El académico de la UdeC Cristian Echeverría lidera la publicación junto a otros cuatro autores y que documenta una década de experiencia, con el propósito de impulsar más acciones que permitan avanzar en este necesario desafío.
Una década de investigación aplicada en terreno recorre el libro “Más allá de la deforestación: Restauración ecológica de bosques nativos en el Parque Nacional Nonguén, Chile”, que en 132 páginas y junto a fotografías a todo color documenta la experiencia ganada tras restaurar zonas invadidas por especies exóticas, una de las grandes amenazas a la biodiversidad de esta área protegida que es parte del patrimonio natural del Gran Concepción y Chile.
Cristian Echeverría, académico y director del Laboratorio de Ecología del Paisaje (LEP) de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción (UdeC) e investigador del Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales (Cesiep), lidera el texto presentado recientemente y también son autores los investigadores del LEP Paula Gatica y Sergio Román junto a Cristián Espinoza, jefe de proyectos de Medio Ambiente de la empresa Transelec, y Alberto Bordeu, jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf Biobío.
¿Qué es la restauración ecológica? ¿Por qué es importante para los ecosistemas degradados y el bienestar humano? ¿Cuál es su rol frente a desafíos ambientales y ecológicos urgentes que enfrenta el planeta? son interrogantes que aborda e invita a reflexionar al lector el libro financiado por el Proyecto al Medio Externo 2021 del Núcleo Milenio Cesiep y parte de una propuesta que incluye una cápsula audiovisual y contenidos multimedia, cuenta Cristian Echeverría.
Para ello, se basa en el trabajo de restauración ecológica que ha unido las capacidades de su grupo en colaboración con Conaf Biobío y Transelec e inició en 2011 a raíz de una compensación ambiental voluntaria de la empresa en lo que entonces era la Reserva Nacional Nonguén y desde 2021 Parque Nacional Nonguén; una superficie de más de tres mil hectáreas que albergan uno de los últimos remanentes de bosque nativo en Chile y el de mayor tamaño de la provincia de Concepción, hábitat de diversas especies de flora y fauna nativa y muchas con estado de amenaza a su conservación. Partiendo por la remoción de especies invasoras, en distintas etapas miles de ejemplares de diversas especies de flora nativa se han plantado, persistido y restaurado al ecosistema.
“Es posible hacer restauración ecológica y lo hemos demostrado, hay áreas donde el hábitat se ha recuperado, antes había aromos y ahora no: hay un bosque nativo formándose”, sostiene el doctor Echeverría sobre los resultados estimulantes que también evidencian lo virtuoso de la alianza academia, mundo público y empresa para lograr avances más sustanciales.
La publicación también profundiza en qué es la restauración ecológica siguiendo estándares internacionales y enfatiza la necesidad de profesionalizarla en Chile y Latinoamérica, pues el académico advierte que no está ocupada por una profesión específica y urge la experticia para avanzar en restaurar muchos ecosistemas nativos que han sido degradados y cuya recuperación es clave para afrontar retos planetarios enormes como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Por eso se declaró el “Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030”.
Así, también cree crucial sensibilizar los conocimientos y necesidades en empresas, tomadores de decisión y gestores de políticas públicas para que actúen en pos de ello, manifestando que “esperamos que el libro sirva de inspiración para que desde ya realicemos acciones transformativas sobre el futuro de nuestros bosques nativos, avancemos en la protección y restauración de los ecosistemas nativos”.
El trabajo de restauración ecológica en el Parque Nacional de Nonguén partió como un reto científico, pero era imperante aventurarse.
Y es que el doctor Cristian Echeverría reconoce que, junto a su grupo, no tenían experiencia en terreno sobre restauración ecológica, y también que “sabíamos que había un área muy degradada producto de explotación forestal, invasión de especies e incendios forestales previos a que fuera una reserva nacional”. De hecho, de toda la superficie del área cuenta que “cerca del 20% corresponde a especies exóticas que venían de una historia anterior y, lamentablemente, en todo el parque hay presencia de especies invasoras. Entonces, está muy amenazado interiormente”. Y también exteriormente, ya que advierte que “el Parque Nacional está inserto en una matriz de plantaciones forestales de especies exóticas (como pino) sin la presencia de un anillo protector alrededor, por lo que las intervenciones asociadas al manejo forestal afuera tienen impactos hacia adentro”. Suma la amenaza de incendios forestales que han ocurrido y devastado grandes superficies ya siendo área protegida, al igual que la tala ilegal de árboles de la que también se han detectado eventos.
Todo, además de pérdida inmediata de diversidad biológica, genera alteraciones al suelo, hábitats y ecosistemas que resalta que “se transforman en barreras a la movilidad de las especies, una capacidad directamente relacionada con la posibilidad que tiene la biodiversidad de prosperar y persistir”. Y las perturbaciones sí favorecen la proliferación de especies exóticas.
Así, el primer desafío fue eliminar la especie invasora, particularmente el aromo como la más presente, y evitar que volviera a regenerarse, que Echeverría considera lo más complejo de la restauración. Luego se comenzó a plantar especies arbóreas nativas como primera fase. Los logros permitieron escalar desde abarcar 5 hectáreas hasta un par de decenas y se firmó un nuevo convenio para restaurar 10 más. Ya tienen la confianza de saber cómo deben hacerlo y la convicción de saber por qué deben hacerlo.
La naturaleza sustenta la vida en todas sus dimensiones. Para ello cada ecosistema debe funcionar para que ocurran muchos procesos que son clave para el bienestar humano, pues proveen servicios ecosistémicos, una serie de beneficios tangibles e intangibles para las personas como alimentos, medicinas, aire limpio, agua o mitigar el riesgo de desastres naturales como inundaciones. Y el doctor Echeverría destaca que el beneficio trasciende a lo aledaño al ecosistema. Si se detiene en el Parque Nonguén, ejemplifica que los bosques nativos funcionen en la cuenca provee agua a la localidad y muchos kilómetros más lejos en el Gran Concepción, por ejemplo.
Por eso, los ecosistemas y bosques nativos también son clave frente al calentamiento global y cambio climático por capturar dióxido de carbono (CO2) y porque se proyecta que aumentarán la frecuencia e intensidad de eventos extremos como lluvias que podrían desbordar ríos o sequías y así la escasez hídrica que ya afecta al centro-sur chileno y puede paliarse por su retención de agua en el suelo.
Pero, los beneficios son posibles por el complejo entramado de dinámicas que establece la diversidad de flora, fauna y otros organismos propia de un ecosistema y en tanto se intervienen, degradan y pierde biodiversidad se afectan sus funciones. Es la dañada realidad de los ecosistemas de Chile, conducida en el tiempo y sobre todo en últimas décadas por cambios en el uso de suelo para fines agrícolas o forestales, urbanización e incendios.
Así, el contexto planetario, nacional y regional hace tan crucial y emergente la restauración ecológica en el parque, en cuencas hidrológicas y múltiples ecosistemas. Esta, explica el académico, es el proceso de asistir la recuperación de un ecosistema nativo que ha sido degradado o destruido para que reinicie la trayectoria que tenía previo a la intervención o daño para que pueda autosustentarse, adaptarse y sus especies evolucionar.
Los actuales escenarios obligan a cambiar paradigmas y evolucionar las estrategias para recuperar los ecosistemas: la mayoría se ha basado en reforestar y no son suficientes.
“La reforestación puede hacerse con especies nativas o exóticas y la restauración siempre es con especies nativas de los ecosistemas”, aclara Echeverría. Común es que un área se reforeste con plantas exóticas y una sola como el pino, simplificando al ecosistema y paisaje en sus relaciones y funciones. La restauración busca recuperar biodiversidad, complejidad y procesos ecosistémicos que se dan por el rol de especies con distintas características y roles. “No se trata de plantar árboles por plantar, se trata de plantar la especie correcta en el lugar correcto”, sostiene.
De ahí que cree que un gran reto es integrar el concepto de restauración ecológica en las políticas públicas y que sea parte del actuar colectivo. Ante ello se manifiesta expectante por el Plan Nacional de Restauración de Paisajes a cuyo diseño está contribuyendo como uno de los investigadores llamados a participar este 2021 del Comité Asesor Nacional de Restauración, organizado por los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente.
El otro gran reto es que las medidas también apunten a detener procesos de degradación y destrucción. “La restauración debe ir acompañada de la conservación de los ecosistemas. Que exista la restauración no justifica que se siga destruyendo”. Ha sido suficiente daño, ahora debe ser suficiente restauración y protección, es tiempo de avanzar hacia una cultura de respeto, cuidado y preservación de la naturaleza.
*El libro “Más allá de la deforestación: Restauración ecológica de bosques nativos en el Parque Nacional Nonguén, Chile” se puede descargar gratuitamente accediendo a este link.