Se debe cubrir al 80% de la población para generar inmunidad colectiva a la Covid-19, la meta de la inoculación masiva para terminar la crisis sanitaria, pero no con una patología que no deja de plantear preguntas.
Con la Covid-19 como uno de los principales temas de preocupación y conversación hace más de un año, sabemos que el horizonte de la vacunación es lograr la inmunidad de rebaño a la enfermedad provocada por el Sars-CoV-2. El Ministerio de Salud ha establecido que se necesita que 70% de la población esté con las dos dosis de las vacunas en uso, con 28 días de separación entre sí. Meta para la que se está bien encaminado y el rápido progreso ha puesto a nuestro país como uno de los líderes a nivel internacional, pues con un plan de inoculación que inició en diciembre hasta el 31 de marzo 3.665.965 personas han completado su proceso de inoculación y 6.795.818 se han vacunado.
Efecto rebaño, inmunidad colectiva o de grupo son conceptos también empleados para describir la protección a una enfermedad porque gran cantidad de la población es inmune a esta, aclara la doctora Maritza Muñoz, epidemióloga y académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. “La inmunidad rebaño la podemos lograr a través de la vacuna o la exposición al patógeno de las personas que se contagian y van adquiriendo inmunidad”, precisa.
La doctora Elizabeth Daube, coordinadora de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud de Clínica Biobío y especialista en Medicina Interna, Intensiva e Infectología, explica que mientras más personas generan inmunidad disminuye la cantidad de individuos que se infectan y enferman con severidad, por lo que quienes no estén inmunizados, por motivos como no haber recibido la vacuna, están protegidos al tener pocas chances de estar con quien pueda contagiarles. “Mientras más alto el rebaño inmunizado, menos el riesgo”, afirma.
De ahí que consideran que el mínimo óptimo para alcanzar la inmunidad colectiva a la Covid-19 sería 80% de la población inmunizada.
Un reto complejo, porque somos casi 19 millones de habitantes en Chile y “al 15 de mayo debería haber 9 millones de personas vacunadas con la primera dosis y 7 millones con la dos”, apunta Daube y 15 días tras la segunda dosis se logra su efectividad completa: reducir en un altísimo porcentaje los cuadros graves y letales, mientras que las mayores probabilidades son que las personas expuestas al virus enfermarán en formas leves y hasta asintomáticas con menor carga viral, lo que reduce su potencial de contagiar.
Un reto necesario, porque “la vacuna nos permitirá salir de la crisis sanitaria en la que estamos”, resalta Muñoz. El logro del efecto rebaño será prevenir al máximo las patologías severas que requieran hospitalización, manejo en unidades de paciente crítico, necesidad de ventilación mecánica y muertes, descomprimiendo al sistema de salud. Por ello, el énfasis es que todos los que pueden vacunarse lo hagan para proteger su salud y vida junto con la de su entorno, sobre todo pensando que niños y adolescentes no pueden ser vacunados y pese a la menor incidencia de Covid-19 (7% del total de casos) pueden tener la enfermedad tras la que algunos podrían desarrollar el infrecuente pero grave Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (Pims).
Daube dice que un esfuerzo científico hoy es estudiar en la población infanto-adolescente la efectividad y seguridad de la vacuna para poder darle cobertura rápido. Por otro lado, Muñoz cuenta que el Sars-CoV-2 por su naturaleza siempre estará mutando y hay varias variantes identificadas y que son más agresivas para las que se está estudiando el efecto de las vacunas desarrolladas con la cepa inicial. También, según se sabe, “las vacunas entregan inmunidad por 3 meses y un tiempo similar podría estar inmune quien se contagió de Covid-19”, aclara. Eso implica que pasado ese tiempo la protección disminuye y cuando se alcance el porcentaje objetivo de inoculados podría haber muchas personas en dicha condición. Para tener completa certeza del funcionamiento de las vacunas e inmunidad y la evolución estacional del virus una vez se controle su propagación debe pasar un nuevo año para definir, por ejemplo, frecuencia de vacunación o desarrollos con más cepas.
Por ello, resaltan que no por haber recibido la vacuna o al verse días de reducción de cifras -no es la realidad hoy- se debe olvidar el autocuidado. Evitar las reuniones sociales, mantener al menos un metro de distancia física al estar con otros usando siempre mascarilla con lavado o desinfección frecuente de manos son y seguirán siendo la principal manera de prevenir la Covid-19; la consciencia y responsabilidad son y seguirán siendo la forma más efectiva de proteger la salud y vida.