El tema oceánico es poco abordado en la escuela e, incluso, en formación de docentes, a quienes un equipo de Copas Sur-Austral y la Facultad de Educación UdeC les entregaron conocimientos y herramientas para incluirlo en clases, educar y concientizar.
En los albores del “Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible” (2021-2030), desde el 18 de enero y por una semana el océano protagonizó una instancia que busca impulsar cambios en la enseñanza escolar de Chile desde la Región del Biobío: la segunda versión de las Jornadas “S.O.S. Océanos” (Summer Oceanographic School o Escuela Oceanográfica de Verano).
A cargo del doctor Paul Gómez, coordinador de Divulgación Científica del Centro de Investigación Oceanográfica Copas Sur-Austral alojado en el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción junto a Rodrigo Cea, especialista en Educación Ambiental de la Facultad de Educación de la casa de estudios, la iniciativa forma a educadores para lograr que la temática oceánica se incorpore de manera efectiva dentro del currículo escolar chileno. Investigadores del primer estamento abordaron los más diversos temas científicos, como conservación de flora y fauna marina y cambio climático, y un equipo del segundo entregó herramientas pedagógicas para incluir en las clases los contenidos planteados.
Este año, 34 participantes finalizaron la formación que se realizó en formato remoto y convocó a docentes, estudiantes de pedagogía y personas dedicadas a la comunicación y/o divulgación científica de 9 regiones, entre Coquimbo a Aysén, detalla Gómez.
“S.O.S. Océanos” surge como una paradójica necesidad. Chile tiene más de 4 mil kilómetros de costa en línea recta de norte a sur, con gran cantidad de ecosistemas costeros y biodiversidad que proveen recursos que sustentan importantes actividades económicas y que miles de familias subsistan, pero “la temática oceánica está muy ausente del currículo escolar, con pocas menciones en algunas asignaturas”, lamenta Paul Gómez.
No obstante, las reformas curriculares que crearon la asignatura “Ciencias para la Ciudadanía” e incluyen un módulo de “Ambiente y Sostenibilidad” que abordará el cambio climático se vieron como una oportunidad para incluir en los contenidos al tema oceánico. Esto, porque detalla que “a nivel internacional se ha empezado a reconocer la importancia del cuidado del océano por todos los servicios que nos presta, como regulación del clima y la cantidad de alimento que provee, pero también por los múltiples impactos que le estamos ocasionando: contaminación, sobreexplotación de recursos y efectos del cambio climático”. Una actividad humana dañina en una sociedad muy industrializada, consumista y donde mucho es desechable, y “las últimas proyecciones sobre cómo se sostiene la vida mencionan que menos de la mitad del planeta necesitará en los próximos años dos planetas Tierra de recursos para mantener su estilo de vida. Esto es aterrador”, advierte Rodrigo Cea.
Ahí el hincapié en la educación a las nuevas generaciones: “son las que heredarán los problemas provocados por esta cultura del sobreconsumo”. Y no es educar para atemorizar sobre el presente y futuro, sino “para generar ciudadanos conscientes y responsables de las acciones que repercuten en su entorno”, sostiene Pablo Malhue, biólogo y docente de San Antonio que participó en las jornadas. Y actores relevantes en ello son, justamente, los profesores que les están enseñando, para quienes el océano tampoco es parte gravitante de la formación inicial en ámbitos como la Geografía, afirma Kissy Patiño, profesora de Enseñanza Media en Historia y Geografía en Puente Alto que también participó y cree que “por ello los conocimientos de niños y adultos chilenos es muy pobre en cuanto a su interacción con el medio y sobre todo con el mar”.
Así, clave es dar nuevos conocimientos y herramientas a los docentes para que puedan impactar a sus educandos. Y Rodrigo Cea plantea que evolucionar de estrategias de enseñanza-aprendizaje basadas en la memorización hacia fortalecer la capacidad de análisis y reflexión es lo que puede lograr modificaciones en los comportamientos hacia unos más sostenibles, promoviendo una cultura de cuidado del océano en una sociedad consciente de su importancia.