Tener unas buenas vacaciones en casa es posible y la clave está en la actitud
08 de Enero 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Aunque existe un permiso para vacacionar y trasladarse entre regiones este verano, no debe asociarse esta necesaria pausa de la responsabilidad a un viaje, sino que a decidir cambiar las rutinas, desconectarse y buscar opciones de relajo.
Tras un año complejo, llegaron los meses estivales que suelen ser sinónimo de vacaciones. Un periodo tan anhelado como necesario y más este verano, luego de varios meses de cumplir con horarios y responsabilidades en un contexto altamente estresante como lo ha sido la pandemia, con repercusiones en el bienestar de las personas evidenciadas en informes como el de Impacto Psico-Social Covid-19 en Chile, al alero de un estudio que entre sus investigadoras tiene a la doctora Paulina Rincón, psicóloga clínica y profesora asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de Concepción (UdeC). Uno de los resultados fue que 70% de los encuestados afirmó dormir peor y el mismo porcentaje vivir malestar psicológico a raíz de la crisis sanitaria.
Ante eso, la profesional sostiene que “las vacaciones son importantes porque son un momento de pausa y de descanso”; una saludable detención y desconexión de los roles de trabajador o trabajadora para los adultos y de estudiantes en caso de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, para reponer energías para un nuevo ciclo. De ahí que quedarse en casa, que ha sido uno de los principales llamados para prevenir la Covid-19 y obligó a que gran parte de la población llevara sus actividades laborales y/o académicas a su hogar, no suene lo mejor para vivir en plenitud el relajo y lograr el reponedor descanso podría estar vinculado poder o no salir a lugares distintos, pues “si en nuestras vacaciones seguimos en el mismo sitio en que hemos estado confinados puede ser complicado”, reflexiona.
Atribuye aquello a que se haya aprobado el tan polémico, pero cuantiosamente solicitado, permiso de vacaciones, que permite traslado entre regiones.
Más que el lugar
Pero, vacacionar no significa necesariamente viajar, si bien hay quienes están habituados a aquello y quienes tienen la posibilidad podrían estar en la duda de si hacerlo o no, más los que tienen hijos y están preocupados por su entretención. Ahí el punto y es que tener un gran periodo vacacional no debe depender del lugar, sino de la actitud y la clave está en definirse de vacaciones como persona o familia y quebrar las rutinas habituales por un tiempo, flexibilizando los horarios para levantarse o comer y dándose tiempo para el ocio y disfrutar de actividades que interesan como leer o ver películas y series, aun si se permanece en el hogar, plantea.
Como una acción práctica para ello, recomienda, en lo posible, guardar computadores e impresoras y cuadernos en el caso de estudiantes. Asimismo, considera que puede marcar la diferencia desconectar el correo electrónico laboral de los smartphones o no estarlo revisando (exceptuando en las ocupaciones en que la desconexión completa no es posible), para evitar leer mensajes que pudieran implicar preocuparse anticipadamente por responderlo o resolver asuntos que no serán posible ni es lo adecuado, pues se está de vacaciones.
Lo anterior es relevante para todos los trabajadores, pero toma otro significado en quienes ejercen el rol parental, pues permitirá “que los niños sientan que sus padres están para ellos y no para el trabajo”, resalta la doctora Nieves Schade, especialista en Psicología Clínica Infantil y docente del Departamento de Psicología y mediadora universitaria de la UdeC, ya que la tónica todo el año es que papás y mamás están ocupados o cansados para jugar con sus hijos y al ritmo de los niños.
Desde allí, aclara que “los niños y niñas se estresan viajando” y que estas experiencias son más bien disfrutadas por los adultos, mientras que para los infantes puede ser más enriquecedor e importante que sus padres jueguen y organicen panoramas diferentes para disfrutar en conjunto.
Afirma que es importante usar la creatividad para idear variadas actividades y aprovechar al máximo los espacios y recursos que hayan en casa, como hacer una tarde de picnic o un campamento si hay patio o jugar con agua, tener noches de películas, cocinar en conjunto o jugar juegos de mesa, son algunos ejemplos.
También menciona como relevante que haya días en que los padres den chance de que sus hijos den ideas y estén dispuestos a hacer lo que quieran y acompañarlos en sus gustos e intereses. Todas pueden ser acciones sencillas, pero de gran relevancia en los vínculos afectivos, relaciones y recuerdos, asegura.
*¿Cuántos días se necesitan?: “Hay distintas indicaciones y es algo bien personal, pero tener un descanso de al menos 7 días de corrido es lo ideal. El fin de semana largo no son vacaciones”, afirma la psicóloga Paulina Rincón.