Ciencia y Sociedad

Menos brechas para tener más mujeres participando en los campos de las Stem

En el Día de la Mujer y la Niña en Ciencia, hoy, el mensaje es que aunque no hay diferencia en el ingreso a la universidad versus los hombres en Chile, sí al elegir carreras y el desarrollo en las áreas científicas y tecnológicas. Algo que se busca cambiar con distintas iniciativas nacionales y locales, del Estado, de organizaciones civiles y personales.

Por: Natalia Quiero 11 de Febrero 2021
Fotografía: Diario Concepción

Que con el tiempo se ha avanzado en el acceso a la educación para las mujeres, tanto escolar como superior, es innegable. De pasar a no ser dignas de recibir enseñanza formal y creer que dentro de la casa estaba su lugar y ser una madre completamente dedicada a la familia e hijos el único rol que podían cumplir, en Chile “hombres y mujeres ingresan por igual a la universidad”, asevera Paulina Assmann, seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (Ctci) de la Macrozona Centro Sur. De hecho, “53% de las matrículas de educación superior corresponde a mujeres”, celebra Marissa Barro, seremi de la Mujer y Equidad de Género del Biobío.

Pero, por mucho que la sociedad evolucione, las diferencias de género siguen existiendo. “La mayoría de las mujeres se va a carreras del área de la salud o humanistas”, afirma Assmann, mientras que en las Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, al traducir la sigla al español) “son pocas mujeres”, precisa. Llevado a las cifras, “sólo 1 de cada 4 matrículas de las áreas Stem son de mujeres, sólo 1 de cada 5 matrículas en el área de la tecnología corresponde a mujeres y 5% de las mujeres trabajan en el área de la tecnología”, apunta Barro.

Es que las brechas no dejan de manifestarse dentro del sistema. Según la Radiografía de Género en Ctci que elaboró el Ministerio de la cartera, presentada en diciembre pasado, en Chile hay 66% de investigadores y 34% de investigadoras; números iguales para la Región de Ñuble y en la del Biobío cambian a 67% y 33%, respectivamente. Dentro de la academia, en cuanto a la jerarquía académica, el panorama no es distinto: 78% de profesores titulares son hombres y 22% mujeres, y apenas hay 5 rectoras de casas de estudios superiores versus 55 rectores. En la postulación a fondos y adjudicación de proyectos o en salarios por cargos similares es la misma historia

Igualdad

Y, así, se repite en las distintas aristas en las que se profundice y no sólo a nivel nacional, sino mundial y cambiarlo es el gran propósito del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero y busca relevar el rol crítico de las mujeres en los ámbitos científicos y tecnológicos para desarrollar soluciones que contribuyan al bienestar de la sociedad para promover un acceso y participación tan equitativos como plenos en estos campos en miras a alcanzar la tan necesaria y aún distante igualdad de género en todo ámbito. Igualdad de género que es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas para asegurar la prosperidad de toda la humanidad y el planeta ese año, y una meta clara en Chile.

Con este fin, la Política de Género del Ministerio de Ctci, que está en construcción y ha sido alimentada por las respuestas de una consulta pública que estuvo abierta por un mes hasta el 17 de enero, abordará diversos aspectos, desde el acceso a la ciencia hasta el desarrollo y liderazgo de las mujeres, para construir un sistema (público, privado y académico) sensible al género, que incorpore la perspectiva de género de manera transversal y así asegure la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en Chile, ya que “es necesario aumentar la participación de mujeres en ciencia y tecnología porque las buenas ideas aparecen de la diversidad y las mujeres encuentran soluciones que los hombres no. Entonces, si hay más mujeres, habrá más ideas”, resalta Paulina Assmann.

Para ello primordial es que tengan las condiciones adecuadas, ya que las mujeres, aún en el siglo XXI, hallan obstáculos para desenvolverse en plenitud e igualdad en Stem. Mucho puede tener que ver con cuestiones biológicas que se transforman en problema para las carreras, como la maternidad que redunda en largos periodos fuera del sistema, perjudicando, por ejemplo, la productividad científica y la posibilidad de obtener financiamientos, pero Marissa Barros enfatiza que las brechas parten antes por barreras socioculturales: “las Stem son carreras históricamente masculinizadas”, asevera, estando ahí el corazón del problema de la baja participación y la transformación necesaria. Y a ello apuntan muchas de las iniciativas en Chile, como “Más Mujeres en Ciencia” del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.

Modelos de rol para mostrar que el género no define los talentos

Miles y miles de infantes han oído que hay colores, acciones, juguetes y talentos propios de los niños y de las niñas. A ellos les regalan autos, cohetes o juegos de construcción, a ellas vestidos de princesas, muñecas o juegos de cocina. A nivel escolar, ha estado la creencia de que las niñas son mejores para leer o actividades plásticas y artísticas y que los niños son los que pueden responder bien a los desafíos matemáticos o científicos.

No es una realidad exactamente igual en toda familia o escuela ni una consciente mala intención, pero lo cierto es que hay un componente cultural y estereotipos de género que se cimentan desde la infancia y se perpetúan hasta traducirse en elecciones profesionales, como las vinculadas al cuidado en las mujeres y las Stem en hombres, resalta Pilar Pardo, directora regional Ñuble-Biobío de la ONG internacional “Girls in Tech” y del programa “Ingeniosas Biobío.

Llegar a niños y niñas

De ahí que se sepa dónde está la raíz que se debe sacar para sembrar las semillas que den como frutos erradicar los estereotipos, que hay áreas en las que se destacan sólo los hombres, que las capacidades dependen del género. Todo lo contrario, niños, niñas y jóvenes deben desarrollarse en una sociedad que les dé la certeza de que “cualquier persona puede ser y hacer lo que le gusta y quiera”, resalta y esa es la misión del organismo al que representa, a través de diversas acciones que incentiven interés y vocaciones científicas en las nuevas generaciones, sin importar género y con el firme propósito de incrementar la participación femenina.

Por ello, cree que clave es “llegar con la ciencia y tecnología tempranamente a niños, niñas y jóvenes”, asevera. En su opinión hay trabajo primordial en las familias, pero sobre todo de las escuelas. Sobre esto, Militza Saavedra, docente y coordinadora del equipo de Innovación en Colegio Villa Nonguén de Concepción, una de las 5 finalistas del Global Teacher Prize Chile 2020 y nominada al Global Teacher Prize Mundial 2021, enfatiza y está consciente del “trabajo que hacemos dentro de los colegios como sistema de protección social y de desarrollo y motivación para los estudiantes en el camino de preparación personal y de fuerza laboral futura”, resaltando que “el rol fundamental tiene que ver con cómo doy y gestiono oportunidades necesarias para que estudiantes prueben sus distintos talentos y desarrollen habilidades para el siglo XXI”.

Y si hay una experiencia común en la mayoría de quienes han seguido el camino de las Stem es el papel que docentes y núcleos cercanos jugaron. Es el relato de la seremi Paulina Assmann, astrofísica de formación, que desde su etapa escolar participó en iniciativas como ferias científicas y nunca experimentó una diferencia por su género, y también de Tatiana López, alumna de tercer año de Ingeniería Civil Aeroespacial en la Universidad de Concepción (UdeC) y competidora de un proceso que la podría llevar como astronauta al espacio exterior, cuya vocación visible desde niña siempre se apoyó. “El entorno de una persona ayuda a estimular el deseo por el saber y curiosidad por alguna disciplina, independiente cual sea”, añade Pamela Paredes, licenciada en Física de la UdeC y coordinadora de la iniciativa de astronomía inclusiva “Dedoscopio”.

Modelos de rol

Pero, la suerte de tener motivación, oportunidades y acompañamiento en casas o escuelas no es la de todos ni todas. Por eso relevan la labor de organismos de la sociedad y de las científicas como modelos de rol, para demostrar que el género no es un límite y que el único es mental, que el éxito está en el esfuerzo y no en ser hombre o mujer. Tatiana López lo hace desde el Instagram @mision_atenea, Pamela Paredes es activa voluntaria de “Ingeniosas Biobío” y Paulina Assmann es embajadora de una iniciativa de AUI/Nrao (socio norteamericano del Observatorio Alma).

“Sé que muchas le tienen miedo a llegar a una carrera donde estudian puros hombres, pero no importa ser la única en la sala, no hay que tomarlo como algo malo, sino una oportunidad para aprovechar y pensar que por estar allí, quizá, haya más niñas que se inspiren y motiven de estar ahí”, reflexiona López y así se “incentive que todos puedan llegar a ser lo que quieran”, concluye como la convicción compartida por todas.

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