Ciencia y Sociedad

Sobran razones para dejar de fumar y hacerlo es cuestión de vida o muerte

“Quienes lo dejan, ganan” es lema del Día Mundial del Tabaco, que se celebra este 31 de mayo. Una interpelación significativa en Chile, el país más fumador de América Latina. El cigarro sólo suma efectos nocivos y letales y mermas en la calidad de vida, desde cánceres y mayor vulnerabilidad a la Covid-19 hasta en lo estético.

Por: Natalia Quiero 30 de Mayo 2021
Fotografía: Cedida

No fumar. No hay evidencia que refute ese consejo y que pueda llevarse a la práctica es el propósito del Día Mundial Sin Tabaco, que cada 31 mayo busca crear consciencia sobre los variados efectos nocivos y letales del hábito tabáquico para el fumador y para quien está alrededor, fumador pasivo, con el reto de desalentar el consumo en cualquiera de sus formas.

La fecha es impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados por la amenaza que es para la salud pública: advierte que el tabaco mata a la mitad de sus consumidores y mueren más de 8 millones al año por su culpa; más de 1 millón son fumadores pasivos, siendo el uso de tabaco la principal causa de muerte prevenible en el mundo. Por eso, el lema este 2021 es “Quienes lo dejan, ganan”; interpelación significativa para Chile pues, con 33% de prevalencia de tabaquismo entre los mayores de 15 años que reveló la última Encuesta Nacional de Salud 2016-17, somos los más fumadores de Latinoamérica y, por tanto, los más expuestos a los riesgos y afección a la calidad de vida que fumar provoca.

Daño desde la boca

Es claro que fumar afecta la salud pulmonar y respiratoria, advierte el doctor Jorge Yánez, broncopulmonar del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción y de la Clínica Biobío, y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).

“El 90% de los cánceres pulmonares están relacionados con el tabaco”, afirma; es el cáncer más mortal entre los chilenos y en 2020 más de 3 mil perdieron la vida por este, según el Ministerio de Salud (Minsal). “En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), 90% de su etiología es el tabaquismo”, añade; una de las patologías respiratorias crónicas más frecuentes y la padecen más de 16% de los mayores de 40 años. “En enfermedades intersticiales difusas o fibrosis pulmonar el tabaco también contribuye”, apunta. Además, fumar aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias, sea viral o bacteriana, sobre lo que sostiene que “cerca de 20% de estas, como neumonías y bronquitis, tienen al consumo de tabaco como causa”. Y fumar o exponerse al humo del tabaco puede descompensar las patologías respiratorias crónicas.

La razón de lo expuesto, explica Yáñez, es que el humo del cigarro tiene distintas sustancias tóxicas que producen inflamación en estructuras del pulmón y daños que van debilitando al sistema inmune local, lo que es un efecto que se acumula y agrava en el tiempo. Por eso “el tabaquismo hoy es factor de riesgo de Covid-19: fumadores tienen dos veces más riesgo de hacer un cuadro severo y eso quiere decir destino a una unidad de paciente crítico, un ventilador y al riesgo de morir”, enfatiza la doctora María Paz Corvalán, salubrista experta en tabaco, encargada de la Comisión de Tabaco de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias y miembro de su directorio, y colaboradora del Centro Clínico Docente de la Facultad de Medicina UdeC.

Pero, la salud respiratoria no es lo único que se compromete, porque el tóxico humo del tabaco debilita al sistema inmunitario general. En efecto, fumar es factor de riesgo de multiplicidad de afecciones como las patologías crónicas no transmisibles, que cataloga como la gran pandemia del siglo XXI, de más largo plazo e incidencia que la Covid-19. “En las enfermedades cardiovasculares, el tabaco es factor de riesgo de infarto al miocardio y accidente vascular encefálico”, dice. También está la diabetes mellitus tipo 2, pues fumar “es factor de riesgo de resistencia a la insulina, que da paso a la intolerancia a la glucosa y finalmente a diabetes”, explica.

También se asocia a diversos cánceres que siguen el trayecto que hace el humo por el cuerpo; desde la boca, laringe y esófago hasta páncreas, colon y vejiga, y la evidencia muestra que las fumadoras tienen mayor riesgo de cáncer de mama.

No es menor el impacto dental y bucal e incluso estético. Fumar es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad de las encías, se asocia a mal aliento crónico y dientes manchados o débiles, además de dejar un aroma en la mano y ropa que es todo menos agradable.

Sobran las razones para dejar de fumar y ninguna que avale el consumo de tabaco.

 

Del reto de dejar de fumar al de no iniciar el consumo de tabaco

“Quienes lo dejan, ganan” profesa el Día Mundial Sin Tabaco y no son pocos los que lo han logrado ni los que desean hacerlo, pero se trata de todo un desafío.

“El tabaquismo es una enfermedad y adicción crónica y compleja”, resalta la doctora María Paz Corvalán. Involucra tres componentes y el primero que menciona es “el físico: no puedo dejar de fumar porque el cuerpo me lo pide”; el efecto de la nicotina, principal compuesto del tabaco y que produce la dependencia. “También está lo psicológico: no puedo dejar de fumar porque el cigarro es mi amigo, compañía y consuelo”, dice. Además, está el aspecto social, donde muchas personas y particularmente las más jóvenes parten fumando por imitación, por llamar la atención y, además, donde más se suele fumar es en actividades sociales. Y destaca que “es una adicción crónica, porque si después de que alguien dejó de fumar en una ocasión fuma un cigarro creyendo que no sucede nada, está perdido”; uno llevará a otro y otro. “Siempre se debe estar pendiente y cuidándose de no recaer”, advierte. De ahí que para dejar de fumar y ante una recaída siempre será lo ideal tener ayuda.

Otra complejidad, porque no todas las personas saben dónde acudir y no siempre se tienen los recursos para acceder a herramientas o tratamientos. Según la OMS, casi 780 millones dicen que quieren dejar el tabaco en todo el mundo, pero sólo 30% tiene acceso a instrumentos que ayuden a alcanzar la meta.

Dejar de fumar

Algo que ha buscado combatir este 2021, disponiendo información y plataformas en https://www.who.int/es. Una de las ayudas que diseñó es “Florencia”, sobre la que la doctora Corvalán afirma que “es inteligencia artificial y los más aventajados en informática pueden encontrar ayuda allí”. Para quienes no son fans de las tecnologías destaca al libro “Es fácil dejar de fumar si sabes cómo” de Allen Carr, publicado por primera vez en 1985 y apoyado por la OMS.

Hay un pero. Estas herramientas “sirven si se fuman menos de 10 cigarros al día, si es más necesitan medicamentos”, asevera. Otro obstáculo son los costos que no todos pueden pagar. Por ejemplo “uno que aumenta 200% la posibilidad de dejar de fumar versus no usarlo se llama vareniclina. El problema es que es caro, por lo que es de difícil alcance”, cuenta. Los fármacos precisan de prescripción médica.

Pero, no hay magia. Un libro, la tecnología o una píldora no son la solución en sí: “el pilar del tratamiento es que el paciente quiera dejar de fumar, si no está convencido no va a ser exitoso”, sostiene el doctor Jorge Yáñez. Con convicción y voluntad a la base siempre, se evalúa necesidad de fármacos y por ser una adicción se necesita que el tratamiento se asocie a psicoterapias.

Para abrir el acceso a intervenciones para dejar de fumar, que no son parte de un programa público en Chile, el Centro Clínico Diagnóstico UdeC las está ofreciendo a quienes son parte del sistema Fonasa (gran parte de la población chilena) y vía telemedicina. Para información se debe llamar al 41- 2204800.

No iniciar el hábito

Un reto es que los fumadores sean ex fumadores, pero lo más fructífero y el anhelo es que no comience el hábito, resalta el doctor Yáñez. Para ello hay que enfocar los esfuerzos en educar, concienciar y trabajar con las nuevas generaciones desde la infancia y hacia la adolescencia, pues estudios para Chile dicen que la edad promedio del inicio del consumo de tabaco son los 13 años y que aumenta al avanzar en edad.

Es que los hábitos se cimentan desde las etapas más tempranas y se necesitan palabras reflejadas en hechos, pues si un padre o adulto aconseja a un niño que igual lo ve fumar se experimenta como insensato y contraproducente, y plantea que aumenta la probabilidad de que tomen la misma conducta que ven en sus seres significativos al ser mayores. Distinto es si crecen en un ambiente familiar libre de humo.

A ello suma lo que se ve en los entornos y las políticas públicas que también han implicado nuevas consciencias y avances, como la ley que regula ambientes 100% libres de humo. Si hace algunas décadas se podía fumar en todo lugar, hoy está restringido a sitios específicos para fumadores. Y la doctora María Paz Corvalán releva que gracias a esta política ese 33% de fumadores que halló la ENS 2016-17 mostró una baja importante en relación con el 40% de la de 2009-2010, aunque sigue siendo un reto porque no dejamos de ser los más fumadores de Latinoamérica y ello también se materializa en los adolescentes.

También está la ley sobre empaquetado de cigarrillos con imágenes de advertencia y la restricción a la publicidad en Chile como influyentes para limitar el inicio, porque esto es crucial en el interés por fumar o cualquier producto, y hay que seguir avanzando para erradicar los tristes récords. Un reto que menciona es disminuir la publicidad a través de internet; complejo, porque este no tiene límites y llegan contenidos de todo el mundo y el país no puede legislar sobre plataformas internacionales de alto uso como Netflix u otras, pero sí sobre otros aspectos y resalta que “en nuestro parlamente duerme hace más de 3 años una ley sobre empaquetado plano”, que sería crucial aprobar “porque el fuerte de la publicidad de todos los productos está en la etiqueta”, cierra.

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