Trabajo halló una variación estacional en ácidos grasos y reservas energéticas de la especie conocida como albacora, que puede ser información relevante para la gestión ecológica y sostenible del recurso.
Conocido popularmente como albacora, el pez espada es una de las especies marinas de alta importancia comercial para Chile y se extrae para el consumo humano directo. Por ser de los llamados pescados azules, tiene gran valor nutricional: es fuente de proteína que contiene todos los aminoácidos esenciales, aporta vitaminas y también ácidos grasos esenciales de la familia omega-3, particularmente los EPA y DHA que cumplen funciones tan relevantes para las personas en todo su ciclo vital como ayudar al funcionamiento del sistema nervioso y neuronas o contribuir a la salud del corazón. “También tiene importancia ecológica debido a su rol como predador tope. Al estar en un nivel superior en las redes tróficas se alimenta de presas que van acumulando distintos nutrientes”, resalta el hidrobiólogo Jorge Lazo, investigador del Magíster en Ecología Marina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
Esas razones le motivaron a estudiar la especie para sumar conocimientos a los disponibles. Los resultados de “Dinámica estacional de la composición bioquímica y ácidos grasos del pez espada (Xiphias gladius) en el Océano Pacífico Suroriental frente a las costas de Chile” se publicaron en la revista Marine Environmental Research y se realizó en el marco su tesis de magíster, bajo la dirección del doctor Ángel Urzúa y la codirección del doctor Antonio Brante. Además, se realizó junto al Instituto de Fomento Pesquero (Ifop) a través del proyecto “Seguimiento de los Recursos Altamente Migratorios” que lidera el doctor Patricio Barría.
Jorge Lazo cuenta que el pez espada es altamente migratorio y recorre largas distancias para alimentarse de gran variedad de especies cuando está en Chile en el período otoño-primavera, luego empiezan a alejarse de las costas nacionales en busca de aguas más cálidas para llevar a cabo la reproducción en verano. “Una vez que se reproducen migran hacia el sur y empieza nuevamente el proceso de alimentación”, precisa sobre el patrón migratorio del animal.
Así, el objetivo principal fue evaluar la variación temporal, en distintas estaciones del año, del pez espada en lo fisiológico y ecológico analizando dos parámetros que proveen datos clave. La composición bioquímica, representada por reservas lipídicas, proteicas y de carbohidratos (glucosa), provee información sobre el uso de estas en procesos fisiológicos de alta demanda como crecimiento y reproducción, aclara. El perfil de ácidos grasos, en tanto, “aporta información nutricional de la especie y sobre las relaciones que tiene con sus diferentes ítems presa. Y, dado que son almacenados en diferentes órganos de reserva, permite obtener información menos sesgada y a largo plazo sobre su dieta”, afirma.
Para llevar a cabo el estudio se colectaron muestras en distintos sitios de captura del pez espada y se analizó su músculo, órgano de reserva nutricional, y parte de los resultados demuestran que el patrón migratorio a lo largo de la costa de Chile se relaciona con aspectos fisiológicos, nutricionales y energéticos.
En otoño, cuando inicia el periodo de alimentación, su composición bioquímica y energética, particularmente el contenido lipídico del músculo, es menor que en primavera cuando culmina el proceso o que en invierno. “Las bajas cantidades lipídicas en otoño se explicarían por una alta inversión energética en verano, donde además de la reproducción existiría un alto costo energético debido a la migración desde el área de reproducción al de alimentación”, comenta Lazo. “El mismo patrón se encuentra en los ácidos grasos, que es más rico y abundante en primavera”, destaca. Las diferencias “refuerzan la idea de que al finalizar el periodo de alimentación se inicia un proceso de alta demanda energética como el reproductivo”, sostiene.
Para Jorge Lazo, la trascendencia de los hallazgos radica en que dejan patente, una vez más, la necesidad de considerar a la ciencia al pensar las políticas públicas y toma de decisiones. “Las evidencias encontradas a nivel fisiológico, nutricional y energético refuerzan la idea de un enfoque ecológico para manejar de una manera más sostenible a los recursos pesqueros en Chile”, manifiesta.
Y con el mismo propósito reconoce que queda bastante información eco-fisiológica que conocer sobre esta especie, así como para otras, que debe ser foco de nuevas investigaciones en las que también espera seguir contribuyendo.