Ciencia y Sociedad

Trata de personas: una realidad poco conocida, pero que existe en Chile

La coordinadora del Capítulo Chileno de ObservaLAtrata y académica Ucsc resalta que varios factores hacen sinergia para esconder el problema. El reto del observatorio es visibilizarlo para avanzar en su abordaje, razón por la que realizará un webinar.

Por: Natalia Quiero 24 de Julio 2021
Fotografía: Cedida

“Corazón Azul” es la campaña que impulsa Naciones Unidas para sensibilizar sobre el tráfico y la explotación de personas en el contexto del Día Mundial Contra la Trata cada 30 de julio. Un símbolo para representar la tristeza de las víctimas del tráfico y/o trata, que advierte como graves delitos y violaciones a los derechos humanos que cada año sufren miles de personas de todas las edades y géneros en el mundo, quienes caen en manos de facilitadores en sus países o el extranjero, estando estas situaciones en prácticamente todas las naciones como tránsito, origen o destino de las víctimas, además de darse de forma interna.

El reto de visibilizar

Por eso, no basta un día para crear conciencia y combatir los delitos; los esfuerzos deben ser permanentes, interdisciplinarios e intersectoriales y en todos los países. Bien lo saben en el Capítulo Chileno del Observatorio Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas ObservaLAtrata y su coordinadora Verónica Gómez, trabajadora social y académica de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) e integrante de la Mesa Intersectorial de la Trata de Personas de la Región del Biobío; quien es una de las expertas chilenas que con su trabajo desde Concepción se ha hecho parte activa de la lucha contra la explotación de las personas, que advierte que “suele ser para fines laborales o sexuales”.

Porque sí, ni Chile ni la Región son inmunes a la trata, que recalca que “puede darse con cruce de fronteras o ser interna (movilización dentro del país)” y sobre el que la evidencia muestra que está más patente de lo que la ciudadanía podría creer y las cifras oficiales pueden cuantificar, y también que se esconde tras un velo de situaciones que complejizan su identificación, denuncia, indagación e intervención, de la mano de que evoluciona en su materialización desde el progreso de la tecnológica sociedad contemporánea. Además, Chile cada día se vuelve más atractivo para miles de migrantes, otro factor de riesgo.

Es una enrevesada sinergia que generan que lo más claro es que “la trata de personas sea una situación invisibilizada en Chile”, advierte, por lo que su visibilización ha sido el gran reto del Capítulo Chileno del Observatorio. Para ello cuenta que se han enfocado en abrir espacios de diálogo, debate y reflexión para compartir y divulgar conocimientos y experiencias de investigadores u organizaciones de Chile o internacionales relativas al delito y sus manifestaciones, repercusiones o brechas existentes. Por eso, conmemorarán el mismo Día Mundial Contra la Trata con el webinar “A qué nos enfrentamos cuando observamos la trata de personas”, del que participarán exponentes de Chile, Argentina y Portugal.

El observatorio

ObservaLAtrata nació en 2008, reuniendo a diversas entidades de países de América Latina y El Caribe interesados en abordar la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes desde distintos campos de acción. El Capítulo Chileno se constituyó en 2013 para aunar e impulsar esfuerzos contextualizados a la realidad nacional y hoy lo integran la Ucsc, las ONG Raíces y Paicabi, las fundaciones Capreis y Libera, y la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres.

Y Verónica Gómez reconoce que es llegando a más personas y poniendo en la agenda pública la temática que se podrán superar otros desafíos a nivel latinoamericano y nacional en los que trabaja el observatorio para avanzar en el abordaje de la trata, desde su prevención hasta su intervención y judicialización. Entre ello, destaca impulsar la producción de estudios para tener nuevas evidencias que permitan comprender más el fenómeno y mejorar su abordaje, además de aportar en la formación y capacitación de operadores sociales capaces de identificar y atender de manera especializada los temas relacionados a la trata y tráfico de personas y a sus víctimas e incentivar la construcción o mejoramiento de las políticas públicas existentes.

Y la coordinadora del Capítulo Chileno resalta que como equipo están “disponibles para apoyar todos esos procesos a nivel nacional y local”, además quieren “estrechar lazos con nuevas universidades para que se sumen al Observatorio y poder avanzar en investigación” en virtud de progresar en el camino.

Andrés Oreña

“El marco legal que tenemos debe actualizarse a la realidad que vivimos”

Para entender las complejidades de tratar temáticas alusivas a la trata de personas y el tráfico de migrantes hay que entender las problemáticas del fenómeno. Tráfico y trata se unen en aspectos como la captación en base a coacción, engaño, abuso de poder o amenazas, además incluyen el traslado y recepción de las personas. Sin embargo, el tráfico, que se asocia al cruce entre países, termina con la llegada de los migrantes a su destino y la trata implica la explotación de las víctimas para generar ganancias a los traficantes y los receptores, con o sin cruce de fronteras nacionales, explica Verónica Gómez.

El fenómeno en Chile

Bajo esta perspectiva, dice que “en Chile ha habido manifestaciones de la mercantilización del ser humano para fines de explotación sexual y del trabajo forzado, de la mendicidad forzada y de la servidumbre, por ejemplo. Y más contemporáneamente para el tráfico de órganos”. Del Capítulo Chileno de ObservaLAtrata resalta el foco en la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (Escnna) y de mujeres vinculada a la trata, generalmente interna. Situación que da como ejemplo es la movilización hacia el norte desde distintas regiones para ser explotadas sexualmente. Otra preocupación es el trabajo forzado, sobre el que precisa que “en las regiones del Maule y O’Higgins tenemos muchas situaciones de trata por trabajos temporales en situaciones inhumanas”. Además, define como creciente la trata laboral o sexual vinculada al tráfico de migrantes, a la misma velocidad que crece la migración en Chile.

Verónica Gómez también advierte que “muchas veces hay consentimiento viciado de la víctima”, a partir de situaciones de vulnerabilidad que le hacen aceptar una “oferta”. Además, si bien la trata suele tener que ver con redes de crimen organizado a nivel internacional, en muchos casos y sobre todo internos “se da a escalas más pequeñas e incluso en contextos familiares hay tratantes que proveen NNA para explotación sexual comercial”, afirma. Y con las tecnologías se ha facilitado la trata, sin necesitarse intermediarios o recoger a la víctima para movilizarla y retenerla: alguien puede recibir un mensaje con una oferta laboral y una dirección, ir voluntariamente y al llegar notar que la realidad no es la esperada.

Pensando en lo judicial, ello genera que “la investigación de la trata es muy compleja y no siempre se tiene cooperación de la víctima, porque está muy dañada y muchas veces sienten responsabilidad porque viajaron o se fueron a emplear a un trabajo sin saber lo que era”, explica. Incluso, hay víctimas que no pueden identificar que lo son y denunciar. Así, los explotadores siguen impunes perpetuando el delito. En efecto, la investigadora define de “insuficientes” las estadísticas del país, posibles de obtener tras la modificación de la Ley 20.507 en 2011 que tipifica los delitos de tráfico ilícito de migrantes y trata de persona y ha permitido su judicialización. “La cifra oficial es que desde la reforma a la ley tenemos 47 causas de trata con 285 víctimas a nivel nacional y hay 21 sentencias condenatorias”, detalla. Números que consideran las situaciones denunciadas, judicializadas o sentenciadas y hay una cifra negra que contiene los casos incontabilizados por no llegar a la denuncia y seguir desconocidos.

Para complementar, cuenta que “participé en una investigación con jóvenes que habían sido víctimas de explotación sexual comercial y apareció que varios fueron víctimas de trata y no fueron identificados, no se presentó una denuncia por la situación de trata que vivieron. Ahí la comunidad, las organizaciones y el mismo Estado fue ciego y no pudo ver la condición de esos jóvenes”.

Los retos para avanzar

Verónica Gómez reconoce que “el marco legal que tenemos es un avance, pero debe actualizarse a la realidad que vivimos”. Ahí el primer reto para avanzar. Por ejemplo, cree crucial que se adapte a las formas en que se materializan los delitos a través de plataformas virtuales. “También debemos tener una ley que evolucione hacia la disposición efectiva de recursos a nivel nacional para acoger a las víctimas y resolver el problema, investigar e intervenir”, sostiene.

Y es que si bien celebra “en salud se ha avanzado y tenemos protocolos de atención para las víctimas de trata, y en educación un manual de cómo identificar posibles situaciones”, la brecha es que “sólo hay una casa para acoger a las víctimas con 25 cupos y en la Región Metropolitana. Las víctimas en nuestra región son acogidas por la Unidad de Víctimas y Testigos, y las mujeres generalmente son alojadas en centros para víctimas de violencia intrafamiliar”, advierte, porque si bien allí son acogidas y asistidas, no es especializado en trata. “Toda la evidencia científica dice que las secuelas de haber sido víctima de trata son similares a haber sufrido tortura. Son de larga data y quizá muchas personas necesiten dispositivos de atención y apoyo toda la vida, que deben ser especializados y diversos”, afirma la académica. Tan diversamente especializados como la diversidad de manifestaciones del delito, personas víctimas y formas en que lo han vivenciado. “No es lo mismo si es hombre o mujer, niño o niña, si es chilena o extranjera, si es trata laboral o sexual. Es amplio el abanico de situaciones a las que nos enfrentamos”, apunta.

A nivel local, Verónica Gómez pone el acento en que “se debe reactivar la Mesa Intersectorial del Biobío, porque está inactiva y estábamos levantando un catastro con todas las organizaciones de la sociedad civil que nos podían ayudar en la atención de las víctimas y esa es una tarea pendiente”, mientras que también es un reto fortalecer las redes comunitarias y sociales para prevenir, identificar, denunciar y combatir la trata de personas.

*Para más información del webinar (30 de julio a las 10 horas) y otras actividades visitar redes sociales de organismos del Observatorio en Chile o www.presidencia-observalatrata.com.

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