Este parásito es uno de los mayores problemas sanitarios de la salmonicultura: afecta a los salmones de cultivo, tiene grandes impactos económicos para la industria y también medioambientales por el uso de pesticidas como antiparasitarios que podría afectar a otras especies.
El piojo de mar, de nombre científico Caligus rogercresseyi, es un parásito que afecta a los salmones de cultivo y les provoca Caligidosis, categorizada como “Enfermedad de Alto Riesgo” por Sernapesca en 2007, año en que junto al virus de la anemia infecciosa del salmón determinaron la mayor crisis ocurrida a esta industria en Chile, una de las dos más importantes del mundo y concentrada en la zona sur-austral.
En efecto, es uno de los problemas sanitarios más grandes de la salmonicultura. Causa lesiones en la piel y estrés crónico en peces infectados, dejándolos más susceptibles a patologías bacterianas o virales, retardando su crecimiento y perdiéndose calidad del producto final, además de mortandad en casos extremos. El impacto económico es cuantioso por perjuicio en las producciones y aumento en costos por el manejo con baños sanitarios o tratamientos antiparasitarios aplicados. Ello no se puede desvincular del medioambiental, pues los antiparasitarios son pesticidas y su uso excesivo se vuelve riesgo potencial para otras especies marinas que habitan los ecosistemas donde se emplaza la industria nacional.
Un desafío para la sustentabilidad de la salmonicultura que también es uno científico, para entender al patógeno y avanzar en su mejor abordaje, en el que hace años trabajan en el Centro Interdisciplinario de Investigación en Acuicultura Sustentable (Incar) de la Universidad de Concepción (UdeC) y sus investigadores, recientemente, publicaron en la revista Aquaculture un estudio que analizó el efecto de las densidades de cultivo de peces y la temperatura superficial del mar en la dinámica temporal de las hembras ovígeras (HO) y juveniles de Caligus a escala regional, en centros de cultivo de las Agrupaciones de Concesiones de Salmónidos.
Los autores son los doctores Rodrigo Montes y Renato Quiñones de la línea Sustentabilidad Ambiental (RP4) junto a Cristian Gallardo de la línea Genómica Acuícola (RP1), quien, además, lideró al equipo de científicos que descifró el genoma de Caligus rogercresseyi, uno de los cruciales progresos sobre el parásito tenido en los últimos años.
Mediante análisis estadísticos (ondículas), el estudio halló “patrones repetitivos en los brotes de Caligus que estarían asociados en gran porcentaje (superior a 50%) con la dinámica productiva de los centros de cultivo que se inicia con la fase de engorda en agua de mar, seguido por la cosecha y un periodo de descanso sanitario”, explica Rodrigo Montes. La dinámica se repite cada dos años y forma ciclos bienales que, afirma, influyen marcadamente en la variabilidad de abundancia e intensidad de los brotes de las HO.
También destaca “la detección del efecto continuo que la temperatura del agua tiene sobre la tasa de desarrollo del piojo de mar a lo largo del año. Se detectó una señal anual marcada (ciclo anual) que explica 10% a 20% de la variabilidad en abundancia de las HO durante el periodo de estudio”. En base a ello, aclara que el efecto de la temperatura sobre la duración del ciclo de vida del parásito parece ser más relevante en primavera-verano, generándose aumento de brotes más intensos si el incremento de la temperatura del agua coincide con elevados niveles de densidades de cultivo. Y hay brotes de menor intensidad si el aumento de la temperatura no coincide con niveles altos de densidades de cultivo, resalta.
Para los investigadores los hallazgos pueden aportar a mejorar el manejo de la salmonicultura chilena. “A partir de los resultados se puede comenzar a desarrollar un modelo de regulación de las densidades de cultivo de salmónidos que considere la variación periódica de los ciclos de cultivo y la temperatura del agua”, asevera el doctor Montes, siendo a ello que sugieren se enfoquen futuros estudios, porque podría evitar que coincidan altos niveles de temperatura y de densidades de cultivo en un periodo.
Aún así, hay varios retos científicos que abordar, sobre lo que el investigador plantea que “en la dinámica poblacional de Caligus queda mucho por descifrar, incluyendo el efecto que factores oceanográficos y/o ambientales como la temperatura del agua y salinidad tienen sobre la mortalidad de los diferentes estadios de desarrollo del parásito”.