Análisis de más de 30 cuerpos lacustres entre las regiones Metropolitana y de Aysén arrojó que las propiedades químicas del agua superficial de estos reflejan las de la lluvia. Hallazgo es una evidencia basal para seguir profundizando.
Dependemos de la naturaleza para subsistir, pues sus componentes y funciones brindan las condiciones esenciales para vivir: desde el aire que respiramos hasta el agua. De ahí que estudiarla para conocerla, comprender sus procesos y saber su estado o proyectar escenarios pasados y futuros es definido como “una necesidad”, por el doctor Sergio Contreras, jefe del Departamento de Química Ambiental de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).
A eso ha buscado contribuir con su estudio sobre las propiedades químicas de poco más de 30 lagos del centro-sur de Chile, tanto costeros como hacia la cordillera, abarcando desde la Región Metropolitana hasta la de Aysén, específicamente muestreando aguas lacustres superficiales para evaluar rasgos químicos del hidrógeno y oxígeno contenido en la molécula de agua. “Las propiedades químicas del agua superficial de lagos reflejan las propiedades químicas de la precipitación en la zona muestreada”, destaca como lo más relevante de los resultados de su investigación realizada en el marco de un proyecto Fondecyt y que fue recientemente publicada en la revista de acceso abierto Scientific Reports. El estudio fue desarrollado junto a colaboradores de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Utah de Estados Unidos y un investigador recién graduado del Magister en Medio Ambiente de la Ucsc.
Una afirmación que cree que podría sonar obvia para muchos, al ser las lluvias la fuente hídrica dominante en los lagos de la zona estudiada, pero sobre la que “no había datos publicados hasta ahora. A nivel global se sabe mucho, pero a nivel local muy poco, especialmente en el centro-sur de Chile”, sostiene. Sin embargo, la contraparte es que “el agua es una necesidad básica y vital y los modelos de cambio climático proyectan un déficit hídrico cada vez más pronunciado en el centro-sur de Chile”, advierte.
El vacío de información científica se debe a que hacia el centro-sur de Chile existen pocas estaciones meteorológicas y todavía menos para medir las propiedades químicas de los elementos de las moléculas de agua que caen en la precipitación y llenarlos fue la motivación que el especialista en el uso de la biogeoquímica como herramienta para entender cambios ambientales y climáticos tuvo para desarrollar esta investigación, con la que usando muestras de aguas lacustres superficiales reconstruyó cambios en el ciclo hidrológico espacial y temporalmente, pudiendo hacer una predicción espacial de las mismas propiedades químicas en la precipitación o agua lluvia.
“La información obtenida del agua superficial de los lagos en el área de estudio nos permite inferir cambios en la precipitación sin tener que instalar estaciones meteorológicas, capturar la lluvia y medir las propiedades químicas de esta agua”, afirma el doctor Contreras y explica que “las propiedades químicas del agua superficial de los lagos medidas en nuestro estudio es información basal para entender cambios en el ciclo hidrológico de un recurso cada vez más escaso y preciado como el agua. Por ejemplo, medir propiedades químicas del hidrógeno y oxígeno contenido en el agua superficial de lagos nos da información de su estado hídrico, si se está secando o ha cambiado el origen de sus aguas, ya sea de lluvias, deshielo o aguas subterráneas, entre otras fuentes”. En efecto, los análisis proporcionan información relevante y no documentada sobre el ciclo hidrológico en estos cuerpos lacustres.
Una evidencia base que responde preguntas y genera múltiples otras que pueden abordarse en el futuro para tener más conocimientos y comprensión. “Hoy en día ya se saben cuáles son las características químicas del agua de estos lagos. En 5 años, nosotros, o alguien más, podrá nuevamente tomar muestras y compararlas con este estudio, dando información de cambios en el ciclo hidrológico como en la evaporación o el origen de la precipitación”, concluye el doctor Sergio Contreras.