a la gaviota de Franklin y al zarapito de pico recto, que se reproduce en Norteamérica y migra al sur en busca de alimento, y está también en el humedal Lenga. En humedales Boca de Maule de Coronel y Vasco Da Gama de Concepción y lagunas de vegetación juncal es importante la presencia del pájaro amarillo, que se reproduce en Chile y migra a la cuenca amazónica en otoño. En Tubul-Raqui de Arauco hay grandes bandadas de rayador. Añade que es frecuente en toda la costa de Chile el zarapito común, que se reproduce en el hemisferio norte.

También hay aves playeras australes que migran desde la Patagonia donde se reproducen hacia el norte como los chorlos chileno, de collar y de doble collar, para los que define sitios clave a Rocuant-Andalién y Lenga. Además, hay especies que se reproducen en la cordillera y migran hacia la costa como la bandurria y canastero del sur.

A humedales del Biobío también llegan varias especies de golondrina en verano.

De impactos a beneficios

Los humedales son clave para las aves migratorias, “porque son megadiversos”, sostiene Norambuena. El problema es que por años se menospreciaron, si bien en Chile se ha avanzado en mecanismos legales para protegerlos como la Convención Ramsar o la ley de humedales urbanos, siendo contaminados e incentivada su fragmentación y relleno para construir carreteras, viviendas o terrenos agrícolas, habiendo muchos degradados y quedan retos para mejorar su preservación, incluso polémicos proyectos en carpeta que interferirían en estos y sus funciones como proveer ambientes para aves migratorias.

La destrucción de hábitats no es la única amenaza a su conservación, también el mal manejo de residuos: “casi todas las aves están consumiendo restos de desechos que pueden confundir con granos y microplásticos, afectando su capacidad digestiva y supervivencia, porque llenan sus estómagos de basura y mueren de inanición al no poder consumir nada más”, advierte. Se suman enredos en bolsas, hilo curado o elásticos de mascarillas en tiempos de Covid-19. Y la contaminación ambiental y uso de pesticidas están diezmando a poblaciones de insectos de los que muchas se alimentan. La excesiva presencia humana en los ecosistemas es un factor estresante para las aves que puede alterar sus ciclos biológicos. Lo mismo sucede con animales como perros que pueden asustar a las aves y también cazarlas o a sus huevos.

Así, en las amenazas hay responsabilidades de gran magnitud y otras comunitarias o individuales como la inadecuada gestión de la basura que es también donde se deben generar cambios para aportar en la solución, sobre lo que el investigador asevera que “los impactos que hacemos aquí no sólo afectan a nuestra flora y fauna local, sino también a aves que unen el mundo” y así se interfiere con sus roles que también brindan servicios ecosistémicos para el humano.

Entre muchos resalta la aportación de nutrientes al ecosistema a través de sus fecas y que es clave para que se mantengan las dinámicas y biodiversidad, además contribuyen al control biológico de insectos y potenciales plagas.

También está su importancia turística. “Las aves migratorias atraen a observadores y la observación de aves es un turismo creciente en Chile”, afirma. Una actividad que puede ser potente para favorecer la economía y desarrollo en localidades aledañas a los ecosistemas de importancia.

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