Internet y las formas modernas de abusar a infantes y adolescentes

23 de Mayo 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Fotografía: INTERNET ABUSO INFANTES

El 18 de mayo se conmemoró el Día de la Lucha Contra la Explotación Sexual Comercial infantil, problema complejo que se complejiza con el progreso tecnológico y conectividad, apareciendo nuevas vías de acceso o manifestaciones como grooming y sexting.

Cada 18 de mayo se conmemora el Día Mundial y Nacional de la Lucha Contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, establecido por decreto de ley en Chile. No podría ser distinto, pues el combate a la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (Escnna) debe ser fuerte y colectiva, ya que es una de las más graves vulneraciones de derechos a niños, niñas y adolescentes (NNA), ya que es una realidad subdimensionada y una problemática de alta complejidad que se va complejizando cada vez más.

Así lo advierte el psicólogo Ricardo Suazo, coordinador técnico nacional de la Fundación Tierra de Esperanza, cuya casa matriz se encuentra en Concepción y que trabaja desde Iquique a Puerto Montt por defender y proteger los derechos de infantes y jóvenes que han sido vulnerados y/o víctimas de delitos, entre estos la Escnna, sobre la que explica que “según tratados internacionales incorpora 4 tipos de acciones contra NNA: todas las relaciones sexuales de intercambio, adultos que dan dinero, regalos, drogas o protección a NNA a cambio de relaciones sexuales; turismo sexual, trata de NNA con fines sexuales y pornografía infantil”.

Canales virtuales

Dimensionar la magnitud del problema en Chile es tan complejo como este. Primero, aclara que “los estudios están desactualizados, porque datan de 2004 y señalan que existirían 4 mil NNA víctimas de Escnna”. Por otro lado, como sucede en delitos sexuales en general, la cifra oficial esconde una negra escondida tras esos casos que no se llegan a denunciar y judicializar. Además, “se ha incrementado la Escnna a través de canales virtuales”, sostiene, lo que suma cientos de números al conocido.

La realidad es que Internet y las plataformas digitales, que han sido más protagonistas que nunca en la vida de todas las personas desde que la Covid-19 apareció, añaden una vía para acceder a NNA, configuran nuevas formas para vulnerarles y desde 2011 la ley en Chile sanciona el acoso sexual de menores y la producción y posesión de material pornográfico infantil.

Una de las manifestaciones es el grooming, que Unicef define como “la acción deliberada de un adulto de acosar sexualmente a un niño o niña mediante el uso de Internet”. Ricardo Suazo explica que adultos suelen hacerse pasar por pares para contactar a NNA e ir generando confianza. “Hasta llegar a algún tipo de intercambio sexual mediante imágenes o videos e, incluso, encuentros en espacios offline en que adultos terminan abusando sexualmente”, advierte. La dinámica es chantajear para que se mande material o acceda a reunirse, con promesas de que si lo hace terminará todo y la amenaza de que si no se contará a padres o se publicarán. Promesas incumplidas y amenazas que suelen ir en escalada para acceder a contenidos más sugerentes.

“Otro riesgo es el sexting, apunta. Es la práctica de enviar mensajes y contenidos sexuales a través de medios digitales. Puede ser consensuada entre adultos y si no es una vulneración, siendo una forma que muchos adultos emplean para llegar a NNA. La dinámica es similar al grooming en cuanto a chantajes para envío de contenidos, amenazas y cruce de límites, resalta.

Los contenidos, además, podrían ser usados como pornografía que se distribuye y comercializa a través del mundo cibernético.

Riesgo transversal, herida real

En 2019 la PDI investigó más de 4 mil casos de delitos asociados a la explotación sexual infantil a través de Internet. Además, un estudio de Tierra de Esperanza, que tomó como muestra a 175 NNA víctimas de Escnna ingresados en sus programas especializados, detectó que 20,6% fue víctima de grooming, 5,9% de sexting y 3.5% de su uso en producción de material pornográfico.

Un punto relevante es la transversalidad del riesgo de Escnna digital. “Lo que se ha investigado dice que no hay un perfil de explotador o explotadora en el ámbito online ni de NNA con mayor vulnerabilidad de ser víctima”, afirma Ricardo Suazo. Aclara que “según los datos de Escnna (en general) hay mayor prevalencia de ofensores de género masculino y víctimas de género femenino” y que “por factores de género, estereotipos y cultura que intervienen sabemos que varones denuncian menos que las niñas”.

Por último, enfatiza que independiente el tipo de Escnna, siempre deja profundos daños emocionales y psicológicos. El abuso pudo no traspasar el espacio online, pero sus cicatrices son imborrables en el offline. Mermas en el autoestima, seguridad, relaciones sociales y confianza en otros, y cuadros como ansiedad o depresión e, incluso, ideación y conducta suicida pueden ser consecuencias con las que lidien NNA víctimas.

 

Andrés Oreña

“No se puede delegar la responsabilidad a niños, niñas y adolescentes de sus conductas online”

El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, instaurado en 2005 para sensibilizar las posibilidades que brinda Internet y otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC), además de reducir esa brecha digital que quedó más desnuda que nunca producto de la pandemia de Covid-19. El Día Mundial de Internet, primero celebrado en octubre, se movió a la misma fecha.

Es que Internet ha borrado límites para llegar a la información, democratizando el acceso al conocimiento, también para expresar y transmitir ideas, y relacionarse con otros, lo que sin dudas favorece el ejercicio de derechos fundamentales. Todo mediante dispositivos digitales e infinidad de plataformas que dejan al mundo a un clic. Beneficios y ventajas que se deben reconocer, según el psicólogo Ricardo Suazo, pero también que traen aparejados peligros y perjuicios también a un clic para todo usuario, pero más severamente para niños, niñas y adolescentes.

“Internet se puede considerar un espacio de sociabilización y, como cualquiera, puede tener oportunidades y riesgos. El espacio familiar, escolar y comunitario los pueden tener, también el virtual”, sostiene. El deslimitado acceso a información puede llevar a contenidos con datos erróneos, maliciosos o perturbadores; las plataformas sociales pueden ser la vía para vínculos peligrosos con personas desconocidas que tienen la intención de acosar y abusar.

Lo offline en lo online

Y lo clave, manifiesta, es que son riesgos prevenibles mediante acciones cuyo pilar es el rol de los adultos responsables, como padres y madres, en la educación de NNA temprana y permanentemente.

“No se puede delegar la responsabilidad a NNA de sus conductas online: es responsabilidad de los adultos guiar, modelar y supervisar el desenvolvimiento y desarrollo de NNA en cualquier espacio”, enfatiza y que el reto es “guiar y enseñar a hijos e hijas a tener una actitud crítica respecto a Internet, al uso que podrían hacer ellos y otras personas, y a discernir sobre la exposición al riesgo”. Esto contribuirá a que NNA hagan un uso positivo y seguro de Internet, conscientes de sus desventajas para aprovechar sus ventajas y con capacidades para identificar potenciales riesgos.

La consciencia debe estar en que el espacio online es homólogo del offline y como se educa y promueven conductas de autocuidado para la vida en el plano físico se debe hacer para el virtual, con tal de evitar o detectar a tiempo situaciones de riesgo o abusos. Consejos básicos para NNA es no hablar ni aceptar obsequios o propuestas de personas desconocidas, ni en la calle ni navegando por la web; nadie puede tocar ni acceder a sus cuerpos sin su consentimiento; nadie, tampoco, puede golpear ni insultar y cualquier actitud que genere incomodidad o malestar no se debe dejar pasar. La educación debe apuntar a sensibilizar que no se responden mensajes de extraños ni menos enviar información personal ni imágenes o videos si se les solicita ni aceptar que desconocidos envíen ese tipo de materiales, y que si hay un mensaje o contenido que perturbe significa que algo no está bien.

El psicólogo dice que es importante que NNA sepan que, como en el mundo fuera de línea, en línea circulan personas adultas que usan ese canal para buscarles y eso no está bien. También es relevante concienciar, en la población en general, que en plataformas como redes sociales y chats se interactúa con un avatar y no una persona: tras la pantalla podría estar cualquiera, no sólo quien dice ser. Además, se podría acceder a contenido que no sea real o apropiado.

También es básico que los adultos pongan reglas sobre uso de Internet y las TIC como horarios, plataformas permitidas y prohibidas o dónde se pueden usar los dispositivos, además de estar siempre observando lo que hacen y ven sus hijos e hijas, enfatiza, para identificar a tiempo potenciales riesgos. Es crucial estar informados sobre las plataformas que usen NNA: todas tienen definido sus públicos en cosas como edades mínimas y objetivos, lo que se relaciona con los contenidos permitidos. Hay que destacar que los abusadores se aprovechan de las aplicaciones más populares entre NNA para contactarlos, caso de Tik Tok y videojuegos en línea.

Confianza

Todo se sustenta en una base de confianza que se construye tempranamente y se pavimenta permanentemente con comunicación constante y abierta. Esto permitirá que NNA sepan que ante cualquier inquietud, preocupación o malestar deben y pueden acudir a sus padres o cuidadores, y se atrevan a hacerlo, mientras que los adultos podrán estar al tanto de lo que hacen sus hijos e hijas, con quién se relacionan o cómo se sienten, pudiendo contener, guiar, proteger y denunciar a tiempo si es necesario.