Alfabetización digital para personas mayores: tan posible como necesario
16 de Enero 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Está el potencial de adquirir competencias tecnológicas, aportando a su independencia y a la cohesión social, al hacer a este grupo parte de un mundo que evoluciona.
Teresa Espinoza (Hualpén) y Silvia Pérez (Concepción) no sólo tienen en común ser dirigentas sociales y activas representantes de grupos de personas mayores en sus comunas, también el que hasta hace algún tiempo tenían un vínculo casi nulo con las nuevas tecnologías, el uso que hacían de su celular poco trascendía de hacer o recibir llamadas y navegar por internet les era ajeno o visto como sin sentido.
Y las personas mayores en una situación similar sobran. Favorablemente, también las que, como ambas, tienen una sed constante de aprender. Por eso, han sido unas de las decenas de estudiantes formadas en alfabetización digital al alero de una iniciativa liderada por la doctora Jacqueline Sepúlveda, académica de la Universidad de Concepción (UdeC) y apoyada por Senama Biobío, que suma dos periodos (2019 y 2020) y permite que hoy puedan sacarle máximo provecho a sus dispositivos digitales y cuando desean, que sin depender de otros pudieran dar cara a un 2020 que obligó a confinarse y llevar las actividades al espacio virtual para desenvolverse en una vida a distancia física y no social, de encierro y no aburrimiento.
“Antes era ignorante sobre la tecnología, pero el curso me ha dado todas las herramientas para poder comunicarme y ahora me ha ayudado y servido mucho, porque me manejo bastante bien en las distintas plataformas y participo en muchos conversatorios y conferencias”, cuenta Teresa Espinoza, quien también es miembro de la Asociación de Mujeres Líderes del Biobío; por sus funciones siempre está siendo invitada a actividades y tener competencias tecnológicas le ha permitido que el quedarse en casa no coarte su quehacer ni intereses. Por su parte, Silvia Pérez confiesa que, antes, no quería involucrarse mucho con la tecnología, porque valoraba la comunicación cara a cara y veía cómo se comportaban sus nietos frente a una pantalla, pero también que el mundo evolucionaba; así, en tanto ingresó al curso y fue conociendo a las nuevas tecnologías fue viendo su valor y utilidad hasta reconocerlas como necesarias en la pandemia: “ahora no sólo llamo, hago y participo en videollamadas, cada cosa que me parezca interesante o si tengo una duda lo busco en Google y también estoy aprendiendo nuevos idiomas usando una aplicación, y me escribo frecuentemente con mi nieto que vive en el extranjero”, cuenta.
Cohesión y autonomía
Por ello, ambas resaltan que adquirir competencias tecnológicas es tan posible como necesario para las personas mayores, instando a perder el miedo a la tecnología o creer que no tiene valor y dejar de pensar que ya no pueden aprender. “Tenemos la capacidad suficiente para educarnos en nuevos temas”, manifiesta Teresa. “No podemos quedarnos atrás, hoy no saber a usar las tecnologías es como no aprender a leer”, cree Silvia.
En lo anterior ha estado el espíritu de los programas de alfabetización digital para personas mayores que se han desarrollado en la UdeC, asevera Jacqueline Sepúlveda, y que considera un ámbito cuyo avance es un reto para Chile en su anhelo por evolucionar en la transformación digital en todo ámbito. El punto es que para que sea verdadera, no puede ser cuestión de algunos y se excluyan otros, sino que debe incluir a todos, sostiene. No importa lugar, género o edad, todos deben tener acceso a internet y habilidades para desenvolverse en la era digital. Tan trascendente es ello, que cree que “se lograría una cohesión social en que todas las personas sean partícipes de los grandes desafíos que tiene Chile”, mientras que hoy hay poblaciones que se sienten marginadas, si bien tienen mucha capacidad y potencial que aportar al país y construir el que se desea.
Tal como dejan de manifiesto las experiencias de Teresa y Silvia, desde las que además se desprenden otros efectos que conlleva que las personas mayores se alfabeticen digitalmente, que parten por enseñarles los lenguajes que habla la sociedad contemporánea y las nuevas generaciones, dándoles herramientas para protagonizar en un mundo que evoluciona constantemente, y contribuyendo enormemente a su autonomía e independencia; clave en tiempos de confinamiento y siempre para su bienestar. Y es que se pueden adaptar a los cambios y ya no necesitan que nadie les ayude a enviar mensajes, reunirse por videoconferencia, interactuar en redes sociales, comprar por internet o acceder una plataforma para informarse sobre un tema de interés o ver una película en una tarde de ocio.